viernes, 31 de octubre de 2008

Por qué no

No se si no hay destino

Alguna vez pensé
en los animales domésticos,
de cómo lo criamos y para qué

¡Me estremecí
cuando pensé en lo eslabonado
que es el universo,
que es la vida también!

Me pregunté –

¿Y si para alguien somos
domésticos

pastoreando en una
naturaleza virgen...

y haciendo además el papel
de títeres?

Karigüe

Reflexión sobre la Poesía II

Edgar Allan Poe

La Poesía lírica como la recreación rítmica de la Belleza.
Su único árbitro es el Gusto. Con el intelecto o con la Conciencia tiene únicamente colaterales relaciones. C0mo no sean incidentalmente, no se relaciona de modo alguno con el Deber, o con la Verdad.
Unas palabras, sin embargo, de explicación. Aquel deleite que es a un tiempo el más puro, elevado e intenso de los deleites, proviene, afirmo yo, de la contemplación de lo bello. Únicamente en la contemplación de lo bello creemos posible alcanzar aquella suprema elevación o exaltación del espíritu, que reconocemos comos Sentimiento poético, y que tan fácilmente se distingue de la Verdad, que es la satisfacción de la razón, o de Pasión, que es el excitante del corazón. Hago por consiguiente, de lo bello, usando la palabras como sinónima de lo sublime, el dominio propio del poema, simplemente por que es una evidente regla del Arte que los efectos emanen tan directamente como sea posible de sus causas: nadie hasta ahora ha dejando de reconocer que la peculiar elevación de que se trata es más fácilmente asequible en el poema.

Poema - Aún

La delicadeza,
La ternura,
son el perfume
de almas que vuelan
alto.

Una es el trato de las
cosas del espíritu
con el mundo

La otra es la dulzura
del corazón
cuando ama;

Alas, horizontes
divinos

Estrellas que nos guían
en ese mar tormentoso

Que aún somos.

Karigüe

miércoles, 29 de octubre de 2008

Poema - Unidad

Aquel jardín,

El de las rosas rojas
el de los geranios
el de los claveles blancos

ya no está.

Pero aún, cuando
respira aires puros
tu alma,

vueles a verlos.

Ellos son como una puerta

de aquella niñez

que no quieres olvidar.

Ves todo lo demás,

aquellos eucaliptos
que se doblaban y bramaban
con los vientos de agosto,

aquel cielo azul,
aquellas montañas.

Te das cuenta entonces

Que tú,
eres ellos,

También.

Karigüe

domingo, 26 de octubre de 2008

Poema - El paraíso

Ser alguien,
que pueda sumergirse
en el tiempo,
sin ahogarse.

Entrar y salir del espacio,
sin forma

y

luego habitar
en un lugar en donde
el universo es un
latido como el de
tu corazón, como
el de una rosa,

Es estar en el paraíso

¡Perdido!

Karigüe

sábado, 25 de octubre de 2008

Libros recomendados para Octubre

Libro recomendado N° 1
Nombre del libro: Ética Nicomaquea - Política
Publicado por: Editorial Porrua, S.A.
Autor: Aristóteles


Comentario sobre Aristóteles:
(384 aC – 322 aC)
Su padre Nicómaco, era Médico de la corte de Amintas III, padre de Filipo y por lo tanto abuelo de Alejandro Magno.
Su padre pertenecía a la familia de los Asclepiados, que se declaraban descendientes del dios fundador de la medicina, y cuyo saber se trasmitía de generación en generación. Por ello se pude deducir que Aristóteles fue iniciado de chico en los secretos de la medicina, de allí nace su afición a la investigación experimental y a la ciencia positiva.
Funda su propio sistema filosófico, fundándose en una critica profunda al platónico. Las dificultades de Platón por insertar su mundo eidético, el de las ideas, en el mundo real, lo obliga a Aristóteles ir perfilando términos como "sustancia" "esencia", "forma".
Hegel lo considera, como el fundador de todas la ciencias.
La amplitud de su conocimiento fue tan amplio, que fue necesario 2000 años para que surgiera alguien de su talla.
De sus 170 obras solo se pudo rescatar 30.


Comentario sobre Ética Nicomaquea: Parte de la Introducción de Antonio Gómez Rebolledo:

Suele entenderse por “ética”, la parte de la filosofía que mira el valor de la conducta humana: no al “hacer”, sino al “obrar”; al bien y al mal, en suma, sin ulterior calificación. Solo que – y es lo primero en que debe repararse – la axiología de la conducta humana cubre en la ética antigua un territorio mucho más amplio que el de la época moderna, y por más que en la ética contemporánea, en Max Scheler y Nicolai Hartmana principalmente, haya vuelto a ensancharse considerablemente el campo de la ética , en un retorno real, si no tal vez buscado, al aristotelismo, por obra del influjo concurrente de la axiología y la fenomenología.


Libro recomendado N° 2
Nombre del libro: Los Buddenbrook
Publicada por: Editorial Edhasa
Autor: Thomas Mann



Comentario sobre Thomas Mann:

Thomas Mann (1875 - 1955)
Escritor Alemán premio Novel 1929 y premio Goethe 1949
Sus Principales obras: Los Buddenbrook (1901), Muerte en Venecia (1913), Montaña Mágica (1924), José y sus Hermanos (1933 – 1949), Carlota de Weimar (1939), Doctor Faustus (1947), Confesiones del aventurero Félix Krull (1954)

Uno de los mas grandes escritores de nuestro tiempo.
No fue ajeno de la influencia de Schopenhauer y Nietzsche, lo que le permitió profundizar aún más, la relación del artista creador con el mundo real, de la vida de contemplación y la de acción.
A través de toda su obra, nos fue presentando con una prosa exquisita, precisa y detallada, la problemática moderna; lo logro haciendo un profundo análisis intelectual, sobre las ideas y personajes de sus obras; pero desde un punto distante e irónicamente trágico.


Comentario sobre: Los Buddenbrook:
Los Buddenbrook fue su primera obra maestra. En ella describe la historia de las sucesivas generaciones de una familia Burguesa, de su ciudad natal, desde el esplendor hasta la desgarradora decadencia. Una historia que nos muestra la complejidad, ideológica, social, de la sociedad Alemana; realizando un retrato con gran profundidad Psicológica de los conflictos centrados entre la inteligencia y la vida.

Poema - Murmullo

Ve al mundo
escucha la voz del pueblo

Allí se dice
lo que se está haciéndose.

En el cielo las estrellas nos acompañan,
de la tierra brota el calor
que mantiene suspendido
tu vuelo.

Y tú, sí tú
escucha y traduce
el murmullo que brota de la multitud
que se reúne en la plaza de la ciudad

Destílalo en tu alma;
destilar no es cambiar
es madurar

Sólo algo del él
será palabra.

Karigüe

NIETZSCHE y el budismo.

(Colaboración de Juan Castilla.)

El interés de Nietzsche por la filosofía oriental y, en especial, por el budismo, tiene su origen, como es sabido, en la herencia dejada por su "maestro" Schoppenhauer, por su amigo Paul Deussen (traductor al alemán de Los Sutras del Vedanta), y por la lectura de varias obras especializadas, entre las cuales figura Buda, su vida y su obra, su comunidad, de H. Oldemberg. En casi todas las obras de Nietzsche hay referencias a los Vedas y al budismo, con una hondura y un poder de síntesis sorprendente. Podemos citar a modo de ejemplo los parágrafos 20 a 23 del Anticristo, donde expone "su" postura frente al budismo. Nietzsche reconoce un síntoma de decadencia y de nihilismo, tanto en el cristianismo como en el budismo, aunque seguidamente comienza haciendo una enumeración de las virtudes de éste: el budismo se ha originado después de un gran movimiento filosófico, por lo que llegó cuando el concepto de "Dios" había sido eliminado. Nietzsche piensa que el budismo es una religión "tardía, para el acabamiento y el cansancio de las civilizaciones", y lo define al budismo como "...una religión para hombres tardíos, para razas que se han vuelto bondadosas, mansas, superespirituales, que con demasiada facilidad sienten dolor..." (1).
Nietzsche veía un síntoma de salud en la idiosincracia propia del budismo, un presupuesto de condiciones fisiológicas que lo acercaría a su propio modo de vida: la vida al aire libre contra la depresión, la moderación y la selección en las comidas, la no utilización del alcohol (que para los budistas es un narcótico, dado que no les permite obtener una recta meditación, dejándolos a medio camino de la meditación), el clima suave donde ha nacido, la liberalidad de las costumbres, la ausencia completa de militarismo (recordemos que el budismo nace como reacción contra el anquilosamiento y el rigor de las ceremonias y los extenuantes rituales hindúes), el hecho de haber nacido en los estamentos aristocráticos y doctos de la India (el mismo Buda era un príncipe). Podríamos trazar un paralelo con las causas que el mismo Nietzsche da en su autobiografía, en sus primeros tres capítulos: Por qué soy tan sabio, Por qué soy tan inteligente y Por qué escribo tan buenos libros, acerca de la "salud". Será en este mismo texto donde encontramos una explicación en la cual Nietzsche reconoce al budismo el abandonar y desechar el resentimiento y la venganza, ambos ya síntomas de buena salud: "El resentimiento constituye lo prohibido en sí para el enfermo -su mal, por desgracia, también su tendencia más natural-. Esto lo comprendió aquel gran fisiólogo que fue Buda. Su 'religión', a la que sería mejor calificar de higiene- ... hacía depender su eficacia de la victoria sobre el resentimiento: liberar el alma de él -primer paso para curarse. 'No se pone fin a la enemistad con la enemistad sino con la amistad'. Esto se encuentra al comienzo de la enseñanza de Buda -así no habla la moral, así habla la fisiología" (2).
En este punto podemos advertir el profundo conocimiento que Nietzsche tenía del budismo, ya que ha resumido en una sola sentencia toda la doctrina moral que enseñó Buda: "no se pone fin a la enemistad con la enemistad sino con la amistad". Aquí descansa el fundamento moral del budismo, que proviene de la sentencia del Dhammapada: "No obréis el mal, obrad el bien; mantened pura vuestra mente: he ahí la enseñanza de Buda" (3).
Cuando Nietzsche toma a Buda como un "fisiólogo", lo hace partiendo del axioma del budismo "la existencia es dolor". Esto le permite distinguir entre el "yo pienso", meramente teórico, y el "yo sufro" budista, que Nietzsche ve más veraz, más objetivo, más "decente" con uno mismo.
La grandeza que Nietzsche le reconoce a Buda, es que su doctrina está exenta de coaaciones, de exigencias de lucha contra quienes piensan de otro modo, devolviendo a la persona sus intereses más espirituales: "En la doctrina de Buda el egoísmo se convierte en un deber: el 'una sola cosa es necesaria', el 'cómo te liberas tú del sufrimiento' regulan y limitan la dieta espiritual entera..." (4). Pareciera oírse al mismo Buda, cuando dice: "Solamente el mismo hombre puede ser señor de sí mismo; ¿qué otra persona de afuera podría ser su maestro? ... Uno mismo se hace el daño y es uno mismo quien lo sufre... lo puro y lo impuro proceden de uno mismo: ningún hombre puede purificar a otro" (5).
Buda nos enseña que uno mismo es quien tiene que cuidar de sí y trabajar para su propia salvación. Si yo no me salvo, no puedo esperar que me salven los demás; el individuo es el único responsable de sus acciones. Buda nunca invocó a otro salvador, ni siquiera él mismo se presentó como tal. Este principio sirvió para desarrollar el autocontrol y el sentido de la responsabilidad dentro del budismo. Paralelamente, oigamos lo que nos dice Nietzsche: "En el ideal del budismo se percibe la aspiración a librarse de toda coacción moral, que coincide con la esencia de toda perfección, bajo el supuesto de que las mismas buenas acciones sólo son necesarias provisionalmente, como meros medios, para llegar a renunciar a toda acción" (6).
El budismo ha puesto un énfasis decisivo en el esfuerzo individual, lo que implica una reafirmación de la individualidad como única fuente de nuestras acciones, de nuestra responsabilidad y de nuestra perfección.
Buda no quiso ser tomado como "salvador" ni como "santo". En su último sermón, llamado "La Despedida", pronuncia estas palabras: "Sed vuestras propias lámparas. Descansad sobre vosotros mismos, y sobre ningún auxilio exterior. Mantenéos firmes en la verdad de vuestra lámpara. Buscad la libertad únicamente en la verdad, y no pidáis auxilio a nadie más que a vosotros" (7). Estas palabras nos recuerdan aquellas de Zaratustra, cuando nos dice: "Ahora yo me voy solo, discípulos míos! También vosotros os vais ahora solos! Así lo quiero yo ... Se le recompensa mal a un maestro si se permanece siempre discípulo ... No os habíais buscado aún a vosotros: entonces me encontrastéis. Ahora os ordeno que me perdáis a mí y que os encontréis a vosotros..." (8).
Zaratustra es llamado "el distinto", al igual que Buda es "el despierto". Ambos comparten los mismos ideales, las mismas metas: despertar a los hombres de su angustioso sueño y arrojarlos hacia la humana perfección, que no se encuentra sino dentro de ellos mismos: "el budismo no es una religión en que meramente se aspire a la perfección: lo perfecto es el caso normal" (9).
Hasta aquí las coincidencias de pensamiento son casi totales, salvo por una discrepancia que será insalvable: lo que no le perdona Nietzsche al budismo es su concepción de la compasión.
La compasión y la sabiduría son inmanentes al budismo. La compasión fluye de la sabiduría, y la sabiduría de la compasión. En realidad, las dos cosas no son más que una para los budistas, aunque desde un punto de vista dualista debamos hablar de ellas como dos. La compasión es el sentimiento más elevado para un budista, pero con ello se quiere significar no sólo el "sentir con", meramente pasivo, sino que encierra también un carácter activo, ya que se trata de facilitar el acceso a la iluminación de todas las personas (incluso a los animales). Esto se refleja claramente en la figura paradigmática del bodhisattva. El bodhisattva es aquella persona que ha llegado a la iluminación, quien estando a las puertas del nirvana, pronto al cese de todo dolor, enuncia a este fin egoísta y "regresa" para indicar el camino a todos los demás seres vivientes. Ha preferido su tarea a su propia salvación, no aspira a la felicidad, aspira a su obra. De forma similar, Zaratustra señala el camino al superhombre, sin importarle su sufrimiento. Pero a él le está reservado sortear la prueba más difícil: la compasión por el hombre superior. Este es el último "pecado" que le ha sido reservado para el final, su última prueba, la prueba. Y el encargado de tentarlo seráa su viejo "maestro", Schoppenhauer, quien en la figura del "adivino del gran cansancio", le anuncia que "todo está vacío, todo es idéntico, todo fue! ... todos los pozos se nos han secado, también el mar se ha retirado. Todos los suelos quieren abrirse, mas la profundidad no quiere tragarnos! ... En verdad, estamos demasiado cansados incluso para morir..." (10).
Será precisamente éste el punto de quiebre entre el Zaratustra y Buda: la compasión los une y a la vez los separa. Para Buda, es la parte fundamental de su doctrina; para Zaratustra, un abismo que exige un gran salto, el peor de los pecados contra el hombre mismo.
Nietzsche ve la compasión como negadora de la vida, sería un instinto depreviso y contagioso, contrario a la elevación de los sentimientos vitales: la praxis del nihilismo.
Esta compasión es la que persuade a los budistas a entregarse al nirvana, a un aniquilamiento, a un no-lugar, para no caer definitivamente en la rueda eterna del samsara. En primer lugar, Nietzsche no le encuentra sentido a este "perderse en la pura nihilidad: ofrecido por el nirvana; en segundo lugar, tampoco a la reencarnación, cuyo fin sería "limpiar" las malas acciones acumuladas en vidas anteriores. Para él, este planteo es similar al "más allá" cristiano, negador del "más acá" del mundo. este instinto niohilista del budismo marca un síntoma de "decadencia": "la compasión persuade a entregarse a la nada! ... no se dice 'nada': se dice, en su lugar, 'más allá' o 'Dios', o 'la vida verdadera', o nirvana, redención, bienaventuranza..." (11).
Tanto Zaratustra como Buda respiran los aires fuertes de montaña, ya que cada uno ha subido la suya. Ambos se rebelan contra el orden establecido, se sublevan contra los antiguos dogmatismos. Cada uno es en su propio ámbito, un creador. Zaratustra nos dice: "quien tiene que ser un creador en el bien y en el mal, en verdad, ése tiene que ser un aniquilador y quebrantar valores..." (12).
¿Sería posible, desde aquí, pensar en una encrucijada, al superhombre, creador de nuevos valores, en relación con el iluminado budista?
La iluminación consiste "solamente" en llegar a comprender que todo es transitorio, que todo está es un eterno devenir, que las cosas son como se nos presentan, sin ninguna sustancia o sujeto metafísico detrás de ella. De esta forma cortaríamos el vínculo que nos mantiene atado a ellas, y así nos asumiríamos nosotros mismos como "eterno devenir". Este es el camino que nos lleva directamente al cese del dolor, y a trascender el mundo de los opuestos, construido con distinciones intelectuales y contaminaciones emocionales. Comprender esto, "hacerlo carne" en nosotros, ya es estar muy cerca de la iluminación. En otras palabras, es haber podido trascenderse como hombre, abandonando los límites de lo meramente humano, es un "ir más allá:, un ultra del hombre, es llegar a ser ultrahombre.
Este "poder trascenderse a uno mismo", esta liberación, es la misma que siente aquel pastor al morder la serpiente que lo asfixiaba, y que al hacerlo, no fue el mismo, "ya no pastor, ya no hombre, -un transfigurado, iluminado, que reía!" (13), que reía, quizás, con la misma sonrisa inocente y vital de los budistas.
Vivimos tiempos de cambios, y todo cambio implica elección. Nos toca elegir y elegirnos, en medio de una velocidad que todo lo devora. Habrán llegado esos tiempos "... en que el hombre dejara de lanzar la flecha de su anhelo más allá del hombre, y en que la cuerda de su arco no sabrá ya vibrar" (14).
Pienso que esta es una buena época para pensar, una buena época para los equilibristas, para los que gustan caminar por los bordes, para los amantes del vértigo, para los que no temen caer.
Vivimos entre extremos y se hace necesario cruzar a la otra orilla, a paso firme, sin mirar hacia abajo. Se trata de balancearnos sobre nosotros mismos, de ir más allá de nuestros límites, de experimentar una sensación de caída contínua, de caída a lo más hondo de nosotros mismos.
Caminamos sobre la cuerda tensa de un arco, el arco de la vida, que ansía dispararnos a lo eterno que hay en nosotros.


Lanza tu flecha
no importa dónde vaya.
Tú eres el blanco.

Arturo García Astrada


NOTAS

1. Nietzsche, Friedrich; El Anticristo, ed. Alianza, 1996, Madrid, parag. 22, p.47.
2. Nietzsche, Friedrich; Ecce Homo, ed. Alianza, 1996, madrid, parag. 6, p.30.
3. Mascaró, Juan; El Dammaphada, ed. Diana, 1976, México, v.183, p.103.
4. Nietzsche, Friedrich; El Anticristo, op. cit., parag. 20, p.45.
5. Mascaró, Juan; El Dammaphada, op. cit., v.160 y 165, p.95 y 96.
6. Nietzsche, Friedrich; La Volonté de Puissance, Mercure de France, París, 1923, T1, parag. 137, p. 186 (traducción propia).
7. Carus, Pablo; El evangelio de Buda, Librería Española y Extranjera, Madrid, 1915, v. 13 y 14, p. 225.
8. Nietzsche, Friedrich; Así habló Zaratustra, ed. Alianza, Bs.As., 1995, pp.122-123.
9. Nietzsche, Friedrich; El Anticristo, op. cit., parag. 21, p.46.
10.Nietzsche, Friedrich; Así habló Zaratustra, op. cit., p.197-198.
11.Nietzsche, Friedrich; El Anticristo, op. cit., parag. 7, p.32.
12.Nietzsche, Friedrich; Así habló Zaratustra, op. cit., p.172.
13.Nietzsche, Friedrich; Así habló Zaratustra, op. cit., p.228.
14.Nietzsche, Friedrich; Así habló Zaratustra, op. cit., p.38.

martes, 21 de octubre de 2008

Poemas Memorables - Miguel Hernández

Poema dedicado a Miguel Hernández:

Hay hombres
como bosques
en donde en cada mañana
en todo momento

Se escucha el canto de los pájaros
el rumor del bosque mismo
en donde los animales
aún salvajes
intenta cantar
hablar

solo así, los escucha
y cada palabra además
de ser sonido
es sentimiento de su corazón

la sangre es la tinta
en la mano

en forma directa
la mueve
su corazón.

Karigüe



Poemas
Del libro: Miguel Hernández Antología
Editorial: Lozada
Dirección y Selección: Ernesto Sábato



El Sudor

En el mar halla el agua su paraíso ansiado
y el sudor su horizonte, su fragor, su plumaje.
El sudor es un árbol desbordante y salado,
un voraz oleaje.

Llega desde la edad del mundo más remota
a ofrecer a la tierra su copa sacudida,
a sustentar la sed y la sal gota a gota,
a iluminar la vida.

Hijo del movimiento, primo del sol, hermano
de la lágrima, deja rodando por las eras,
del abril al octubre, del invierno al verano,
áureas enredaderas.

Cuando los campesinos van por la madrugada
a favor de le esteva removiendo el reposo,
se visten una blusa silenciosa y dorada
del sudor silencioso.

Vestidura de oro de los trabajadores
adorno de las manos como de las pupilas.
Por la atmósfera esparce sus fecundos olores
una lluvia de axilas.

El sabor de la tierra enriquece y madura:
caen los copos del llanto laborioso y oliente,
maná de los varones y de la agricultura,
bebida de mi frente.

Los que no habéis sudado jamás, los que andáis yertos
en el ocio sin brazos, sin música, sin poros,
no usaréis la corana de los poros abiertos
ni el poder de los toros.

Viviréis maloliendo, moriréis apagados:
la encendida hermosura reside en los talones
de los cuerpos que mueven sus miembros trabajados
como constelaciones.

Entregad al trabajo, compañeros, las frentes:
que el sudor, con su espada de sabrosos cristales,
con sus lentos diluvios, os hará transparentes,
venturosos, iguales.



Sepultura de la imaginación

Un albañil quería…No le faltaba aliento.
Un albañil quería, piedra tras piedra, muro
tras muro, levantar una imagen al viento
desencadenador en el futuro.

Quería un edifico capaz de lo mas leve.
No le faltaba aliento. ¡Cuánto aquel ser quería!
Piedras de plumas, muros de pájaros los mueve
una imaginación al mediodía.

Reía, Trabajaba. Cantaba. De sus brazos
con un poder más alto que el ala de los truenos,
Iban brotando muros lo mismo que altazos.
Pero los aletazos duran menos.

Al fin, era la piedra su agente. Y la montaña
tiene valor de vuelo si es totalmente activa.
Piedra por piedra es peso y hunde cuanto acompaña
aunque esto sea este un mundo de ansia viva.

Un albañil quería… pero la piedra cobra
su torva densidad brutal en un momento.
Aquel hombre labraba su cárcel. Y en su obra
fueron precipitados él y el viento.



Vuelo

Sólo quién ama vuela. Pero ¿quién ama tanto
que sea como el pájaro más leve y fugitivo?
Hundiendo va este odio reinante todo cuanto
quisiera remontarse directamente vivo.

Amar… Peor, ¿quién ama? Volar… ¿quién vuela?
Conquistaré el azul ávido de plumaje,
pero el amor , abajo siempre, se desconsuela
de no encontrar las alas que da cierto coraje.

Un ser ardiente, claro de deseos, alado,
quiso ascender, tener la libertad por nido.
Quiso olvidar que el hombre se aleja encadenado.
Donde faltan plumas puso valor y olvido.

Iba tal alto a veces, que le resplandecía
sobre la piel el cielo, bajo la piel el ave.
Ser que te confundiste con una alondra un día,
te desplomaste otro como el granizo grave.

Ya sabes que la vida de los demás son losas
con que tapiarte; cárceles con que tragar la tuya.
Pasa, vida, entre cuerpos, entre rejas hermosas.
A través de las rejas, libre la sangre afluya.

Triste instrumento alegre de vestir; apremiante
tubo de apetecer y respirar el fuego.
Espada devorada por el uso constante.
Cuerpo en cuyo horizonte cerrado me despliego.

No volarás. No puedes volar, cuerpo que vagas
por estas galerías donde el aire es mi nudo.
Por más que te debatas en ascender, naufragas.
No calmarás. El cuerpo sigue desierto y mudo.

Los brazos no aletean. Son acaso una cola
que el corazón quisiera lanzar al firmamento.
La sangre se entristece de debatirse sola.
Los ojos vuelven tristes de mal conocimiento.

Cada ciudad, dormida, despierta, loca, exhala
un silencio de cárcel, de sueño que arde y llueve
como un élitro ronco de no poder ser ala.
El hombre yace. El cielo se eleva. El aire mueve.

Poema - Traductor

Piel que vibra

y de ese vibrar
brota la voz

eco del bosque.

Si bien un pájaro
es una hoja desprendida
que se eleva

y

tú al escuchar su canto
recuerdas al bosque,
a la oscuridad del bosque,
desde donde brotaste

Envidias el vuelo del pájaro
sin embargo
aclaras su canto.

Karigüe

domingo, 19 de octubre de 2008

Poema - El Lenguaje

Ve como el lenguaje
desvela,
aquello que ha sido
almacenado desde
el origen de los tiempos,

Pero ve, también
como el guarda, sumerge
formando lo que eres,
lo desde donde
te eriges;

Pero velo también en el mundo
como siendo su sangre
de ti
brota nuevo
en cada verso.

Karigüe

jueves, 16 de octubre de 2008

Poema - El Campesino

De chico preguntabas
- cómo vivir -
No tuviste respuesta,

¿Hasta cuando sentado
en el borde de una
acequia,

Por donde pasaba
una agua cristalina
y fresca?;

Viste que ella con
Alegría, bajaba
y se perdía en los
surcos que el
campesino labraba.

Desde entonces, vives
y por momentos sientes
que tu vida
es como esa agua
cristalina de tu niñez

Y, tú el campesino.

Karigüe