lunes, 7 de octubre de 2013

Libro "Z" – Capítulo 38


ESPERANZA
Sin darse cuenta los años van pasando, van avanzando por nosotros, por arriba de nosotros; y como si la esperásemos aparece la vejes; pero no tanto en si la vejes sino que la otra gente, la gente nueva nos va reemplazando, sin que nos demos cuenta, sin que ni siquiera nos percatemos de ello.
Es la ley de la vida se suele decir, sin embargo el hombre piensa, pero más que piensa, siente, que en muchas cosas se equivocó, que en muchas cosas no hizo lo que tendría que haber hecho.
El tema es que ha medida que avanzan los años el hombre va tomando conciencia de que no hay un solo camino, que la vida por ejemplo no es solo trabajo, que hay cosas, cosas del alma que reclaman ser atendidas, particularmente cuando dentro de uno hay deseos, necesidades congénitas que quieren, que solicitan ser atendidas.
Ve uno su realidad, y ve y siente que las cosas no fueron tan mal hechas, tal vez no se pudo hacer mejor de lo que se había hecho; se necesita experiencia, cultura, maña, para hacer las cosas, para estar al nivel de mucha gente que tiene esos dones.
No en todo somos buenos; pero solo en la derrota se ven las cosas con más claridad que durante los tiempos victoriosos o de suerte, o de cumplido.
Le que da a uno los años, los años de haber visto cómo se arman y se destruyen los imperios, cómo la suerte acompaña al trabajo. Si bien hay una realidad personal, también hay una realidad de grupo, uno está rodeado, trabaja no con marcianos, ni chinos, como se suele decir; sino con personas similares a uno, similares al entorno cultural, tal vez con los mismos conocimientos, con las mismas mañas, pero solo con algunas escasas diferencias que hacen al grupo.
Es el tiempo quien nos dice como son las cosas, como se hacen las cosas. Nos decía Herman Hess: “Ayunar, pensar, escuchar y esperar” Son las cuatro cosas que un hombre debería tener en cuenta pero, no solo para vivir, sino para tener éxito en la vida también.
Tal vez uno de los más importantes es el ayunar, es el comer adecuadamente, con mesura y medida; lo adecuado, lo necesario, aquello que requiere, que necesita el cuerpo, para poder funcionar adecuadamente, cosa tan simple, pero a la cual le damos poco importancia, porque comer es uno de los placeres más exquisitos con que cuenta el animal que piensa.
Luego es escuchar más que hablar, tenemos dos oídos y uno solo boca, la naturaleza nos está indicando que debemos escuchar el doble, de lo que demos los otros, aquellos que están alrededor nuestro y que son, por lo menos en número, mas que nosotros, que solo somos uno.
Uno de lo factores más importantes, más importantes aún que el pensar, es el observar, el tratar de ver como son las cosas, no tanto por lo que los demás dicen, sino por lo que los demás muestran a través de sus actos, de sus obras, allí está lo que el hombre es, y no hay otra cosa que sus obras, aquello hecho, aquello concertado, no hablemos de aquellos que planean, aquello que crean ilusiones, fantasías, planes, proyectos, sino de aquellos que hacen, que hacen las cosas que luego permanecen, que luego forman partes de aquel mundo real en el cual vivimos y hay que considerar real a las cosas del alma, del espíritu, aquello que está allí, frente a lo que somos y a lo que somos como grupo.
Nuestra bendita realidad, las cosas, los hechos vivos que hemos hecho, que hemos fabricado a lo largo de muchos años, a lo largo de toda nuestra existencia, la obra, nuestra obra.
Poder vernos allí, porque ese es realmente nuestra obra, nuestro rostro, nuestro verdadero rostro aquel que incluye a lo que hemos llegado a ser. Que hay tormentas, que hay accidentes, pueda ser, pero son los menos. Lo que hace un accidente es mostrar tal vez prematuramente lo que somos. No cambian en si lo que somos o mejor dicho lo que hemos podido llegar a ser.
Lo otro es pensar, pensar no es otra cosa que ver con la mente, ver con los ojos del espíritu, con aquello que además de ver, de conocer, se proyecta a través del tiempo, a través del espacio y une, junta, reúne, lo vivido, con la realidad y con aquello que soñamos despiertos y dormidos, es decir lo que queremos ser.
De todo ello, de todas estas cosas, se forma el baño fundido, el baño metálico, metálico porque esta hecho, construido, formando, de todas, de todas las parte que fuimos, que pertenecieron a nuestros antepasados, da nuestra historia personal, y a todos nuestros sueño, allí con el fuego del espíritu se funden, hierven. Todo una sola cosa aparente, un solo baño. Esos instantes, esos solos instantes, es cuando podemos ver lo que somos. En aquello momento: vemos.
Luego el molde, el molde es lo que enfría al metal, lo que le da forma, es como una cuna, un vientre hecho por la naturaleza a través del hombre, a través del espíritu del hombre.
Pensar entonces es ver, ver éste molde, ver lo que el medio nos ha permitido ser, la forma que nos dio el medio, y si por medio consideramos lo que hemos podio lograr a través del otro, nuestra obra reflejada en el rostro del otro, es ante todo un respuesta, un eco, recibido de parte, de la respuesta del otro.
Y así llegamos a aquello tan poético, tan hermoso, tan delicado, como es la esperanza; la espera, saber esperar es saber cosechar el fruto a tiempo, no antes ni después sino cuando el fruto está a punto, cuando el fruto no ha caído aún del árbol.
No apurarse a anunciar la renuncia, sino dejarlo a que el medio nos la pida, a que el medio, aquello por lo general presuroso se adelante, se adelante a la indigestión.
La renuncia, la principal renuncia es a la vida, a aquel regalo recibido, dado, vaya a saber por quién, pero regalo al fin, presente al fin.
La vida tiene mas imaginación que uno, la vida nos envuelve como a niños, no acurruca, nos protege, y por cierto siempre lo ha hecho; ella brota como lo que salva, como aquello que nos decía Hölderlin: “Cercano y difícil de captar es el dios; pero cuando aumenta el peligro crece lo que salva”.
Así es la realidad de la vida, de los hombres que la forman, aquello seres que piensan, que tratan de ver, de conocer, de entender.
Parados allí como los Prometos frente a la realidad, a los dioses; no tienen respuesta, solo les queda escuchar, pensar y esperar, a caso falta uno más, además del ayunar.
No será que lo que nos está faltando es el obrar, aunque en sí nunca ha dejando el hombre de obrar, aunque lo hemos hechos más cerca del error que del acierto; pero ese obrar con fe, con principios, con una decisión y voluntad acorde a las circunstancias, siempre que yo sepa el hombre en éstas condiciones ha logrado lo que profundamente desea.
Y ese deseo es lo que en su espíritu se anida, como resaca tal vez de lo vivido, en esos repliegues de un alma que cobija, que contiene, como lo hace cuando se convierte en palabra; cobija, contiene, aquello que se está haciendo constantemente presente, a aquello oscuro, aquello que habita el silencio, aquello que late en nuestro corazón, como queriendo dar un salto y salir antes de tiempo, ser antes de tiempo. Solo la razón, la razón de este nuestro cuerpo mudo, los contiene.
Contiene significa no solo contener, detener, sino que es caparazón, envase, vientre, de aquel fruto que es, que está madurando, que está siendo, aquella realidad de la cual somos; prevemos la punta, la punta de un iceberg.
El dios, aquello que ya somos, aquello que ya está, pero no es tiempo de sacarlos del árbol de la vida, ella nos indicará, no solo por el color, por la dureza, no por el olor, sino, porque el fruto ante todo se entrega, nosotros no lo sacamos, él se entrega.
Podremos algún día entender que nosotros no sacamos de dentro nuestro la vida, la fuerza, el ánimo, el espíritu, sino que ella a través de estos elementos, ella se entrega.
Tal vez esperar es lo mejor que podemos hacer como existentes, esperar pensando.
Karigüe

PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 14 de Octubre

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Gracias. Karigüe

lunes, 30 de septiembre de 2013

Libro "Z" – Capítulo 37


DESPEJAR
Estamos frente al muro de silencio, y no contamos con otra cosa que no sea el salto. El salto es la capacidad del mono que piensa, como para sortear (no se refiere a un sorteo) la dificultad, esa facultad es el pensamiento.
Pensamiento como juego alegórico de las palabras, juego de palabras que construyen sentido. Un sentido es mejor que ningún sentido.
Avanzamos con el, a través de las tinieblas que las cosas tejen alrededor nuestro. El tema es que las cosas son vivas, están sujetas a un cierto movimiento, cumplen, tienen que cumplir, las mismas leyes que el universo impone a lo seres.
Si nos atreviéramos a diferenciar a las cosas de los seres, diríamos que las primeras se pueden dividir en vivas, virtuales e inertes. Siendo los seres cosas vivas; pero las cosas virtuales e inertes existen, están, conviven con los seres, más aún los forman, los componen.
Un hombre por ejemplo es un ser vivo, brotado de la naturaleza, hijo del agua y de la tierra, del sol, de las estrellas; pero tiene además dentro de sí, mejor si decimos que dentro de sí tiene cosas virtuales y cosas inertes.
Por otro lado podríamos decir que los seres, son los que piensan; con lo que podríamos eliminar a muchos animales; sabemos que esto no es así.
Otra alternativa es identificar a los seres como cosas que se reproducen y tienen memoria. Esto proviene de la transformación del ARN en ADN.
Pero observemos lo que es una tormenta, algo, una cosa que se repite; no sabemos si está aumentado en cantidad por unidad de tiempo o no; pero se transforma, mejor dicho es un movimiento de agua y aire, que se desplaza produciendo cambios a su paso, destrucción de lo construido.
Dura un cierto tiempo, y vuelve; vuelve en un tiempo que no sabemos si es constante, pero sabemos que existe allí, se forma allí, en esa zona o lugar.
Podríamos imaginar a un ser vivo, cuya respiración es la tormenta.
Sabemos además que existen que hay alrededor de nuestro planeta una seria de tormentas, que se producen cada segundo o menos. La tormenta sería algo vivo que se muestra, que se presenta alrededor de nuestro planeta, como se debe presentar las ideas dentro del cerebro.
Sabemos que las tormentas vienen acompañadas de rayos, de lluvia, etc., son como el enojo que se produce en el ser humano; la ira; movimientos que hacen, que permiten la agitación del mar, el cambio de aire. Toda una serie de cambios para lograr mantener como un enjambre encendido, como si la tierra en sí quisiera iluminarse, quisiera imitar al sol, responder como espejo aquello que recibe. Como si eso que llegó: luz y calor, quisiera volver, volver a donde y de donde partió.
La materia se enciende, se prende, iluminan a la tierra, son tormentas. De lejos podría aparecer apagada, sin embargo las tormentas la iluminan, aunque sea en partes, por partes dando la visión del instante, como encendida.
Es la materia en si que se transforma en energía, en luz y calor, como queriendo ser sol: luz y calor.
Imaginemos ahora que la tierra es un ser desprendido, separado de algo más inmenso, de algo así como de otro sol; por un tiempo alejada y fría permaneció rotando, agarrada por las fuerzas de lo otros astros, como el sol, los que permiten que haya permanecido en un lugar, como esperando, como preparándose para ser fecundada.
Así paso hasta que uno o vario espermatozoides - cometas, la fecundaron, la cubrieron de agua, permitiendo la formación (luego de un cierto tiempo de retirada) de una atmósfera, la que permitió, como si ella fuera el liquido uterino, la formación de la vida. Vida tal como la conocemos; animales, plantas, hombres.
Tormentas; pero tal vez primero fueron las tormentas luego la vida, o sea una etapa anterior, que permanece. Si como observadores atentos podríamos imaginar, ver, desde lejos, que la tierra después se iluminaba, y se sigue iluminado por medio de las tormentas.
Es decir antes que lleguen lo meteoritos para fecundar a la tierra, ella era inerte, para luego pasar a ser viva, contener la vida.
Contener en su vientre a lo que hemos llamado seres vivos.
Por un lado la tierra inerte, por otro el agua que llego inerte también; pero ambos formaron, crearon, algo vivo, crearon a seres vivos.
Por ultimo lo virtual aquello que se crea dentro del cerebro, del alma, de los seres vivos que piensan. Es decir que primero lo inerte, luego lo vivo y por último lo virtual, todo dentro de lo que es tierra, todo dentro de éste vientre fecundado.
O sea que el límite, entre lo que son los seres y lo que son las cosas no existen, o por lo menos desde nuestro punto de vista, que no es otra cosa que desde nuestra formo de pensar. Esos límites no existen.
Se están transformando las cosas en seres y los seres en cosas; más aún es como si el movimiento, fuera el que lo logra.
Hay una fuerza, mejor si decimos que existen las fuerzas dentro de lo que es el universo, que permiten que surjan, que se crean movimientos, cambios de lugar; pero movimientos también es cambio de estado.
Para lo cual ahora tendríamos, por lo menos, dos tipos de movimiento: uno físico, el que producen las tormentas, por ejemplo; y otro perpendicular a este, y es el que permite el cambio de estado, en el agua por ejemplo.
Pero veamos un tercero, el más interesante de todos ellos, el movimiento que existe dentro de nuestra alma, los sentimientos, los pensamientos, se mueven, no solo entre ellos, es decir entre pensamientos, sino que hay una mutación entre lo que es sentimientos y pensamientos.
Unos se trasforman en otros y viceversa; hasta se ha llegado a decir a comparar a los sentimientos como el agua liquida y a los pensamientos como el agua evaporada, por eso se forman las nubes, las tormentas desde donde brota el rayo, la idea.
Pero los sentimientos están atados mas a la tierra, se abaten como olas, ellas producen la fecundación del alma, de la tierra.
Es decir que a través de la metáfora, podemos ver, que aquello que se produce en la tierra, alrededor de la tierra, sobre esa superficie abierta, es algo similar a lo que se produce dentro del cerebro, pero con una diferencia importante, el cerebro tiene una superficie no abierta sino cerrada dentro de sí, un cielo invertido, un cielo que se cierra en sí y de sí.
He allí que el hombre, mejor si decimos, en el cerebro del hombre se produce un fenómeno tal que es como si se encerrara a la vida, se la atara, se la zunchara, para lograr la profundidad, para que ella se convierta en algo etéreo, algo sublime. El cuarto estado de la materia.
Un mundo virtual, un mundo espiritual, producto de la lucha de la vida, ya no tanto con su vientre en sí, ya que lo ha superado, se ha elevado de él; con lo que ahora lucha es como cuando un ave ha roto la cáscara del huevo, y se eleva, se desprende, trata de levantar vuelo hacia las estrellas siguiendo la ruta, el sentido, el camino trazado entre las estrellas.
Un camino, el camino inexorable que nuestro espíritu, el espíritu de la vida, del mundo, del universo, tiene que recorrer, tiene que transitar.
Un camino que se anida hoy en el corazón de todo hombre, un camino que la niebla del amanecer del mundo ha cubierto; pero que la luz y calor del espíritu, del propio espíritu, está comenzando a despejar.
Karigüe

PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 7 de Octubre

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Gracias. Karigüe

viernes, 27 de septiembre de 2013

Poema - Una amistad

golpetean las gotas de lluvia
sobre una ventana vertical,
abierta

la lluvia se convierte en sonido
y es como cuando las olas
irrumpen sobre las rocas

como si las casas hablasen
un idioma, intentaran
desarrollar un lenguaje

como alguien que toca la
puerta solo para peguntar,
y el dueño de la casa lo
hiciese pasar

una amistad con las cosas,
tal vez hasta cariño; como
vapor que brota desde el
abismo que nos separa.
Karigüe

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Poema - Te despierta

amaneceres en el campo abierto
que la puna entrega como
recinto

allí el sol es mas amarillo, el
cielo azul oscuro, las montañas
desnudas parecen lomos de
potros a cabalgar

respiras profundo el
aire frío, ese mismo que
roza tu rostro como queriendo
que abras los ojos para ver

la soledad de las alturas es
como aquella soledad en
que habita tu alma

al espíritu tu lo sientes
como el viento que solo
te despierta.
Karigüe

lunes, 23 de septiembre de 2013

Libro "Z" – Capítulo 36


TEMPORALIDAD
El dolor de ya no ser, de ya no tener; cuando se pierden cosas, posiciones; pareciera que el mundo, la vida se acaba para uno.
El mundo es vivo, está vivo, como la vida como el hombre; el hombre es el que se mete, el que busca un lugar en ese mundo caudaloso, en ese mundo, en ese lugar vivo, en donde se forma parte de aquello que llamamos humanidad.
Un trabajo, un lugar en donde morar, algunos vecinos, algunos amigos, la familia, todo eso conforman nuestro mundo, esa parte de la humanidad, esa parte del mundo, que en sí es nuestro medio ambiente, nuestra otra mitad, sin al cual es difícil vivir.
Si bien está la tierra, el aire, el sol, el viento, el agua, las montañas, etc.; pero está también el otro, los otros, aquellos semejantes sin los cuales nos cuesta existir.
Puede un hombre estar solo, puede vivir, existir en soledad; pero aunque sea de lejos, es necesario saber de ellos, inclusive cuando escribimos sobre ellos, pensamos en ellos, estamos pensando en nosotros también.
Éste mundo, éste nuestro mundo, no se ha hecho unidireccional, la diversidad son como ramas de un árbol, por las cuales respiramos el aire de la vida, es decir, la propia experiencia vivida a través del otro, a través de esas cosas que de otra manera seria imposible de vivir, no tanto por capacidad ni deseo, sino por tiempo.
Leer, leer historias, experiencias, cosas vividas por otro experimentadas por otros, estudiadas, analizadas por otros también es respirar, también es vivir, pero vivir a través del otro.
El otro es una parte nuestra, es un tentáculo del mundo, pero en el fondo, en las raíces, es un tentáculo de cada uno de los seres semejantes.
Pensamos por lo general, los pensamientos ya pensados por el otro; salvo excepciones, salvo esas ideas o pensamientos que salen solo de vez en cuando; todo lo demás es volverlo a pensar, ver como cuando uno ve las caras de un prisma, algunas tal vez las estamos mirando por primera vez, pero a la vez el prisma nunca deja de ser diferente.
Es decir las leyes del universo, del mundo, de la vida, de los hombres, son leyes únicas básicas que hay que cumplir, como es la ley de atracción y de repulsión, de acercarse y alejarse, que de eso se trata; cada una con su fuerza, con su intensidad de fuerza. Lo que varía en el hombre son las ideas, son los ideales. Tenemos desde que salimos al mundo deseos, miedos, temores, angustias, con las cuales seguiremos por el resto de nuestra existencia, algunos recibido otros creados en nuestra temprana edad.
Respondemos, atacamos, soñamos, tenemos en nuestra mente, en nuestro corazón cosas que quisieron ser, algunas se cristalizaron, otras nunca se las pude concretar, sin embargo tenemos que vivir sea como sea con todas ellas.
Las que se cristalizan, las que se logran, son están allí, se pueden conservar o se pueden perder, igualmente solo nos pertenecen por un cierto tiempo; pero las que nunca fueron, esos sueños soñados, están como bocas abiertas tratándonos de devorar, como perros cada vez más hambrientos, nos ladran y nos tratan de morder.
Resignación, remordimientos, dolor, son como “la resaca de la vida que se depositan en el fondo de nuestra alma”: Vallejos. Muchas veces las vemos pero en los otros logradas, alcanzadas en los otros, es como decía Cabral: “Allí va la mujer que a mi me gusta con el hombre que le gusta a ella”.
Aunque sea en el otro, aunque se alcance en el otro pareciera que se alcanza también en nosotros; por supuesto que la mujer le pertenece, es de él, ella lo elige; pero a mi me gusta, me gustaba, está ella allí, existe, la miro, la puedo contemplar, puedo soñar con ella, que ella sea mía.
Todos dirán pero eso es absurdo, lo absurdo es ni siquiera soñar, ni siquiera alcanzar, a pensar, a sentirla, desear a aquella mujer, algo se ha materializado, no me pertenece pero existe, está allí.
Veo su rostro, sus piernas, su sonrisa, su andar, sus ojos grandes, color de miel, su pelo rizado, su cintura, su pecho, es decir que aún así aunque no está a mi lado, yo siento por ella todo lo que quiero sentir, es por lo menos la mitad; qué ahora no se cristalice, que ahora no sea mía, no me pertenezca, eso ya es otra cosa.
Así nos pasa con nuestro sueño, con los que escribimos, con lo que creamos, Shakespeare, Hölderlin escribían para el futuro, sentían que en algunos años, siglos, ellos iban a seguir existiendo, iban a seguir siendo a través de sus escritos, poder estar en la mente de los hombres que vendrán, creo que es un placer vivido por adelantado, como quien recibe un pago adelantado por algo que será.
Sin embargo es Shakespeare, es Hölderlin, los que están en los libro, cuando los leo, es como si ellos existiera a través de lo que dicen, a través de sus ideas, pensamiento, poemas, etc.
Vida horizontal prolongada, extendida a través de esa tela o ese paño extendido por el espacio que es el tiempo; pero otro tiempo, otro eje del tiempo es la intensidad, es el instante profundo y enraizado en lo ideal, en aquello que siempre está, pero solo del él sabemos, de el se ha logrado arrancar algunas pétalos, algunas hojas con las que hacemos nuestro ramillete de flores y lo ponemos en el centro de nuestra mesa, ó hacemos esos menjunjes, eso preparados para calmarnos el dolor, el dolor de vivir aquello que nos hace soñar, soñar el sueño de poder algún día alcanzar, lograr, saber, lo que es la existencia.
Existir es salir, es como cuando el caracol sale, saca su cabeza de la caparazón solo para mirar, solo para contemplar su camino, luego se arrolla en si, se arroba, se viste con trajes de colores como el camaleón, algunas veces para atraer, otras para pasar disimulado enfrente de aquellos que lo quieren devorar.
Atacar, atacar nunca, solo esperar, escuchar y pensar, arremeter cuando el dique se rompe, cuando las aguas son incontenibles; atacar pero atacar solo por rencor o venganza es solo algo bajo, algo de lo cuando trae, trae como cadena, las desgracias.
Enmudecidos quedamos cuando nos llega una sorpresa, pero una sorpresa casi siempre es una consecuencia de lo que hacemos, lo que hacemos es el dique, luego nos sorprendemos cuando se rompe, cuando el agua inunda nuestras casas, nuestros hogares ó simplemente nos ahogamos.
Pero eso sí, tenemos que obrar, tenemos que cambiar, mejorar, solemos decir aunque la historia no nos lo confirma. Como con un bastón de ciego, caminamos ciegos, solo palpamos a las cosas, nunca las tenemos, la palpamos por algunos instantes solamente.
Luego decimos es nuestra la mujer, el perro, el niño, el trabajo; pero sabemos, no podemos mentirnos, que eso será por un corto tiempo no importa lo prolongado que sea, pero es un tiempo limitado.
Sin embargo es nuestro tiempo, nuestro tiempo limitado el que nos importa, ¡seres temporales! eso nos cuesta entender.
Karigüe

PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 30 de Septiembre

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Gracias. Karigüe

viernes, 20 de septiembre de 2013

Poema - Solo una manifestación

aquellas tardecitas, tenues,
sentado leyendo “El pueblo” mi Padre
absorto estaba

no se si leía o se perdía en ese
su mar de recuerdos; nadaba,
flotaba, se sumergía, una
página sin tiempo

ahora, desde lejos, qué otra
cosa puedo hacer mas que
recordarlo en esos momentos
en los que él era sin tiempo

somos trasmisores de vida;
es como si el mismo universo
fuera la vida, como si
el mundo también fuera
solo un trasmisor

la vida es solo una manifestación
de alguien que solo
quiere ser.
Karigüe

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Poema - Solo percibes

adhesión al mundo

almas, conjunto de almas
dentro de ese templo de piedra
y cielo azul

respiras el aire profundamente
y el fuego con el agua
sobre al tierra, como una
tea encendida de pura vida,

cada amanecer nos llegan
los rayos del sol como
una bendición del cosmos
para una tierra que tiene
aún atrapada algo de el

respiras y es el futuro con
el pasado que forma el
Istmo que solo percibes.
Karigüe

lunes, 16 de septiembre de 2013

Libro "Z" – Capítulo 35


POEMA
Guerras, luchas, combates; no tenemos mas que ver, vernos, ver a nuestro alrededor, a la naturaleza, a la vida, al universo.
La atracción y la repulsión de los astros; la expansión y/o contracción de nuestro universo, sobre lo otro, sobre los otros que los sustentan, son grados de lucha; de lucha por ser más, aún que eso nos cueste la desaparición, o la perdida. Somos así. Ello es una ley.
Pero en nosotros hay algo; algo que ve, observa, contempla; contempla como desde afuera, como si aquel espectáculo no fuera nuestro, fuera de otros seres, de otras formas de ser, de querer vivir, de querer existir.
Hölderlin nos dice: “… el hombre durante su existencia, pierde su tiempo, en luchas inútiles…” Tal es solo porque nuestro cuerpo mudo necesita de adrenalina; necesita luchar para sentirse vivo, para estar vivo. Pero dentro de lo que llamamos humanidad, para ver de una manera más precisa, lo que nos hace mantenernos preparados, atentos, es el miedo a ser devorado por el otro.
No ha cambiando mucho, no hace mucho éramos caníbales, necesitábamos la carne del otro para sobrevivir. Hoy ¿no será que necesitamos el alma del otro, el espíritu del otro, para sobrevivir?
Hay un estado de equilibrio, que a la vez es desequilibrio para lo que forma parte. Se ha descubierto que existen estrellas mellizas, es decir que una gira alrededor de la otra y así logran, logran romper la idea que tenemos de que a medida que se acercan dos astros, dos estrellas, ellas llegan a destruirse, se produce la destrucción de las dos o simplemente se convierte en otras formas, se dividen para decir así.
Logran el equilibrio a través del movimiento, de la rotación de una alrededor de la otra. Eso mismo pasa con los planetas del sistema solar; pero para lograr este movimiento debe de existir, por lo menos, dos fuerzas que lo provoque.
Pero existe la otra posibilidad de que la repulsión y la atracción se compensen y a si logren un estado de equilibrio, pero moviéndose.
Es decir, para concentrarnos en el sistema solar, la fuerza de atracción del sol sobre la tierra, es compensado por la fuerza tangencial (a la órbita) de ella. Esta fuerza proviene de algo más antiguo, de la generación en sí producido por el big –bang. Que no sería otra cosa que una generación de energía de un pedazo de materia.
Es decir que el equilibrio que vemos ahora, es logrado por la presencia, la existencia, de un sol (energía acumulada), energía concentrada, y el movimiento producido por la explosión primera.
La materia, o lo que es lo mismo la concentración de energía, la energía acumulada; retarda, frena, el movimiento primero, casi se podría decir que la materia o la energía concentrada son envases. Como es la palabra.
No sabemos, ni tenemos idea, como era lo que exploto para que se forme el universo; tampoco como se formó el pensamiento, más aun la vida, más precisamente el hombre.
Ya es hora que debamos imaginar, crear por lo menos, la palabra de aquello que no solo contiene a nuestro universo, sino a aquello o de aquellos desde donde broto nuestro universo.
El universo de los universos, podría decir por ahora.
Nuestra mente se podrá hacer una imagen sobre éste tema. Imaginemos, que de este universo de los universos, está brotando constantemente universos, vidas, mundo, hombres.
No debe ser muy diferente a como desde nuestra mente brotan las ideas. Una idea nueva, un poema nuevo, un nuevo emprendimiento, etc. Pompas de jabón, que se elevan y vuelve, se desinflan o explotan, que es lo mismo.
Pero todo esto es manifestación de algo. Algo es lo que produce el surgimiento de lo nuevo, y algo que está más del lado de nosotros; es la matriz, es donde se produce lo nuevo.
El planeta encendido y el cometa; el óvulo y el espermatozoide; el tu y el yo; la observación fecundadora y lo otro, el universo de los universos como conjunto, como totalidad, como matriz.
Este yo intrépido, éste ojo azul mira, contempla, se alimenta con la observación.
No sabemos si hay otras vidas como la nuestra; pero nos llena, nos hace sentir algo diferentes, cuando no solo somos capaces de contemplar, de mirar, lo que esta afuera sino lo que esta adentro también.
Es decir que lo que siente el hombre no solo es los rayos del sol, sino también el calor, el fuego abrasador que surge de nuestro interior, como si ello fuera un crisol, en donde se funden, lo que va llegando de afuera, para luego formar las galerías, las paredes, de esa ciudad invisible que es el alma.
Pero más aún que universo, más aún que espíritu, que alma, el hombre es esa piel que separa, que divide; pero además no es hermética, tiene poros, tiene sentidos, válvulas que se abren para adentro y para afuera, es decir que por lo menos tiene dos sentidos y una sola dirección.
Somos lo acumulado, somos lo que sobra, la escoria, lo que queda del paso de la vida por nosotros. Sí por vida entendemos el latido de eso que hemos imaginado como universo de los universos.
Así seguiremos imaginando, construyendo imágenes, hipótesis, teorías, leyes, que nos permitan seguir avanzando, en esa sola dirección, avanzando y oscilando. Oscilando en las direcciones que tiene o pueden tener los radios de una esfera.
Esa sola dirección, ese solo eje, por donde nos desplazamos, ésta es lo que hemos llamado conocimiento. Una figura que va desde un punto ha lo abierto, desde lo abierto ha un punto. Cimiento, cemento por una parte, por otra la figura, el cono.
Como si desde un punto brotara la luz, una luz constante, permanente y del otro lado la representación, que se acerca y se aleja según lo que un observador quiere ver, quiere ver con más intensidad, quiere conocer.
Algo, alguien como aquel que ve nuestros sueños, mientras soñamos.
Algo es la idea, algo es el hombre, algo es el mundo, algo es el universo de los universos, algo que se destila como una gota de rocío en la hoja temblorosa, nuestra alma.
Un poema.
Karigüe

PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 23 de Septiembre

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Gracias. Karigüe

viernes, 13 de septiembre de 2013

Poema - Solo el templo

sin querer te encuentras, a veces
con un parte de tu vida que es
como la ultima hoja de un libro

es como si te colgases de ella, como
si ella se estuviera despidiendo
de ti; y tu escribes lentamente

las cosas que salen de ti también
se demoran, es como cuando
incas los talones en la montaña
cuando estas bajando

la vida tienes sus cosas, tu
las tuyas; pero he ahí que
las tuyas es lo que tienes, lo
otro sólo es lo que permanece

quedas entonces como dentro
del vacío, como si el lugar
en donde estas fuera solo el templo.
Karigüe

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Poema - Se comunican

Lo escuchas bramar al mar entre
las rocas y golpear con sus
brazos espumosos a las orillas
que lo contienen,

de niño, ya de noche lo escuchabas
querías entender que es lo que
decía porque todo ruido tiene
un significado

pero el nombre mar desaparecía,
parecía un ser que hablaba
a alguien, que tal vez no
eras tu

veías a la Luna rodeada de
estrellas, algunas nubes
pasaban silenciosas como
palomas de alas extendidas

desde entonces he pensado
que las cosas y los fenómenos
se comunican,
sin nosotros.
Karigüe

lunes, 9 de septiembre de 2013

Libro "Z" – Capítulo 34


DESCRIBIR
Las actitudes ayudan. Ante todo ¿qué es una actitud? Esta palabra viene de acto, de actuar, podríamos decir que es una particularidad de la persona que realiza actos, y actuar ante todo es obrar. Actuar también es representar, poner en escena la intención, lo que se quiere hacer, realizar.
Cuando decimos: yo tengo una actitud, para realizar ciertas tareas; solemos decir así cuando tenemos una tendencia, una cierta predisposición y habilidad para realizar esas tareas.
Actitud tendría entonces dos significados, no muy diferente. Una es la predisposición, el talento; la otra, la capacidad de llevar a cabo actos, de llevar a la realidad lo que se ha pensado, lo que se ha decidido realizar.
Todo es cosa de comenzar; si tenemos una intención de realizar algo, es porque nos conviene, es decir es no solo lo adecuado, sino que nos va a brindar algún placer o beneficio; inclusive si solo es por dinero, ya que el dinero es en sí un beneficio.
El hecho de llevar cabo una serie de actos en aras de conseguir un beneficio, hace de nosotros una costumbre. Mejor dicho cuando repetimos, un acto ó serie de actos, en nosotros se crea una costumbre, nuestro cuerpo mudo grava, guarda en su memoria; y aquí está lo interesante, cuando se repite varias veces la misma cosa, el mismo acto, nuestro cuerpo incorpora, toma de sí los medios, como para no solo repetir sino mejorar.
¿Cómo se lleva a cabo ésta mejora? Por la información, por la información gravada y la incorporación de nuevas cosas; porque en si las cosa no están aisladas, sino que algunas veces están acompañadas de otras; es decir que solo el acto de actuar, de obrar, hace que nuestro cuerpo mudo cada vez sea más rico, no sólo por la repetición sino por las cosas que se incorporan lateralmente, como acopladas a lo que repetimos.
Nos encontramos entonces que nuestro cuerpo está siendo alimentado, enriquecido, por esa actitud, por la actitud de obrar, de hacer.
Por eso nos dice Machado: “Camino se hace al andar”. Asumiendo como un hecho real, el que la naturaleza sea una costumbre, nos encontramos ante una realidad, construida, hecha, labrada, por esa actitud del espíritu del hombre por el obrar.
Tuvimos y aún la tenemos, pero ahora tan incorporadas que parece automáticas, mejor dicho son automática: la necesidad de comer y de tomar; el hambre y la sed, como el respirar y el pensar. Y desde no hace mucho la necesidad de obrar: la insatisfacción.
Llegamos a un punto y ya estamos pensando en el otro. Estuvimos en reposo por mucho tiempo, luego nos comenzamos a desplazar por el vientre marino, luego nos arrastramos, caminamos y ahora volamos, aunque artificialmente; aunque algunos de nuestros hermanos de travesía, vuelan, como son los pájaros.
Si bien los hombres podemos volar por medios mecánicos; eso nos está llevando a construir cada vez más sofisticadas herramientas como para alcanzar las cosas que nuestro espíritu aspira.
Realmente nuestro espíritu, no desea, no necesita, él aspira. Esto ¿qué quiere decir? Que él esta adelante de nosotros. El hombre no es que está alimentando a su espíritu, lo esta cuidando. Aquí si nos estamos equivocando fiero.
Si bien somos los que sienten; ¡siento que soy! ¡estoy aquí vivo!. Esto lo estamos repitiendo hasta el cansancio, como quien no está seguro, y lo que quiere es convencerse de que es así.
Es cierto, siento que soy así, que pienso así, que siento así. De una determinada forma. El yo como algo separado, separado de aquello que está ahí: el ser, el ser del hombre, el ser del mundo, el ser del universo.
Una serie concatenada de representaciones hechas por el lenguaje. Primero fue el roce, la imagen, el sonido; luego la reacción. El cerebro del animal por mucho tiempo fue receptivo, fue preñado por el otro medio, el medio ambiente, en donde compartía las cosas que sucedían, con el universo de cosas que lo rodeaban.
Luego un despertar, un cierto ponerse de pie y comenzar a imponerse, por medio de la lucha, del combate; primero ciego en tinieblas, luego la visión, el pensamiento, la observación, para llegar a formar no sólo un cuerpo sino una idea, una cierta suposición lenta y cautelosa. Una intención lograda por la dedicación hasta alcanzar, lo que hoy conocemos como voluntad.
Un yo con voluntad es el poder. El poder que ha permitido al mono que piensa apoderarse de éste planeta e intentar conquistar aquello que el cuerpo mudo le demanda: la paz, la felicidad, el equilibrio interior.
La humanidad es un cierto equilibro inestable, un equilibrio que hay que conseguirlo en cada momento de la existencia, no sólo en el universo, sino en una morada que hemos construido a fuerza de obrar, a fuerza de aplicar nuestra actitud por hacer cosas. Esta morada no es otra que el mundo.
El mundo es una morada abierta, invisible en algunos aspectos; pero palpable no solo por los sentidos del cuerpo, sino del alma y además del espíritu.
Podríamos decir que uno de los últimos sentidos del espíritu es el pensar, el crear ideas, conceptos, leyes, normas, como para que se establezca un orden, un orden activo.
Creamos palabras como armonía, paz, plenitud, etc., como para nombrar un estado nuevo, una morada nueva, un mundo dentro de otro mundo.
Un mundo para el espíritu. Hemos creado, de una manera instintiva el mundo, como una obra construida por la actitud del espíritu por la seguridad, por la unión, ya que el espíritu es inestable afuera de la unidad.
El cuerpo es producto de un animo que se anida en cada elemento que lo compone, sea una célula, un gen, un órgano, un sistema; poco después creamos el pensamiento, lo creamos por necesidad. Por la necesidad de estar vivos, de asegurarnos la existencia en esta tierra, en donde queremos y adema nos gusta estar; pero más allá de ella está, para nosotros el vacío, la nada, la oscuridad, cosas que tememos.
Pero he allí, que aunque imperfecto el hombre está aquí, el mundo también. El mundo como guarida del alma.
Pero se produce algo que todavía ni siquiera percibimos. Este incipiente yo, ésta nueva criatura llamada hombre, que dice tener un ser, una forma de ser, no sólo construye una morada nueva, sino un mundo capaz de brindarle poder y paz, sabiduría e inquietud.
A través de la observación, ha encontrado algo nuevo, ha encontrado que él es parte del universo, una parte viva con derecho a existir, a estar aquí, a ser un ser ahí. Inca su yo sobre la tierra y dice aquí construiré mi reino, desde aquí reinare.
Construye un mundo para el espíritu, para su espíritu, le da una morada. Ve por primera vez que el espíritu siempre estuvo adelante de él, es el rastro que encontraba a cada paso, un rastro sobre la nieve, sobre la arena del desierto. Un ánimo que lo anima.
Con el arte el hombre da casa al espíritu, mejor si decimos le da casa (no la de caza), lo ve como se entremete entre las cosas del mundo, es el que es. Pero el hombre lo observa, lo ve obrar, y lo registra para el y para los demás a través de un cuadro, de una melodía, de un poema.
Esta allí vivo y coleando el espíritu del mundo, del universo, de la vida, y de nosotros también.
Esta el obrador, el constructor, el arquitecto, el diseñador. Leonardo Da Vinci, lo captura en el retrato de la Mona Lisa.
Karigüe

PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 16 de Septiembre

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Gracias. Karigüe

viernes, 6 de septiembre de 2013

Poema - Reflejos

cuando al tardecer ves
al mar reflejar las nubes
de colores

parece allí, en el horizonte
como si dos caminos se unieran,
el cielo y el mar

entretejidos por nubes de
colores y por sus reflejos sobre
el mar

es como si el sol allí los
uniera, lo sumergiera
al mar en la profundidad
del cielo y al cielo lo
hiciera navegar por el mar

no todo es alegría
la felicidad es un reflejo
de la plenitud.
Karigüe

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Poema - ¿Quién eres?

pareciera que la mente solo
es la pista de aterrizaje de
los pensamientos; la ciudad,
el campo que los rodea, el alma

por allí despegan lo que el hombre
hace, lo que el hombre quiere, inclusive
su inconsciente; es decir su espíritu

el que luego como los ojos de
un águila ve a los dos desde
la altura que va tomando

pero aun nos rodea como
una coraza, ese cuerpo mudo
que nos da morada, alimentos
que tiene almacenados desde
hace mucho

de tal manera que si te preguntas
¿quién eres?
bajas la mirada
y callas.
Karigüe

lunes, 2 de septiembre de 2013

Libro "Z" – Capítulo 33


VOLVER
Hay situaciones que son irremediables; como es la convivencia, como es o son las relaciones laborables, o simplemente como es un tema.
Un tema, en el cual no hay para donde ir, como se suele decir ni para adelante ni para atrás, por lo tanto hay que abandonarlo. Así son las situaciones, los caminos de la vida, por donde transitamos así lo hubiéramos planeado o no.
Pero duele, duele ser rechazado, no aceptado. Siempre una parte tiene que ser expulsada, así se quiera ó no. Lo suelen decir lo más grandes Gurús de la economía, como aquello que quieren mantener viva, activa la misma vida, su vida misma. Renovarse es vivir.
Por otro lado esta lo variado, la diversidad, tan necesaria como para que sostener, mantener, los constante cambios, la constante mutación que sucede, que se lleva a cabo, no solo dentro de nuestro cuerpo sino afuera de él, en nuestro otro medio, el medio ambiente.
Así que no nos debe de sorprender, ni alamar, estos cambios, estos constantes cambios que suceden y los cuales nos afectan constantemente.
Se solía decir el tema es mantener, mantener constante nuestra forma de ser; pero ya no es así, nunca lo fue; queramos o no cambiamos, nos modificamos, constantemente.
A veces ocurre, que el cielo nos dona, o la suerte nos da una posibilidad, un regalo; que debido a no estar preparado para administrarlo, lo solemos perder; para terminar como en el principio, en el comienzo; pero con un poco más de experiencia.
Todo esto ocurre en la vida, como ocurre todas las cosas que existen, que están, que conviven con nosotros y muchas de ellas forman parte de nosotros.
Son las cosas, las benditas cosas. Una relación de pareja, una relación laboral, son cosas. Cosas vivas, es como un entretejido, una serie de ramificaciones, como una red, flexible, viva, en las cual los actores, lo generadores de esa red, están en los extremos.
Es algo virtual, vivo, nos afecta; nunca o casi nunca los actores tienen la misma fuerza, potencia, poder, ya sea el de dominio, de rechazo, de encantamiento.
Muchos de esto lazos se enraízan en las profundidades de estas relaciones, allí casi imperceptibles, actúan; y nosotros las llamamos celestiales, como si alguien, un dios, o cupido o la suerte, actúan aumentando o disminuyendo la intensidad de la relación.
Sin embargo esas relaciones pueden terminar y hay muchas razones para que ello termine, puede ser el aburrimiento, el cansancio, la necesidad que tiene todo ser vivo, por renovarse; como la tiene todo lago de ser batido por el viento para que sus aguas no se pudran.
No es que uno quiere desvalorizar las relaciones humanas con las cosas, con el agua de un lago por ejemplo; lo que sucede es que están eslabonadas, encadenas; y, si uno quieres verlas, tiene que emplear las metáforas, las relaciones verticales como para poderlas ver, y la primera es la naturaleza, la cual no hemos todavía dejado de ser.
Todos tenemos derecho a la ruptura, a lograr nuestra libertad del otro, ya ésta sea nuestra pareja o nuestra relación laboral tanto de un lado como del otro, la libertad de amar y de relacionarse, es necesaria siempre.
El tema es ver con claridad aquellas cosas, cosas que sin ser son. Sin aparecer, están allí, cómo invisibles. Las costumbres son la base de lo que somos, más aún somos ellas. La naturaleza es una costumbre milenaria que a fuerza de ser practicada, llevada a cabo, llevada a ser como es.
Hay algo de por cierto, algo a lo que podemos llamar animo, espíritu, aquello que lleva a la repetición, y que por ellos, por la insistencia de ello, hemos logrado ser como somos ahora.
Es como llegar a un callejón sin salida, podemos volver a atrás, podemos intentar saltarlo, o perforarlo. En las dos últimas opciones no sabemos lo que está del otro lado, no podemos verlo. Pero es allí: cuando estamos contra el suelo en donde nuestro espíritu vive, vive con más intensidad que nunca, más aún en estos casos es cuanto nosotros lo sentimos, lo sentimos más vivo que nosotros mismos.
Esto es, ha sido y será siempre así, por los siglos de los siglos, amen.
¿Será que el espíritu, nuestro ánimo, lo que somos y de lo cual solo vemos la punta del iceberg, querrá a fuerza de la costumbre, a fuerza de ponernos contra la pared, contra el muro del silencio, ser?
¿Ser nuevamente espíritu, ya que lo que es ahora es un verbo encarnado, atrapado en al carne, en éste planeta, en éste sistema, en éste universo, en éste cosmos?
La libertad, la tan bendita libertad, no es otra cosa que eso, existe, hay dentro de nosotros algo que está preso, atrapado, que quiere ser libre, por eso las insatisfacciones, por eso la interminable cadena de necesidad insatisfechas, una trae a la otra, pero es en sí la materia, la que crea capas para evitar que éste, éste nuestro espíritu sea nuevamente espíritu.
Todo lo demás es metáfora de ese anima agitado, que late, que llora, que ríe y se angustia a la vez, como si estuviera viviendo en un mundo que no le pertenece, es casi un emigrante, un emigrante que no ha sido incorporado.
¿Será eso el espíritu, seremos así y o todavía no nos damos cuenta, no vemos, no aceptamos una realidad tangible como es la que estamos solos en el universo? No hay quien escuche porque nosotros hemos inventado el habla, el idioma, y nosotros tenemos que contestarnos.
Viviremos y por cierto serán miles de años todavía hasta que nos adaptemos, hasta que nos miremos a nosotros mismo, y podamos vivir con aquello, con aquello que está más solitario, más extranjero que nosotros, que es nuestro espíritu.
Es decir espíritu y naturaleza serán una algunas vez, nos miraremos como cuando un existente hermafrodita se ha separado, y tendremos el encuentro más feliz de nuestra existencia, casi como cuanto tenemos relaciones sexuales por primera vez.
No exageremos, ya casi no hay diferencia entre el yo del hombre y la mismisidad, entre la ipsidad del hombre y el alma de la vida, del universo y de los universos. Entre el Ánimus y el Ánima.
Estamos siendo, la naturaleza la vida es ya, somos como un espermatozoide lanzado, vaya a saber por quién, que va en camino a fecundar al Ánima, a nuestra alma, la razón por qué no nos damos cuanta es porque la expulsión del paraíso terrenal no sucedió mucho tiempo atrás, fue reciente. Somos hermafroditas recién separados, que por primer vez se van a volver a unir y qué espectacular placer nos espera.
Qué plenitud, qué unidad.
Karigüe

PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 9 de Septiembre

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Gracias. Karigüe

viernes, 30 de agosto de 2013

Poema - Poros

Hay libros tan profundos, que
parece que contuvieran en cavernas
lo que se destiló en el alma del autor

libros que respiran, como
respiran las montañas con sus
columnas de vapor

es como si allí la vida, dentro
del libro, fuera como esa
leña seca que encienden los
arrieros en la oscuridad

toda obra es viva, contienen
vida las palabras escritas
como las que se dicen

por todo lado está la vida, pero
ella te llama por esos poros
que abren los artistas.
Karigüe

miércoles, 28 de agosto de 2013

Poema - Pensamientos

Es como te detuvieras y mirases
tu mente

¿cuantos pensamientos?
ellos como si fueran pequeño seres
vivientes, que se ocupan de la
milagrosa actividad de la
existencia tuya

no sabes si ellos te crearon o tu
los creaste, pero están, son
multitud por lo tanto actúan
así

como un ejercito instintivo sin
ser instinto

te alejas y los ves cómo tratan
de ocuparse, de ocuparte

la distancia es la belleza
de la mente.
Karigüe

lunes, 26 de agosto de 2013

Libro "Z" – Capítulo 32


ALGO MÁS
Es verdad que hay momentos en que los hombres tienen que descansar; desensillar y descansar; ya que todo tiene un límite. Pero hay circunstancias en que no se puede, se tiene que proseguir, seguir; entonces he allí el arte de vivir, de vivir sin descansar; porque todo estado limite es para el hombre una frontera que hay que atravesar.
Es cierto que la vida nos presenta, nos da cosas; las cuales tenemos que manejarlas, dentro de un mundo globalizado, pero no emparejado. Nos unen, nos atan; mejor aun nos unimos, nos atamos, luego nos quejamos de la uniformidad. En aquella en la que todos no tenemos, ni la fuerza, ni la cultura, como para poder convivir, y más aún vivir.
Es cierto que hay accidentes, de los livianos y de los fatales. Es cierto además que está la suerte; aquello que proviene del azar o de algún dios bondadoso (y otras veces no tanto). Pero que la vida que nos toca, aquella que tenemos enfrente, la tenemos que enfrentar. Tenemos que luchar contra ella, tenemos que combatir, enroscarnos con ella, sino queremos ser devorados por ella o sino lo peor, no ser tenido en cuanta por ella.
El aislamiento, aquellos hombres periféricos, rotan (aunque resulte extraño) a mayor velocidad, a mayor velocidad se consumen; como las cosas que está (dentro de lo que es vivo) afuera del ojo de la tormenta, en la periferia.
Pero he allí, a algunos hombres que por azar o por dedicación, o elección, viven dentro de ojo de la tormenta. Bueno, allí está un vida muy especial, allí vive, se vive una vida diferente.
Una vida, la vida de dioses, la plenitud. Nietzsche decía: “Alrededor de un Héroe se crea la tragedia, ¿alrededor del dios se crea el mundo?”
Palabras que retumban, que suena, que vibran alrededor del mundo del espíritu; alrededor de aquello que nos decía Behetoven: “Solo aquel que esta contra el suelo conoce su espíritu”
La tragedia, el sufrimiento, el dolor, pareciera que son la antesala de lo espiritual. Agreguemos una cosa más de Bach, decía: “Un poco antes de la armonía existe, vive, una desarmonía profunda”
Tantos ejemplos mas podríamos agregar. Agregar, sobre esta no sólo sensación, ni idea, ni conocimiento sino como una realidad tangible, en la que el sufrimiento solo ataca a los hombres capaces de soportarlo. Como si el sufrimiento fuera un ser, el dolor también y por qué no la angustia, es decir todo aquello que nos retrae, que nos hace desandar, como pisando huellas ya andadas, ya recorridas; y volver así al comienzo, a nuestro nacimiento, al origen; a aquello, a aquel, desde donde hemos brotado.
Como fruto caído que vuelve al árbol, pero no cumpliendo otro ciclo, como esos que cumple la semilla, siendo nuevamente raíz; si no como el elevarse, el recorrer un camino reciente; como robar al tiempo, un trozo de su obra, de su presentación, de su representación, y ser fruto, ser flor, savia, que se eleva desde el suelo; pero viendo iluminado ese camino inverso, ese camino a contramano de la vida.
Es una reconstrucción, una representación en sentido contrario de la obra, un deshacer, deshilachar, desenvolver, desnudar, aquello que fuimos.
Lo otro está adelante de nuestra frente, de nuestros ojos, lo vemos, pero solo hasta una cierta distancia. Podemos proyectar, imaginar, soñar, lo que vendrá; pero lo que vendrá le pertenece a la vida, es de la vida, o de algún dios.
Poro el pasado, aquello que vivimos, aquello que fuimos; eso, eso sí que nos pertenece, eso es lo almacenado, lo que tenemos guardado; porque aunque nuestra memoria no lo tenga fresco, alguna parte de nuestro cuerpo lo tendrá, lo tendrá aún vivo, aún presente.
Eso, bueno eso es el conocimiento; por él somos como dioses de aquello que está adentro de nosotros, aquello que nos pertenece. Un gen, una célula, guardada en sí como un tesoro. Como un tesoro dentro de ese cuerpo, dentro de esa piel, que todo ser vivo tiene; guarda, guarda lo vivo.
Lo que pudimos conseguir alguna vez, permanece para siempre dentro nuestro, dentro de esta piel extendida del hombre, que es el mundo.
Entre el LUCA, el hombre y el mundo, hay una continuidad asombrosa, una continuidad compacta. Una continuidad formada por eslabones irrompibles, eslabones que no podemos mirar, ver, contemplar.
Somos y seremos alquimistas. Una vez capturada una pieza, algo nuevo, inmediatamente comenzamos a soñar la próxima, la próxima como deseo, como ensueño de algo que no somos, de algo y en algo que nos hace adormitar, porque todavía no tenemos la fortaleza de ver.
De vernos ya no nuestro rostro en un charco de agua; sino que el conocimiento, aquello que estamos siendo, pueda verse. Podamos vernos ya, que estamos unidos, en el espejo, en ese gran espejo que es el mundo.
No vemos, no podemos aceptar que hay algo adelante nuestro, alguien, algo, al cual estamos siguiendo los pasos, los rastros. Y hay alguien, algo que está después de nosotros, a quien ó quien nos seguirá, pero solos jamás, no es que tengamos miedo a estar solos, sino que somos ya una unidad. ¿Podría el riñón, ser riñón, afuera del cuerpo?
Todo un camino escabroso, camino de cabras, de cielo y de barrancos, de valles y de montañas, de glaciares y desiertos; pero camino la fin. La vida cómo camino. Una posibilidad de ser, de existir. Un camino lateral.
Lo otro lo que hemos llegado a ser, es un pedestal de acero, de hierro, de cemento. Un pedestal tal que ni una tormenta de la vida la puede destruir, la puede derribar. Una célula del cuerpo, un hombre, son elementos tales, unidos de tal manera, que hacen de este mundo nuestra morada. Y aunque cueste entender, la mejor morada, la más segura, la más nuestra.
Bueno eso es el amor. El amor es morar en esta morada, dentro de esta morada, es estar adentro de ella en – a - morada, enamorado. Amor es habitar el mundo, con esa piel aún invisible que es el conocimiento.
¿Puedes imaginarte que ya somos ello? Algo que es, algo más que mundo. La vida atrapada dentro de esa fortaleza que ha construido el hombre; obra del hombre, y a la cual la hemos acorralado tanto que ahora la queremos clonar, es decir hacer otra vida, con esa herramienta a la que le hemos llamado ciencia.
¿El conocimiento como piel del amor? Y será por eso que cuando amamos, el corazón de ese nuestro cuerpo mudo late con más fuerza, como queriendo salir de él, como queriendo emprende vuelo, salirse.
Otro vuelo, un vuelo más.
Karigüe

PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 2 de Septiembre

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Gracias. Karigüe

viernes, 23 de agosto de 2013

Poema - Pensar

Pensar ¿es un dialogo del
alma con ella misma, o la
mente con ella misma?

diálogo del tu con el yo; ese yo
que es ánimo, espíritu; ese tu
que es corazón

es decir el pensar sereno, tranquilo
calmo, es un fluir; es como
aquellos riachuelos que se forman
por el deshielo

el yo solo el camayo, el campesino
que sabe como regar su campo,
su alma, con esa agua llamada
conocimiento

así el corazón es un fluir de
la vida, aquella que se
desprende de la oscuridad
que aún somos.
Karigüe

miércoles, 21 de agosto de 2013

Poema - ¿Para qué?

La realidad es como un desierto,
granos desprendidos de
las rocas, que el viento lleva
formando esas olas detenidas,
solo durante el día

de noche pereciera que el viento
son brazos de las estrellas que
dibujan sobre la realidad
ondas, como es la luz

la luz hija de la oscuridad,
tal vez solo su sueño; tal vez
lo que vivimos sea solo un
sueño del cosmos, en esa
soledad fría que lo contiene todo

un sueño, a través del cual, el
cosmos, desesperadamente busca eternidad

nosotros la queremos también
pero no sabemos para qué.
Karigüe

lunes, 19 de agosto de 2013

Libro "Z" – Capítulo 31


CONOCIMIENTO
Descubrir la falla, encontrar el error, es encontrar el camino; es encontrar la forma de ser, la forma de construirse, de armarse, inclusive de soportarse.
Piedra a piedra, ladrillo a ladrillo; célula a célula, el hombre se construye, el animal, la planta, la vida, el universo, los universos. Pareciera que este inmenso mar de vida en donde estamos, en donde moramos, el algo vivo también. El universo que contiene a nuestro universo, los universos contenidos soportados, se pierden a las distancia, en ese túnel que es el tiempo.
Todo soportado, contenido por todo, aún el conocimiento. Aquello que somos, aquello de cual estamos hechos, estamos formados.
El bendito cuerpo es nuestro universo cercano, aquel compuesto por cien mil millones de células, de igual numero de galaxias esta compuesto el universo, nuestra otra órbita, nuestra otra cáscara de cebolla.
Es ahí en donde cada uno de estas partes está viva, tiene su forma de ser, está evolucionando. ¿O se creen que solo nosotros como seres ahí, evolucionamos? Ellos también, nuestra benditas células, nuestros benditos genes.
Formas que laten es la vida, vida diminuta, vida inmensa, que se pierde a lo lejos, allí en donde no miramos, en donde solo presentimos; sin embargo está allí, es algo físico, algo que vive en el río del tiempo, flotan, se sumergen, explotan, vuelven a contraerse para volver a explotar.
¿Que es eso, que es lo que se repite, que es lo que late, lo que se forma, lo que para nosotros está, pero hace mucho tiempo dejo de existir, sin embargo para nosotros está allí?
Es el tiempo el que nos lleva, no hace vivir apariencias, formas, cosas; siendo las cosas vivas, de otras formas, con otras formas, en otras órbitas, en otros estratos.
Fuimos cosas algún día; pero algo se instaló, algo dejo de obedecer a las leyes de este nuestro universo. Tal vez fue otro el que se interpuso, ó a esta edad de nuestro desarrollo ¿podemos imaginar que hay solo un universo? ¿ó son muchos, uno superpuesto sobre otro formando otro universo, y así perdernos allí a donde nuestra vista, ni nuestra conocimiento alcanzan?
Pero ¿qué es lo que nos diferencia? Algo como aquella enredadera amarilla que se consume, que lo devora al árbol que lo soporta, para luego no tener en donde soportarse, así desaparecer, morir, para aparecer en otra parte.
Achicarse, encogerse, hasta ser semilla; para luego ser árbol, ser fruto, ser como la luz de una luciérnaga. Vida, vida en todas partes a donde puedas mirar, contemplar.
Hay algo que observa, es mi yo, es mi mente, es mi cuerpo mudo, el que almacena, el que reflexiona, el que dice: yo soy, soy así, miro, contemplo, analizo, espero; pero no dejo de devorar, devorar cosas, experiencias, emociones, enojos, alegrías, como si fueran presas, como si fueran elementos que mi cuerpo mudo necesita, necesita para vivir, incluyendo a las cosas espirituales. No hemos dejando de ser elementos del universo, de los universos que se devoran entre sí.
Por lo que se podría deducir que nada se crea en los universos, todo se transforma, inclusive la vida, la muerte solo son cambios de estado dentro del universo, mientras todo, absolutamente todo, es decir la suma permanece constante.
Es el conocimiento lo que ve; pero a la vez es lo que ilumina, pareciera que está antes que nosotros no después, no como resultado sino como un impulso, un espíritu que se expande, que se desmorona y la vez se erige, algo más terrible y potente que una marabunta, que una piraña. Un devorador de los devoradores, uno que consume devoradores. Son nuestros sentidos redes lanzadas la vacío, redes que inclusive tejen sus propios tejidos, para cazar a lo demás y ser cazados allí. Terrible fuerza del universo, tal vez es nueva. Es aquella fuerza que esta devorando a la tierra y que devorará al universo.
Bueno, eso está dentro de nosotros, nosotros somos portadores de tamaña fuerza, fuerza que se crea así misma, que hace, que se nuestra a través de lo que devora, de lo que consume, de aquellas formas que toma del universo, de la naturaleza, de la vida, de la tierra.
Bueno eso es lo que somos, eso es lo que mira, lo que contempla, lo que deduce, lo que informa, lo que quiere ser informada, Un conocimiento, algo que brota de un cono, que nació, que brotó como brota todo elemento de la naturaleza, de los universos: es espermatozoide y óvulo, es cometa y planeta incandescente, es universo y otro universo que lo fecunda. Así podemos seguir, porque se crea lo nuevo de lo viejo y lo viejo vuelve a ser nuevo, cambios, salto entre los opuestos; pero no de dos, sino de lo múltiples difícil de entender, ya que todavía somos binarios, solamente binarios.
Bueno allí nuestro conocimiento, lo que vamos siendo, lo que nos impulsa, lo que nos lleva por el túnel, por el río del tiempo.
Tiempo solo posibilidad, solo cause, nosotros somos el agua. El agua que fecunda a las cosas, A las cosas que están sobre la tierra, que están en este universo que late y del cual hemos copiado, hemos imitado, como lo hace el camaleón; y, nuestro corazón late.
Nuestro cuerpo es solo representación, inclusive el mundo, representación de algo que está dentro de nosotros y, cuyo yo es más profundo que el yo. Un yo que se muestra, que se da a luz a través de lo que solemos llamar conocimiento, el yo sublime.
Karigüe

PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 26 de Agosto

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Gracias. Karigüe

viernes, 16 de agosto de 2013

Poema - Necesidad

eres como ese Camayo que riega
la tierra

se desliza el agua de la acequia
algo de ella apaga la sed
del surco, algo de ella va
avanzando

así, con la paciencia del que
riega, la tierra que te pertenece
calma su sed

luego el cultivo florecer, el
fruto se forma ya sea sobre
o dentro de la tierra

es como si ella se entregara a ti
y tu solo la disfrutas con
el gusto, con el sabor

una comunión de seres
a través de la necesidad
que solo es el cáliz.
Karigüe

miércoles, 14 de agosto de 2013

Poema - Mármol

hay afectos olvidados, que solo
aparecen como luciérnagas
en la oscuridad

son formas que titilan, que
tratan de ser, pero el mar
del tiempo las hunde

hay afectos que de niño he
olvidado, recuerdos desvanecidos
que no se adhirieron al
corazón

Y cuando aparecen los
miras como extraños,
comprendes que eres como
esos acantilados de mármol

en los que el mar
es solo olas.
Karigüe

lunes, 12 de agosto de 2013

Libro "Z" – Capítulo 30


LA DIVERSIDAD
No hay mas que observar, luego ver, que en cada cosa, en cada ser, está implícito el movimiento. Aún cuando se cree ver, sentir, la armonía; las cosas adentro de esa armonía están en permanente movimiento, en constante cambio, mutación.
“La diversidad es un valor en sí de la naturaleza, de la vida, más aún es una condición indispensable de la existencia del universo, del mundo, del hombre”.
Está lo vivo, lo existente, lo real, la cosa, el ser; lo otro es algo que es en sí, del cual todavía no sabemos de él; no alcanzan nuestros sentidos a registrar. La ciencia sólo es un brazo de corto alcance.
Si bien hoy podemos registrar y aún medir, no podemos, no alcanzamos, ni siquiera a presentir, lo que está un poco más allá de lo que somos.
La muerte está tan cerca, convive con lo existente en cada instante, en cada momento, esta junto a él. Esta como conteniéndolo dentro de un vientre. Si por alguna razón se abre, se rompe, se deteriora. Lo existente en la intemperie, en la intemperie en donde la vida habita, se pierde, más aún se desintegra.
La muerte es lo que da morada a lo existente, es la casa de lo vivo; mas allá de ellos el ser, el universo, el mundo, el animal, el hombre, no existen; pero a la vez no sabemos nada de ella, sabemos de su existencia, de que está ahí, a un paso, tan cerca como dar un paso hacia el abismo, hacia el fuego, hacia donde la forma deja de existir.
El hombre tiene algo dentro de sí que lo convierte en un existente. Lo hace pensar, hablar, observar, imaginar, soñar, construye un mundo en parte invisible y en parte visible. Un mundo capaz de ser trasmitido, compartido, en parte; nunca íntegramente, por que el alma del hombre es ante todo única y particular, luego general.
Si nos detenemos por un instante y vemos, tratamos de ver, de escuchar, de observar, de mirar, de ver, lo que hay dentro de nosotros, solo veríamos lo superficial, lo que la memoria nos trae: las cosas en sí y sus relaciones; pero todo se pierde más allá de lo que podemos ver.
Lo que podemos ver, entender, escuchar, saborear, contemplar, es lo que hasta ahora podemos alcanzar, no solo con los sentidos del cuerpo, del alma, del espíritu; sino con algo que desde hace un tiempo ya habita en los hombres, dentro de los hombres: el conocimiento.
¿Qué es en sí el conocimiento? Es experiencia vivida y registrada por los sentidos, es digestión de ella dentro de un estomago, el cual es órgano de un sistema al cual le hemos puesto el nombre de alma. Luego ese bolo alimenticio se distribuye, a través de canales, a lo largo y a lo ancho de esas galerías del alma, de la cual nos hablan los poetas.
Allí, en esas galerías; a donde ni nuestra mente, ni los mismos ojos del alma pueden llegar. Todo un mundo oscuro y vivo, latiendo, fundiéndose dentro de ese crisol al cual hemos llamado corazón. En este crisol, el pasado, el presente y aún el futuro, se funden por un fuego; el mismo fuego que ha dado lugar al universo, al mundo, al sol y a las estrellas, y más aún al alma para que vea. Para que ella misma ilumine lo que ha llegado a ser, a almacenar; pero además a través de esa luz, mejor dicho por esa luz y en esa luz, podemos ver mas allá. Una luz que además de iluminar, ve.
Bueno a esa luz desde hace mucho la solemos llamar espíritu. Espíritu no como el movimiento en sí, no como lo que promueve, lo que mueve, lo que hace que las cosas sean, que los seres vivan, existan; sino algo que se arroba en sí mismo, y a la vez se abre. Un latido como le big - bang, un latido como el de tu corazón.
Algo que somos también, somos parte, somos lo diverso. Si bien podríamos decir que el universo, es un verso único; lo diverso, es lo hablado, lo dicho, somos el universo nuevo, un universo nuevo, el universo de la palabra, del verso que se dice así mismo.
Si bien hasta donde podemos ver e imaginar, el universo está hecho de materia y energía; lo diverso está hecho de palabras, el mundo en si esta hecho de palabras construidas, ligadas, unidas, por esas sinapsis que es el lenguaje. Lenguaje como sistema.
El mundo es mudo aún, no es capaz de hablar con otros mundos; porque el es como un óvulo, ó como un espermatozoide lanzado a la caza de un óvulo. Mudo porque todavía no tiene su propio lenguaje, no cuenta con palabras capaces de unirlo a otros mundos, de comunicarse con otros mundos.
Dentro de él la vida pulsa, late, brama como el mar, habla, se estremece como un animal en celo, como un animal que quiere, que necesita aparearse.
Y lo hará algún día. Ahora no tiene una salida; por más que va hacía su interior, por mas que se crean micromundos capaces de hacerlo mutar. El sentido es único, el sentido es la diversidad, aparearse con lo diferente. Lo diferente como una ventana, como una puerta por donde salir de sí; porque lo existente, desde lo diminuto hasta la infinito, no puede nunca estar dentro de sí, estar encerado en algo que quede retenido, contenido. La armonía es la diversidad en equilibrio inestable, siempre.
Karigüe

PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 19 de Agosto

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Gracias. Karigüe

viernes, 2 de agosto de 2013

Poema - Figura

cómo se abre la roca
en la figura

el cincel obedece al golpe del
martillo, el martillo a la
mano

pero es más profundo aún
que el sueño, que la inspiración

la forma es como esa pompa
de jabón que se eleva y el
viento la mece en su
propio vacío

la ves en un paisaje, en un
desierto, en la nieve o
en la ola que s e eleva solo
para golpear la roca y
ser brisa.
Karigüe

miércoles, 31 de julio de 2013

Poema - Lucha

debajo del puente solía ver el
agua correr

avanzaba como presurosa, como
si la pendiente, la caída, la
empujaba hacia abajo

como si escuchara el llamado
del mar, mientras la tierra
árida extendía sus tentáculos,
eran los hombres hambrientos

aquellos camayos que colocaban
piedras como dique para
que el agua se desvíe

la veía como cuando una
madre ve a su cría que la
devoran, la consumen

me imaginaba entonces la
razón por qué el mar rugía.
Karigüe

lunes, 29 de julio de 2013

Libro "Z" – Capítulo 29


ARMONÍA
Pareciera que las cosas están, están allí, como esperándonos; pero no es así las cosas son, aunque no estemos los que las nombran.
Pero hay algunas de los cuales somos lo creadores, los labradores, lo pulidores, los transformadores y muchas veces los destructores, los eliminadores.
Las cosas producidas por la técnica, la ciencia, como un florero, un auto, una casa, una pista de patinaje, una pista de sky, y tantas otras; todas ellas, las creadas por el hombre, por lo general tienen una utilidad, para él, le sirven y este ser las usa en su provecho.
Son fabricadas por generaciones tras generaciones, se van puliendo, perfeccionando, ya sea en la forma o en material de la cual están hechas, y así será hasta el fin de los tiempos. La mayoría de las cosas creadas además de ser brotadas de forma lenta y pausada; son creadas, también por la casualidad. Ese caos que es y que está presente siempre, como motor para que las cosas no solo se creen, sino para que cambien.
Pero el hombre tiene cosas que son creadas totalmente por su trabajo, dedicación, persistencia y hasta se podría decir amor; que no dependen del caos, sino que ellas son caos transformado en armonía.
La palabra armonía es un de las mas bellas creaciones del hombre, más aún creo que esta palabra lo guía, lo lleva, de y por la narices a crear a fundar un mundo. Una morada de paz y plenitud.
Una obra de arte, ya sea un cuadro, un poema, una melodía, una escultura, etc., son y le pertenecen nada más que al hombre; como obras, no como objetos.
En ellas el hombre se resume, se condensa, hace destilar su espiritualidad. Eso que es, que siente que está siendo; pero solo a través de la inspiración las puede extraer, sacar, desnudar, separar: lo que es vida, lo que es naturaleza y lo que es él: Un ser espiritual.
Un ser que está descubriendo, que esta desnudando, lo que es; pero no en él, porque no se puede mirar, observar directamente, necesita de un espejo; bueno ese espejo son las cosas creadas totalmente por el, las cosas u obras de arte, las partes que componen el mundo espiritual.
El espíritu siempre está antes y después del hombre. Está como lo que tiene que recordar, pero a la vez está cómo lo que tiene que hacer, realizar, labrar, extraer.
El hambre y la sed le pertenecen al cuerpo físico, al alma la reflexión, la caridad, el amor; al espíritu la obra, la obra inacabada que es el mundo. El espíritu como dinámica del mundo.
No es en si la insatisfacción lo que al espíritu lo mueve; el espíritu tampoco es una boca abierta como el mundo.
El espíritu en esencia somos. Es lo más nítido y a la vez lo más profundo, es el antes y el después. Nosotros solo su expresión, más aún su representación.
No es el ser, el pensar. El pensar es solo un instrumento, un tentáculo, un brazo extendido, un sentido. Algo que se siente y por lo tanto se realiza; por lo tanto no podemos ponerlo a definirnos, a describirnos con él. Aunque en si no tenemos otra cosa, otro instrumento para saber por ahora de nosotros, algo de lo que somos. No por ello debemos atribuirle y confundirlo como ser o simplemente como espíritu.
El espíritu es algo que se arroba por entre los hombres, ya sea como comunidad o como ser ahí, ser en sí. Tenemos la obligación, como que somos parte solamente, decir y pensar no solo en el ser ahí, ahí adentro sino en el ser allí, el ser que se despliega en el mundo; ya no sólo dentro de nosotros, sino afuera también.
Es verdad que yo siento, yo soy, yo siento mi mismisidad, mi ipsidad; pero a la vez no puedo negar que el espíritu, aún el espíritu de la vida o del mundo, también habita en las cosas, en todas las cosas; aunque brilla, aunque los podemos ver con más claridad en las cosas del espíritu, en las cosas espirituales, en las cosas creadas sólo por el hombre excluyendo ya sea a la vida o al mundo.
Lo personal, lo de cada uno, es lo que es realmente de nosotros, seres avaros. Producto de esa avaricia, condenable por la ética, somos; porque algo le robamos al río de la vida, y con ello regamos nuestro jardín, nuestro campo, nuestro mundo nuevo.
Sí lo que queremos ver con claridad somos ladrones de vida, robamos aquello que pasa por nosotros para construir poco a poco un castillo, una morada, para habitarla, para detenernos aunque sea por instantes. Para luego volar; para luego elevarnos y volar ya sea en el sentido del río de la vida, del tiempo, o en el sentido y dirección que nos indique eso que ha crecido, y que es nuestro, ese nuevo viento, esa brisa fresca que por ahora solo nos deleitamos, solo hemos llegado a deleitarnos.
El vuelo del cóndor. Esa aparente inmovilidad, ese dejarse llevar por los vientos, por las corrientes de viento; como lo hacen los veleros; pero estas corrientes son más sutiles, más altas.
El aire, la atmósfera es un mar, un mar de aire. Nos retuvimos, nos detendremos en la orilla de los ríos sólo para invernar. Somos para que el espíritu sea otro, para que el espíritu se trasforme de gusano en mariposa y pueda levantar vuelo, pueda elevarse de sí, romper las cadenas de Prometeo, los clavos del Cristo.
Entonces si en el aire, como cuando uno está escribiendo un poema; como siendo Descarte, pensó que podía romper las cadenas de los diablitos, de esa dudas que lo corrompían al hombre y sentir que era él, lo más nítido hasta entonces; luego la vida en el hombre se abrió al mundo, y el mundo entró en el, un mundo ya maduro como fruto. Desde entonces somos una simbiosis hombre - mundo.
Una simbiosis que está levantando vuelo, que está rompiendo cadenas, volando, elevándose de sí; si por sí consideramos al hombre que piensa y al mundo que se crea. Ambos no dejan de crecer, no dejan de formar al niño, a la criatura nueva, al cuerpo de la criatura nueva, al Saratustra, de Nietzsche, al Hiperión de Hölderlin, etc.
Pero a la vez a esa criatura le está creciendo, se está formando dentro de ella un alma nueva. Y dentro de esta alma, de esta piel sensible, dúctil, transparente y a la vez impenetrable, está brotando aquello que anuncian, como trompetas la música de Bach, aquello que está gravado, impreso, en los cuadros de Vangho, y escondida, escondido está aquello que brota ya no dentro de los cántaros que se dicen a sí mismo representado, sino que salta entre estos cántaros. Estos cántaros como neuronas, lo nuevo como sinapsis.
No hay con que describirlo porque las palabras se han enquistado, si bien estos cántaros son metáforas muertas; siendo eso, esto nuevo, palabras muertas. Palabras que nos dejan, que dejan de sí la antorcha de la vida nueva, de lo que estamos siendo.
Solo tu o yo tenemos que tomar esa antorcha y seguir corriendo, seguir avanzando sobre aquello que nos atrae, el siempre nuevo, el espíritu del después; pero corriendo, avanzando no por insatisfacción sino por placer.
El placer que brinda la armonía.
Karigüe

PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 5 de Agosto

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Gracias. Karigüe

viernes, 26 de julio de 2013

Poema - Lo profundo y lo alto

esos sentimientos puros que
brotan en tu corazón
son como perfume de la tierra
que se condensa como gotas
de rocío, como uva del racimo
que después será vino consagrado

es como si nos abriéramos camino
por entre la maleza de nuestros
pensamientos

es la misma fuerza de la naturaleza
que nos sobre pasa y nos
espera adelante como sombra

solo corta los tallos no las
raíces, ellas servirán parea
que cubran aquello que
no puedes ver

seres periférico somos,
lo profundo y lo alto
solo aparecen en nuestros sueños.
Karigüe

miércoles, 24 de julio de 2013

Poema - Lo prematuro

caminas como si llevases a
mundo sobre tus hombros

¡Ay pequeño Atila!

todavía se escucha los cascos de
tus caballos sobre el mármol de
los romanos

piel de serpiente que cambia
de forma y colores, pero nunca
deja de ser serpiente

mundo, humanidad, ¡cómo
nos desprendes! como escamas
de tu piel

y si aún se enrosca alrededor
de su vientre, aún así será
clavada sobre la cruz

el abrazo es algo prematuro.
Karigüe

lunes, 22 de julio de 2013

Libro "Z" – Capítulo 28


LA PALABRA POETICA
Las circunstancias están, están los motivos también, lo mismo que las pasiones, los vicios, las debilidades, y todo aquello con lo que un individuo está relacionado y muchas veces preso.
Las adicciones se nutren de la debilidad, del miedo, del temor o simplemente de las costumbres. Se hace porque eso es así; porque una cosa lleva a la otra, y así seguimos ritos, formas repetidas.
La costumbre se combate con otra costumbre, con otra forma de hacer, de relacionarse, de construirse, de movilizarse. Una adicción, una costumbre se combate, pero más que se combate, se reemplaza con otra costumbre.
Con el ver, contemplar, reflexionar sobre las consecuencias, sobre los resultados de tales malas costumbres, se podrá ver las consecuencias, que casi nunca son agradables.
Lentamente entonces, nosotros los animales de costumbres debemos ir reemplazando las costumbres que no nos hacen bien, que atentan contra nuestra naturaleza, contra nuestras relaciones con los demás.
Cuando se tiene un mundo rico, cuando nos damos cuenta que las cosas que hacemos, realizamos; todo ello se va aglutinado, se va formando, haciendo de la persona, el individuo: un mundo. Es bueno ya ir pensando que el hombre es un mundo, y el animal, y el cuerpo en el cual él se sustenta, es un universo.
Dentro de un cuerpo se erige una persona, dentro del universo se erige un mundo: el mundo.
Es interesante y agradable tratar de ver a la vida florecer, erigirse sobre la tierra, como si ella fuera un germen extraño, externo a esta, a la cual lo solemos llamar nuestro planeta.
La vida como vida, como elemento que se reproduce, que tiene memoria, que guarda, que conserva dentro de sí, en los genes, en las células, lo conseguido, lo logrado, lo alcanzado; para de ahí en ti en lo de ahora, sea; seamos un trampolín desde donde ella, la vida se eleva, se erige, se trasforma, para ser otra. Una continuidad que se puede ver, observar, contemplar, ya sea dentro de nosotros como afuera.
No vemos, no podemos ver, que la tierra se transforma en vida, como tampoco podemos ver que nosotros nos transformamos, vamos siendo otra vida: Una vida espiritual, etérea, invisible.
La idea, el pensamiento, son elementos, son átomos, quartz, si se quisiera ver así, como elementos básicos, elementales de lo que estamos siendo.
Yo soy, yo siento que soy así, de esta forma, con estas virtudes, con estos vicios, con estas debilidades, con estas fortalezas. Algo que se planta así y dice: yo soy. Pero ¿de donde ese decir? ¿Cómo ha llegado ese decir a ser, a ser contemplado también?
Algo que es, algo que se mira, se observa, y algo que se sumerge y calla. Algo que siendo vuelve a la paz, al silencio, a la quietud; las sirenas de Mallarme, las que nos llaman, las que nos animan, sumergiéndose, elevándose; siendo ángel y demonio a la vez, siendo vida y muerta: espejo de lo que somos.
Yo soy, yo pienso, yo me siento. Hemos vuelto a sentir, una ola más, ya no es el roce, como en los tiempos primeros, roce que era, que provenía del universo. Ahora ese roce es entre la persona, el individuo y el mundo.
Mundo como una nueva morada. Ya no aquella de adobe, de barro y paja, sino un mundo de muros invisibles, de relaciones temporales, de cosas, de bienes, de logros, de desaciertos, entre los seres existentes; entre aquellos que han logrado mirase en el espejo del agua primero y luego en el espejo del alma, de ese conjunto de cristales, de rombos, de prismas, que están orientados en las miles de direcciones por donde vienen los otros, ya no los soldados enemigos, sino todo aquello con lo que estamos relacionados y que sin darnos cuenta la mayoría de ellos siguen siendo nuestros enemigos. Muchos de ellos, con muchos de ellos hemos emprendido luchas, las luchas inútiles que hace un tiempo nos lo advertía Hölderlin.
El hombre espiritual brota, nace, del mundo; como la vida brota de la tierra.
No alcanzamos ha ver, a contemplar, ni inclusive estudiar, porque eso está delante de nosotros. Eso que está siendo. Inclusive la razón es solo un cristal, un prisma, de ese ojo, de ese espejo en donde lentamente no estamos contemplando.
Pero volvemos a sentir, tal vez eso somos aquello que siente, y reacciona con el sentir, para aceptarlo, para rechazarlo; pero ese, ese sentir es el que nuevamente nos despierta, el que está siendo, siendo en nosotros como algo que reacciona desde nosotros, como un eco; siendo solo formado, por ahora, de ecos, lo que a lo lejos vemos elevarse como un castillo, como una montaña, como un bosque.
Otra morada, otra cáscara de cebolla se está formando delante nuestro casi enfrente de nuestras narices; pero que todavía no lo podemos ver con claridad.
Roce con lo nuevo y reacción, como ola que nos eleva y nos arroga sobre la playa, sobre la arena. Sobre esas rocas diminutas, molidas por el tiempo. Barro somos nuevamente, pero un barro hecho de roca y agua; la tierra, el polvo no retienen, la roca hace nosotros catedrales erigidas. Plataformas sólidas y agua, agua convertida en vino, que nos hace soñar, que hace de nuestros sueños, imágenes, imágenes en movimiento, que hace, que construyen la imaginación. Esas alas; alas de Cóndor que nos hace volar, que nos hacen planear en el vacío.
Plataforma es el mundo desde donde volaremos; desde donde emprenderemos nuevamente el vuelo. Nuevamente tendremos que romper, la interminable cadena, cadena formada de eslabones, como son las raíces, como son los sueños, los miedos, las pasiones, las adicciones, las costumbres.
Algo rompen esta cadena, estas costumbres. A veces hemos tratado de nombrarlo como el espíritu, como aquel animo que nos anima a seguir, aún caídos, aún vencidos, aún sumergidos nuevamente en el barro.
El Ángel es nuestro sueño, la imagen del sueño que estamos soñando, son nuestras alas; y las palabras, el lenguaje nuestra forma de aferrarnos a eso nuevo, a ese espíritu que nos habla en su idioma.
Y nosotros entre nosotros, hablando, conversando en otro idioma, en un idioma todavía como un animal que se arrastra, mientras el espíritu vuela. Nos atrae desde las alturas, y nosotros nos arrastramos como reptiles.
Pero hay una parte nuestra que mira a los dos mundos. Al mundo de la naturaleza y del espíritu, y los une, forma un entretejido como lo hace la araña. Una red, una red tejida con palabras como alas; con palabras que en si dicen hablan de lo que estamos siendo, en cántaros de barro.
La palabra poética.
Karigüe

PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 29 de Julio

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Gracias. Karigüe

viernes, 19 de julio de 2013

Poema - La mesa

los pensamientos son tuyos
los reproches también

tal vez una neurona se siente
superior a una célula de la uña

pero es que te haz olvidado que
la unidad es algo que está siempre
aunque tu no la presientas

luego esos momentos en los
que quieres perdonar, todos
se sientan alrededor de la
mesa para verse el rostro

que a alguno le falta algo
que a otro le sobra, nadie
piensa en ello

la mesa es como el fuego
más aún lo tiene atrapado

la mesa es al mundo
como el fuego es al hombre.
Karigüe

miércoles, 17 de julio de 2013

Poema - Fachada

cuando encuentras nuevamente
alguien de tu pasado

es como si volviera y te tocara
la puerta para entrar

lo dejas y es como un torrente
que te inunda de cosas que
dejaste de ver, sentir y soñar,

nos desprendemos como la
piel de una serpiente y
creemos olvidar

Nada se olvida, todo permanece
aún allí en el fondo de
tu ser, esperando solo
la o0prtunidad de volver

somos más pasado que presente
pero es la fachada que ve
las personas cuando pasan por tu casa

lo de adentro es tuyo
y de nadie mas.
Karigüe

lunes, 15 de julio de 2013

Libro "Z" – Capítulo 27


ESPIRITU COMO NECESIDAD
Hay tormentas, convulsiones, estremecimientos tales que no podemos soportar, que no podemos controlar, regular, y muchas veces no podemos convivir con ellos.
Son cosas que suceden, que tiene la vida, que son parte de la vida; vida como algo que está ahí, como algo brotado del medio, nacido de él, y creado por él.
A qué llamamos entonces medio ambiente: a todo lo que nos rodea, a las cosas, a la vida, a la naturaleza, a los elementos, a los fenómenos y a todo de lo que estamos relacionados y dependemos además.
Necesitamos del aire, del sol, del agua, de la tierra, de los alimentos que brotan de la tierra, necesitamos de los otros, de aquello con los cuales nos relacionamos, de aquellos que dependemos también.
En dónde está nuestra participación, nuestra presencia, que de por cierto no es la misma que las de los otros. Un pino, una nube, un sauce, una roca, una gaviota, un hombre; todos están aquí, están como producto, pero a la vez son los que sostiene, los que mantienen, que las cosas sean así.
Que no son imprescindibles, eso ya lo sabemos; pero son y somos participes, células, si se quisieran decir así, de lo que está aquí, necesarios, pero no suficientes, y a la vez imprescindibles.
Es decir que hay algo más grande que estos elementos, que estas partes que están ahí, que vive ahí, y de lo cual no tenemos ni la idea, ni el presentimiento, ni menos la presencia.
Una uña no debe tener conocimiento, ni percepción, ni menos entendimiento (si suponemos que la uña, pueda tener algo incipiente de todo esto); pero a nosotros nos pasa los mismo, por mas que seamos los que piensan, los que observan (deberíamos definirnos así).
Partimos de una primicia interesante que es la de decir. Es decir usar, usando el lenguaje, las palabras; para decirnos, yo siento, yo soy.
Es decir que ante todo ha tenido que existir la palabra primero, luego la pregunta; la pregunta después de habernos visto en el espejo de un río o de un lago.
Mirar, mirarnos, fue lo primero; aunque ya teníamos presentimiento de nuestra presencia por medio del otro, de aquel que nos atacaba o huía, o rozaba, o amaba u odiaba.
Fuimos teniendo recepciones, captábamos por medio de los sentidos la existencia de lo otro y de nosotros. Hicimos una división, tal vez fue antes o poco después de habernos convertido en hermafroditas y de haber roto después esa unidad.
En este campo, en este tema también existe el latido, debemos de haber sido primero hermafroditas luego nos expandimos en la división, a través de la división de a dos o más, así sucesivamente como una factor multiplicador, llegamos a lo múltiple, luego la contracción, la introspección, el volver a la autogeneración, como será dentro de no mucho tiempo.
Es decir, siempre un latido esta presente: lo existente. Un latido, no en si los contrarios sino una sucesión de hechos de fenómenos, de cosas que cambian, para llegar al otro extremo y volver. El cambio de los extremos como una sucesión de puntos cada vez más infinitesimales, cada vez más pequeños. Cambio o fenómenos, tan diminutos, tan posible de ser divididos, como son divisibles la materia o la energía.
Es decir que aquí estamos hablando de un tercer elemento, los fenómenos, no en si ya solamente la materia y la energía, sino los fenómenos.
Fenómenos posibles de ser medidos, como fenómenos imperceptibles, no siendo posible ni siquiera la percepción, sin embargo existen, están y actúan constantemente sobre lo existente, más aún son los cambio, los sucesivos movimientos, los sucesivos latidos, lo que crean la energía, los que crean y forman la materia.
Fenómenos como el pensar, el sentir, el amar, el odiar, el sufrir, el gozar, el temer, el luchar, el huir, el soportar, el resistir.
Bueno todos ellos han creado, han formado dentro de nuestro cuerpo una materia capaz de pensar y de sentir, y la destilación de afuera hacia adentro, como si hubiera un elemento extraño, un elemento catalizador, hace, permite que de ellos, de esta suma de fenómenos brote un yo, brote el yo.
El tema es que no tiene necesidad, ni su naturaleza lo requiere, que nuestro yo tenga un lugar físico ya que es un fenómeno. Es decir si buen lo ubicamos en el cuerpo, sabemos, sentimos que es algo etéreo, que puede estar dentro del cuerpo es cierto, pero a la vez puede viajar por el tiempo y por el espacio sin que por ello abandone su morada.
Con el bendito yo podemos mirar, contemplar y aún describir; porque desde la percepción del otro y desde la observación de la parte física de nuestro cuerpo, nuestro bendito yo está allí. Es como un ojo mutable que pueda estar por momentos dentro nuestro como afuera. O puede mirar y contemplar el pasado, imaginar un futuro y soñar, soñar huir de esta su realidad y ser otro también, otro al que las circunstancias lo requiere.
Los fenómenos del rayo, de la nube, de la lluvia, pueden estar, pueden brotar en cualquier parte del globo terráqueo, aunque en algunos lugares la hace con más frecuencia que en otros, pero sabemos que los fenómenos están, existen, brotan de las consecuencias de otros fenómenos. Solamente pensando en un de ellos nos sumergimos en el origen de todos ellos, en los fenómenos elementales, tan elementales como puede ser un quartz para la materia.
Pero lo importante es que para nosotros existen como fenómenos que lo registramos, en su aparición. ¿En donde están? ¿En donde habitan? Eso no lo sabemos, sabemos solo que brotan en cualquier lugar y que en algún momento comenzaron a existir dentro de la tierra y que en algún otro momento dejaran de aparecer, dejaran de existir.
Es lo mismo que pasa dentro de nuestro cuerpo, de nuestro cerebro, de nuestra mente.
Están aquí. Estamos aquí
Y pertenecen y pertenecemos a un cuerpo superior, a algo que todavía no podemos ni percibir, ni entender, ni siquiera imaginar y como metáfora tanto en el cuerpo superior como en nosotros ó dentro de las partes que nos componen, se está sucediendo los fenómenos, esos que mutan de energía en materia, y se mueven, y que se mutan, como el día y la noche, como las estaciones, como la edad, como la vida de los planetas y de los universos.
Los fenómenos suceden como en capas, como en cáscaras de cebolla, como en órbitas, y una de esas órbitas, de esas capas somos los seres que piensan, el pensamiento como fenómeno, como capa encapsulada, que mira, observa, relaciona, y por momentos cree sentir que ha creado un conclusión, pero una conclusión como paso, como quién tímidamente cambia de órbita y vuelve, como si todavía tuviera miedo del próximo paso, de la próxima órbita, del próximo estado.
Si salimos del agua, salimos rompimos el cordón umbilical, las raíces de la tierra. Por qué no, algún día no muy lejano, nuestra mente estará fuera del cuerpo, siendo muchos cuerpos a la vez, algún día nuestra mente será humanidad, aunque ya lo somos, todavía ni siquiera lo percibimos, ya que aún el cuerpo, nuestro cuerpo nos protege de la intemperie, tal vez todavía no nos ha crecido, no ha brotado de nosotros la piel adecuada para la próxima órbita, todavía estamos dentro del cuerpo dentro de esa concha que cubre al caracol.
Tal vez solo, tal ves ya somos, ya hemos sacado nuestro pico afuera del cascaron, tal vez ya, somos, pero todavía no nos atrevemos a caminar, en esa libertad que nuestro espíritu ya tiene como necesidad.
Karigüe

PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 22 de Mayo

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Gracias. Karigüe