viernes, 28 de octubre de 2011

Poema - He ahí el amor

ya el perfume, que la primavera
hace brotar de la tierra,
se siente

el aire es más puro,
como si el alma lo respirase
para inflamar al espíritu

este animo con alas, sale
vuela sobre las praderas,
sobre el valle, las montañas
y el río

el río lo quiere llevar con el
las montañas solo le dan
morada y las praderas
alegría

he ahí cuando la primavera
ha llegado y el espíritu
le sale al encuentro

he ahí el amor,
que la tierra ha soñado.

Karigüe

miércoles, 26 de octubre de 2011

Poema - Cerca

Allá a lo lejos
en los profundo

allí en lo a mano
del corazón

se vela el cosmos,

mientras aquí
amortiguados por el tiempo
que late
día y noche
vida y muerte,

solo allí estás
estas solo

como un dios que contempla

ves entonces pasar a la vida
como una nube
como nubes que te despiertan
que te entregan el amanecer

para luego ser despedida,
colore de un crepúsculo
que te hacen recordar al fuego.

Karigüe

lunes, 24 de octubre de 2011

Libro "Común Unión" – Capítulo 10

EL AMOR

Las ciencias han permitido al hombre, no solo lograr adelantos tecnológicos, aumento del conocimiento; si no que en el campo de las relaciones humanas a permitido que se toleren mas, se acepten, y de esa manera puedan vivir más en comunidad, más en armonía. Se escucha frecuentemente decir que en lugar de adelantar retrocedemos; en algunos aspectos pueda ser, pero en forma general no, eso es una falacia.
El hombre a través de la comunicación y de la experiencia ha logrado que la relación con el otro cambie de campo, no sea solo lucha sino sea también una forma de conocerse, de entenderse y de comprenderse.
Uno puede ver como en los distintos estratos sociales, culturales, las relaciones se hace cada vez más sutiles, más delicadas, más armoniosas. No estamos hablando de profundidad, ni de amistad, ni de amor, esos son otros campos, a lo que me refiero es solamente a las relaciones sociales, comerciales, de trabajo, de vecindad, o las relaciones de cualquier grupo que tenga como fin el entretenimiento.
Un hombre tiene las formas semejantes de relacionarse con uno mismo y con los demás. Tiene las mismas demandas, aunque muchas veces las apariencias exteriores engañen. Estas formas de relación, son como una capa, una piel, que hemos sido capaces de tejer, de armar, por nuestra cultura, por nuestra educación, por nuestra experiencia; todas ellas sumergidas y con raíces en tiempos remotos.
Es como si fuera una tela araña. Nosotros, cada uno de nosotros, como si fuéramos la araña, la araña que teje estas relaciones, o formas de relacionarnos. La pregunta sería de donde sale la materia prima para tejerla.
Somos todavía un volcán en actividad, dentro nuestro existe un crisol, una caldera, en donde se funde todos nuestro instintos, necesidades, deseos, temores, angustias, sueños, etc. Lo interesante es que este metal fundido es como si fuera un salvaje, un caníbal, en estado arcaico, en estado tan primitivo como puro; es decir que no está contaminada está parte nuestra, con ninguna cultura, con ninguna moral o ética.
Dos cosas pueden estar pasando con ella: una, es que este fuego sé este apagando, es decir domesticando, culturizándose; y la otra es que siempre va a estar ahí, por que la necesitamos, por que es fuente de toda construcción, de todo emprendimiento, de toda aventura podría decirse.
Una opinión particular es: que es cierto que somos o tenemos un volcán dentro nuestro, que está en actividad, pero que solo de vez en cuando se ve su actividad desde el exterior. Somos solo parte de algo más amplio como lo es un volcán. Un volcán solo permite un cierto balance de energías, un sentido natural del universo, que está permitiendo que la tierra se esté apagando; entonces cada bocanada que emite un volcán es solo una entrega al exterior de elementos que permitan la vida sobre su superficie. Esta bocanada es un suspiro de muerte de la tierra.
Nuestras ciencias han determinado que la tierra tiene un núcleo, una masa más compacta que todas sus partes y que este núcleo inclusive gira a diferente velocidad que ella. Pareciera que algún día la tierra será ese núcleo, solamente ese núcleo, como cuando la mariposa deja su capullo.
Lo que nos va a ha permitir, en no mucho tiempo, encontrar en nuestro interior algo similar. Si bien podemos imaginar que la continuidad existe, sabemos también que lo que cambia son las velocidades, las formas, las direcciones y los sentidos (un universo similar al de nuestras relaciones).
El alma humana es el núcleo de nuestro cuerpo. Muchas veces la suponemos que es de otra naturaleza, de otro mundo, simplemente por que gira a otras velocidades, tiene otras densidades. No hay duda nuestro cuerpo es solo una piel, o un conjunto de pieles que se están desprendiendo por el roce, por el roce con los demás elementos que lo rodean.
Lo que tejemos entonces, mejor dicho la materia prima con la que tejemos nuestras relaciones con los otros y con nosotros mismos, es como una savia, una savia que brota de lo oscuro, de lo que ignoramos. Lo que sí podemos saber de ella, es por nuestros pelos absorbentes ¿Y cuales son ellos?.
Las mismas relaciones con lo otro, con los otros y con uno mismo; ellas son como una fuerza absorbente (puentes de hidrógeno), que convierte algo físico, algo químico, en relación, en el agradable bien estar, en la agradable estadía sobre este planeta, como es la belleza por ejemplo, o simplemente con ese y en ese estado al cual le hemos puesto el nombre de amor.
El Istmo, el hito máximo, de las relaciones con los demás y con uno mismo, es el amor.

Karigüe

ÚLTIMO CAPÍTULO DE CORTECÍA. Si desea adquirir el libro completo de "Común Unión" en formato electrónico, puede solicitarlo enviando un email a info@karigue.com.ar

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Gracias. Karigüe

viernes, 21 de octubre de 2011

Poema - Amaneceres

esos colores,
esos sonidos, esos cantos

del gallo,
de los pájaros
cuando era niño

si parecía que llenaban el
espacio claro y azul
del cielo que me rodeaba

respiraba al amanecer
el aire fresco, frío
que brotaba de la tierra

era solo como el envase
que contenía el canto
de los pájaros y el rumor
del bosque al paso del
viento

mi espíritu lo vivía
más que mi cuerpo.

Karigüe

miércoles, 19 de octubre de 2011

Poema - Allí

Es verdad,
pero solo lo supe después

que el espíritu
es algo que se desprende del alma
como los pájaros
de la tierra

ellos en las alturas parece
que conversaran un idioma
que la conciencia ignora

sí allí en lo alto
a donde nos lleva la música
de Bach, de Beethoven

allí es una comunión especial
rodeada por una atmósfera
en donde color y sonido
son solo una cosa

un lugar de unión
reunión
con lo que todavía
no sabemos que somos.

Karigüe

lunes, 17 de octubre de 2011

Libro "Común Unión" – Capítulo 9

FUNCIÓN

Los sueños, aquellos soñados despiertos y dormidos, aquello agradablemente imaginado de niño y de no tan niño después, se desvanecen como olas que chocan contra las rocas, contra los otros, contra el mundo. Estos últimos tienen su ritmo, normalmente distinto del soñado; formas distintas también son las que después nos entrega el tiempo, distintas a las imaginadas.
Un hombre normal, simple, religioso, lo acepta. Un poeta hace de ello un poema, un libro, o simplemente lo ensarta como un chorizo que pone en una parrilla, y luego dice: este es mi dolor. Ya que lo que quiere es otro mundo distinto al real; sueña a otro mundo en donde las cosas, la gente sea diferente; entra en esa utopía que a él lo hace feliz, cuando lo imagina, cuando sueña.
Es verdad la vida necesita del poeta para que el abra nuevos caminos, nuevas formas, nuevas alternativas. Lo hiere tan profundamente que de él brota sangre pura, sangre nunca antes vista por hombre alguno, nunca antes escuchada, sangre nueva conservada en palabras, en versos. Esto es poesía.
Diótima en Holderlin; Beatrice en Dante; Domini en Stefan George, y tantos otros casos en donde el ser amado deja un vacío profundo en el corazón del artista. Allí si en ese “Acantilado de Mármol” se destila gota a gota el dolor del poeta. Allí crece, se puebla, de fantasmas, de recuerdos, únicos, irrepetibles, dichos, escritos, por el hombre herido por una flecha de cupido.
La vida entonces a través del poeta es amor; es el amor que no es fruto sino flor. Una flor que solo alimenta al alma, al corazón, a los sueños; como si ella fuera una dormidera.
Es la belleza tal vez lo que busca el hombre común en la obra de un poeta. La belleza es sólo la máscara del poeta, lo que queda, lo que realmente se encuentra en la obra de un poeta es su sangre; su dolor hecho sangre; pero una sangre disecada, que salta al lector, se introduce en su alma; en la sangre del lector comienza a circular, como si ella, la nueva, fuera injertada, trasplantada. Sí brota, se convierte en alimento, alimento para el alma; para el alma del lector.
La vida toma al poeta como si él fuera un campo en donde la semilla se convierte en almácigo. Un lugar en donde lo más antiguo se convierte en lo nuevo, pero solo como experimento; solo, para que en el caso que brotase, se la pueda trasplantar a la tierra, a la tierra real. A la tierra en donde crecen los árboles verdaderos, los árboles que darán fruto, que darán leña y sombra también.
Es un poeta el elegido; pero un elegido en donde la vida prueba almácigos nuevos, algunos de ellos mortales, algunos de ellos son como narcóticos que los hacen dormir por toda una vida.
O los hacen destruir lo poco que pudieron levantar en su temprana edad, en aras de esa palabra. Es licor, es éter, lo que lo transporta, lo que lo lleva a ese mundo imaginado, soñado; a ese experimento que la vida hace con él. Sólo después y en algunos casos nunca; de lo escrito, de lo narrado, queda algo, queda algo escrito, gravado en el alma de los pueblos. El alma de los pueblos está hecha de eso, que los poetas lo sirven sobre la mesa del hombre común.
Si bien sabemos que la adrenalina forma, crea al cuerpo; así también la palabra, la palabra poética crea el alma, el alma del hombre, el alma de un pueblo, el alma de la humanidad. No es la palabra repetida la que crea el alma, sino la palabra envase. La palabra cuya forma es la belleza, pero cuyo contenido es sangre, es pura sangre, sangre antigua destilada en el alma del poeta.
Entonces es a través de la palabra de Heraclito, Anaxagoras, Sofocles, etc., etc., que nos llega todo la obra del hombre; aquella que se va tejiendo, se va curtiendo día a día. Piedra a piedra hemos levantado a este nuestro mundo, nuestra cultura, nuestro cielo cubierto de tecnología, de sueños, de ideas, de hipótesis, de anhelos, de deseos, de temores. De todo ello estamos hechos, de todo ello está hecho el mundo.
Enlazados, unidos, por la palabra poética, por esas palabras que traspasan los muros del tiempo, los muros de barro y cemento, de vidrio y acero; para unir como si fuera en un collar, las almas, los espíritus de todos los hombres, de todos aquellos que llevan como estandarte a la vida. A la vida que aún ante los más crueles hechos, sucesos, rebosa de alegría siempre, siempre que la aprendamos a ver.
Tal vez la vida es como las mujeres. A ellas les gusta la sutileza, lo sutil, aquello que sólo se insinúa, se sugiere. Si bien en la savia o en la sangre, se la puede ver hecha movimiento, en nuestra alma está constituida por una forma delicada y sutil. Los franceses saben mucho de ello: Verlain, Baudelaire, Mallarmé, Valery.
Tanto como la melancolía, como la sutileza, la delicadeza, son tratados de tal manera que consideran al alma como si fuera el mar, solo el mar, no más allá del mar, de sus orillas. Cultivadores de una belleza particular, como son sus mujeres, la forma de comer, sus comidas, sus vestidos, sus casas, sus parques, todo en ellos hablan de una forma delicada y muy femenina por cierto.
Salvo Rimboud, todos han nadado en un mar de belleza, particularmente Mallarme, en donde se puede ver a la belleza como las sirenas que se sumergen al paso de su poesía; no he visto manera más sutil de tratar a la poesía, inclusive esa forma de abrir el poema escrito, ya que el verso común parece ahogaba a ese mar, a esa belleza, que vivía en él.
En Rimboud vivía el infierno puro; la belleza, pero hirviendo (ir viendo) a tal temperatura que sus versos funden a cualquier alma que la lee, pero no solo la funde si no la saca corriendo con solo algunos versos, algunas sensaciones bajo el brazo.
Su sinónimo, en la cultura Germánica fue Tralk, Goerge Tralk; todavía creo que no ha pasado tiempo suficiente como para poder entender, comprender, a este gran poeta. Da la sensación que tanto Tralk como Rimboud estuvieron en lugares similares del alma humana.
En la cultura Germana no hay mucha belleza, salvo Gohete, Stefan George, no se encuentra mucha belleza, lo que sí se encuentra es profundidad. Son mineros no muy delicados. El renacimiento de la cultura Helénica se realizó en la cultura Alemana. Ambas brotaron de un apriete de cinturón, de lo natural. En el caso de la cultura germana fue el apriete de lo humano natural que se había desparramado en la edad media. Fue el Luteranismo, con su rigosidad, que embretó al ser humano, que lo encaminó a la búsqueda de lo profundo aún en lo religioso: fue la dedicación al trabajo (tan común en los helénicos) una virtud que permitió la contemplación rígida y concentrada en las cosas del alma humana también.
Tal vez una buena semilla venida de afuera brotó muy bien en el campo alemán, esa fue la de Spinoza, después Kant; en el internado de Tubinga deben haberse producido los diálogos más hermosos de ese siglo, entre Schelling, Hegel y Holderlin. Todo ello llevó a crear, a producir, a formar un conjunto de poetas que muy bien podríamos llamarlos “Buscadores del ser”
Tantos otros como John Paul. En el siglo XIX solo se ve poblado por pensadores no poetas, como es el caso de Nietszche, que se levanta como un monolito, sobre este conjunto de ideas que sembraron en el alma humano los poetas románticos.
A principios del siglo XX se vuelve repetir una nueva ola de poetas que ya no sólo van en busca del Ser, sino que van un poco más adentro buscan ahora su ser, el ser de cada uno de ellos, como Tralk, Rielke, Stefan George, Gofried Been, Paul Celan, etc, y termina en Holan, para que Heidegger haga su obra más importante: Ser y Tiempo.
En verdad no se ve mucha belleza, lo que se ve es una búsqueda de la verdad, de ver un poco más de lo que estamos hechos, de lo que está hecha nuestra alma. ¿Quién es ese a lo que decimos ser?
No hay duda una cultura muy rústica, falta de delicadeza, pero en donde sobran ideas. El pensar se convierte en una herramienta capaz inclusive de encontrar cosas que el corazón tiene y la razón trata de imaginarse. No hay duda es un pueblo masculino, un pueblo dedicado a la trabajo rudo y constante, en donde encuentran su placer, su propia belleza.
Por último podemos nombrar a la cultura Inglesa, Milton, Shakesperare, Blake, una cultura híbrida, en donde se trata de ser delicado pero no se deja de ser interesado en la utilidad de todo cuanto lo rodea (son dandis). Fue como un latido cuando Newton, Hock, Hunes, Hopes, intentaron dar más fuerza a lo experimentado que a lo pensado; pero solo fue un latido que se apagó rápidamente.
Son almas dedicadas a hacer dinero aún de su cultura, no quiere decir que lo demás dejen de hacerlo, sino que ellos lo tienen más marcado, más se nota en todo cuanto dicen, en todo cuanto hacen, no por ellos dejan de producir ideas nuevas u obras que nos llenan de regocijo como el Ulises de Joice.
Me refiero solo a que no tienen ideas profundas y las pocas que tiene las han copiado de los otros, como lo han hecho en los otros campos.
Diría que es una cultura neutra, ni masculina, ni femenina; es como el dinero neutro. A cada uno nos ha tocado una función.
De la hispana, nuestra cultura, dejémosla con Cervantes y nombremos Juan Rulfo; a todo lo demás lo olvidaremos pronto; todavía no hemos intentado pensar, salvo cuando oramos.

Karigüe

PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 24 de Octubre

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Gracias. Karigüe

viernes, 14 de octubre de 2011

Poema - Allí El Arte

Vuelves al silencio
cuando ves que lo que está
viene sin tiempo

que el tiempo es como el viento
solo te estremece, te despierta

más aún
es como esa niebla formada
de tules que se ondulan

percibes a la realidad
como una brisa que brota
de los campos abiertos, puros

mientras lo que eres,
permanece como esos acantilados
en los que la ola se ahoga
pierde su voz
no le presenta resistencia

allí, el crepúsculo
fuego de colores

allí, el arte
que muestra.

Karigüe

miércoles, 12 de octubre de 2011

Poema - "Pre – sentir"

No quiero que se vayan
sensaciones, percepciones
que me hacen vivir en ese mundo
en ese estado de ensoñación pura

el sol de los días es fuerte
más aún que el propio
mundo

es como si estuviera
parado sobre el muelle,
ese muelle que es puente
entre el mar y la tierra
entre la vida y la muerte

montañas altas
desde donde ves el valle
y los ríos que pasan,
arterias, y venas
de un corazón que late,

esos instantes puros
en los que el latido de tu corazón
es eco
de lo que presientes.

Karigüe

lunes, 10 de octubre de 2011

Libro "Común Unión" – Capítulo 8

NADA

Corazón de piedra, se suele decir de alguien que no quiere a nadie, que no ama a nadie; pueda ser, pueda ser. Este tipo de personas tiene enfrente al vacío; por lo general son personas que se dedican al pensamiento, a la razón, a tratar de saber qué es esto que no esta sucediendo. Algo opuesto es el cariño, una niebla que se posa delante de todo ser humano, y en la cual por lo general nos socorremos.
Su mirada es cada vez más fría a medida que se acerca, a medida que permanece más tiempo en el muro del silencio, en el oscuro manto que cubre al conocimiento. Los pensadores son seres casi estériles, la única creación es su mente.
El amor los motiva, y luego ese mismo amor en su retirada les deja el vacío; en donde por lo general construyen su obra o se desvanecen.
Son cosas que tiene la vida, son sus contradicciones. Ella elige a algunas almas para ella, para que la describan, para que la muestren, para que le canten. Les da el néctar, un néctar puro, de puro placer, pero pide de ellos su vida, su existencia.
¡Sí sólo se trataba de vivir! ¿De donde brotó ésta herida abierta? ¿Por qué razón la vida nos trajo de tan lejos sólo para hacernos sufrir? Se puede llegar a pensar todo lo que puede pasar; pero es poco para lo que pasa. ¡La vida tiene más imaginación aún en esto, aún cuando es dolor!
“La vida tiene que continuar, tiene que seguir, quedan todavía seres a los que amas, a los que cuidas ¿Por qué renunciar si hay tanto por hacer? Te equivocaste es cierto, pero también tienes derecho a remendarte. Entonces continua, avanza, por ese camino que has emprendido, que tal vez no es para los seres cercanos sino para todo hombre que estén sufriendo, que tenga las misma heridas que tu tienes ahora”
Se escucha decir tanto de esto, se lee tanto sobre éste tema, que cuando uno lo escribe no sabe si es por placer o por desahogo. Es necesario la representación, poner en escena, ponerlo sobre un papel, para verlo afuera de nosotros, como si le estuviera pasando a otro.
Es así una de las formas como para ver y comprender lo que somos. Las personas que solo viven las cosas son felices, las personas que la piensan se pierden, porque el pensamiento no tiene corazón, no hay sangre que retorna, toda sangre se pierde en el desierto, en ese circulo inmenso, que una vida no alcanza para recorrerlo.
Por mas que los poetas nos canten sobre la libertad; cada vida tiene su forma en la cual logra su plenitud. Esa forma es parte del conjunto que la toma en su real medida.
Por más que pataleen se hará lo que tiene que hacerse. Por un lado; ¡Serás lo que tienes que ser o no serás nada!; y por el otro, recuérdalo bien: ¡Todo hombre consigue lo que profundamente desea!
Tantas palabras, tantos pensamientos para decir que la vida, lo que nos ha otorgado hacer la vida, se cumplirá. Esto no es fatalismo, es realidad. Los genes, cada gen tiene una función, tiene una misión que cumplir, que realizar, que ejecutar. Inclusive el incremento, ese delta, que hace mover una turbina, ese rayo que brota desde la tormenta, en las nubes, e ilumina todo su alrededor; son productos naturales por cierto, pero a la vez son consecuencia de un movimiento original, que continúa, que se expande en el vacío, en ese plasma - vacío, el vientre del universo.
Creo en el movimiento original. Creo en todo cuanto en mi corazón se pose porque es él parte de ese primer movimiento. Un rezago, un residuo, que late, un movimiento armónico, un movimiento tal que nos recuerda aquel que cruza, que pasa, por la materia; esa energía, aquello que es el espíritu, el verdadero espíritu: el amor. Aquel amor con el que los dioses todavía nos mecen, nos hacen llegar su presencia, su presente, su regalo: la vida.
Andamos deambulando por nuestra propia ignorancia y: “…nada es verdad, todo es imaginación / rodéate de rosas, ama, bebe y calla / lo demás es nada”. Esto fue lo que Pessoa nos dejo como legado.

Karigüe

PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 17 de Octubre

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Gracias. Karigüe

viernes, 7 de octubre de 2011

Poema - Nada de Nada

Las cosas
a veces bajan
de repente

como aquellas llocllas
que estaban por años secas,
pero un día llovió y recuperó
su cause, llevándose todo lo
que encontraba a su paso

eran los ciclos

preguntaba de niño
Sí hay día y noche, estaciones,
años ¿por qué no sabían los
ciclos de las llocllas?

Nadie sabe, pero llegan –
era la respuesta

luego les preguntaba –
sin no hubiera ciclos, o nadie
que los determine ¿que habría?

cállate niño – era la respuesta

una pregunta desde donde soy
desde donde me erijo.

Karigüe

miércoles, 5 de octubre de 2011

Poema - Ensoñación

percibes
que los andariveles profundos del alma
oscilan

se mueven y cambian
por una fuerza que brota
como bruma, como niebla

como esa niebla que se forma
alrededor de una catarata

solo sientes las brisa, lo demás
es imaginación

como si cada gota de agua
suspendida te hablara, te
contara de la catarata
que no ves

hasta sientes la caída del
agua sobre el río, sobre
el cause del río

sueñas pero más aún
brota de ti una tierna ensoñación
de lo que te rodea.

Karigüe

lunes, 3 de octubre de 2011

Libro "Común Unión" – Capítulo 7

NIÑO

Niño solitario. A veces cuando genéticamente o culturalmente se nace en una familia, en un grupo humano, que no tiene mucha sociabilidad, y además si se viene con un cierto grado de inteligencia. Al niño todo esto lo vuelve solitario, asilado; se retrae hacia su mundo interior y allí se expande, pero no por ello deja de ser solitario e insociable.
Un paso posterior, normal, es la huida. Nadie se va de un lugar en donde se es feliz. El buscador, el explorador, el misionero, es por lo general un hombre que no tiene ni paz, ni es feliz en su lugar, en su hogar. Se vuelve entonces un ser errante; no tanto porque yerra, sino porque no sabe vivir con los demás, no sabe vivir con su familia, ni con el grupo más cercano ó más lejano; y tampoco con el mismo.
Normalmente se va muy lejos, ya sea en donde hay mucha gente o a donde hay un desierto.
Lo peor o lo mejor (en este tipo de personas, no se sabe que es lo mejor ni lo peor para ellos, para los demás son buenos consejeros) es que no tenga una guía, que no tenga nadie que lo contenga, (como se suele decir en psicología).
Sí se introduce en el mundo de los negocios, en donde es necesario trabajar en grupo, ahí se complican, porque no solo la falla es la elección de su profesión si no que en este mundo en donde lo social tiene o se extiende sus mejores armas, queda cautivo, a la merced de cuanta persona quiera manipularlo socialmente.
Así transcurre la vida hasta llegar a ser un hombre maduro, teniendo que hacer y soportar un esfuerzo titánico como para poder sobrellevar esa máscara que no es. Y no es que los demás lo rechacen, sino que el a permitido que el exterior le haga un molde, le haga una caparazón; y esa es la máscara que más le pesa.
Desarrolla entonces una capacidad de percepción muy especial, exquisita podríamos decir; alimentada por un mundo interior en donde todo lo que cae se funde. Un mundo inconsciente lleno de vida.
La vida es como un río, del cual nos guste decirlo o no, recibimos, lo recibimos con un cierto caudal que permanece constante toda nuestra existencia. Algunas aguas son puras, claras, cristalinas otras turbias, turbulentas, dependiendo principalmente del cause que hemos heredado también. Este cause es lo que podemos manejar, lo que podemos cambiar, mejorar.
Y otra cosa más, podemos robar agua de ese río y llevarla al Desierto de los Tártaros. A ese desierto en donde Pareze (escritor Italiano), o mejor dicho los soldados esperaban que el enemigo llegue. En esa espera podría producirse dos cosas: la podredumbre ó el vuelo de sí.
El desierto que yo trato de ver es otro, es un desierto vivo. Es otra vida que quiere ser fecundada, que quiere ser liberada de sí, quiere entrar en nosotros, quiere fertilizarnos, quiere que le demos morada. Entonces le abrimos un brazo al río y de él desviamos algo de nosotros, de nuestro tiempo, de nuestro esfuerzo.
Para luego ver coronado en otro mundo, un tercero. Un bosque en donde crecen las ideas, la belleza, el dolor y las alegrías como en el mundo exterior, pero unas alegrías más potentes, más silenciosas, más nítidas; y en el que el hombre es dueño de ellas.
Es necesario una herida para que el río se desvíe, es necesario el Cultivador, el Agricultor, que sepa regar poco a poco, parcela a parcela, luego sembrar, para que después florezca su monte, sus chacras. Es una Religión, es creer en el rió, creer en el desierto, en la semilla, en el cuidado, en la cosecha. Todo un conjunto de actos, de atenciones, de respeto hacía lo que está dentro, fermentándose en el cáliz que somos.
La fe está en la semilla, en aquello que nos precede. Muchas veces renegamos, rechazamos, nuestro pasado; a nuestra herencia de aquello de los cuales y por los cuales somos. Por ellos la vida llegó a nosotros y somos así, si no de otra manera no seriamos así; seriamos otros.
“Bendito el nombre del señor” se suele escuchar. Bendito los nombres por los cuales somos, por los cuales somos así, de esta manera como lo ves hoy, como sientes, como piensas, como sufres, como lloras, como luchas. Simplemente estás, simplemente vives, por ellos.
Que hoy tengas dificultades por la forma que eres, por lo que tienes, se debe en gran parte a ti, a ti agricultor amigo. En ese espejo, que es tu campo, que son tus chacras, te ves y disfrutas. A mí no me mientes, ya que lo que te pasa es que tienes hambre de lo que está servido en mesa ajena.
Cuando nos satisfacemos sin haber tenido antes la necesidad, cortamos camino (nos decía Pródico) y nos perdemos el placer. Lo que necesita el alma, el espíritu, mejor dicho el Ser, nuestro ser: es placer.
El gozo, el gusto, el goce, etc., todos ellos son tentáculos del placer; la vida no tiene otro fin que el placer. En tantos nombres nos hemos perdido, que hoy lo que necesitamos esta cubierto (mejor en donde buscamos) de una niebla producida por ello. La palabra nos a desviado, nos ha abierto al mundo, nos está haciéndolo crear; mientras nosotros, nuestro ser no sabe, no tiene sabor, ni gusto, ni goce, de lo que vive.
Es verdad que es muy hermoso el mundo; pero también hay que reconocer que nos cuesta trabajo, crearlo continuamente, mantenerlo, cuidarlo, corearlo. Todo ello se hace con esfuerzo, con sangre, con dolor, de todos nosotros los humanos, trabajamos para él, aún el que escribe estas paginas escribe para él, aunque se mienta y dice escribir para sí y para los demás.
Pero antes de continuar hay dos puntos que unir, para poder comprender lo que después diremos: Uno es la semilla que el agricultor tiene que sembrar y el otro es la construcción de lo que es mundo, de nuestro mundo; los dos se pierden en la oscuridad de nuestra ignorancia, no por ello vamos a dejar de intentar por lo menos de saber algo sobre ellos.
Y como es todo lo humano, es decir limitado, tendremos que darle el esfuerzo adecuado (para nosotros) en encontrar su unión. La semilla es como el primer impulso que hemos recibido, por ejemplo la formación del puente de hidrogeno en la molécula del agua, es decir una falla. Cómo para un escritor es la falta de comunicación con los otros, razón por la cual se pone a conversar con el mismo, y descubre que es posible crear otro mundo.
Origen: falla; fin: falla también. Es entonces la falla el motor del universo, del hombre, del mundo, no la continuidad. Podría ser un caño de acero inoxidable el camino, el cause del río, por donde el agua que nace de la montaña vuelve al mar, sería una continuidad perfecta; pero así, no es la vida. La vida requiere de fallas, del error, de la herida, para generar, para fecundar, para afirmar sus garras sobre ésta nuestra piel, sobre este nuestro cuerpo; a través del dolor.
Los dos extremos se pierden en la oscuridad y queda en nosotros su rastro, su huella. Esa huella, ese rastro, es el dolor, tan bien expresado en el libro de poemas de Holan: “El dolor”.
El dolor de nacer, el dolor de morir, el dolor de vivir, pareciera que nos convertimos en una María Magdalena, que perdió todo cuanto tenía: su fe, su esperanza, su vida. No es tanto así, ni creo que nosotros los hombres del siglo XXI hagamos gloria del dolor, no sólo lo rechazamos, sino lo combatimos con nuestras ciencias, de tal manera que algún día podríamos vivir narcotizados y lo matamos a ese nuestro motor llamado: dolor.
El verdadero dolor de la vida está dentro nuestro y es que no somos dioses. Sí, por casualidad, lo somos, el dolor sería que no nos demos cuanta de ello. Es decir que el dolor antes de ser falla es falta, nace no de un error sino de que desde que nacemos estamos perdiendo cosas que considerábamos nuestras. Aunque en realidad nada es nuestro.
Es hermoso el poema en donde Vallejos dice”... tu no tienes Marías que se van, por lo tanto el hombre es el Dios” Le esta diciendo al Dios que el no tiene dolor, no siente dolor, y que el Dios debería sentir dolor para ser Dios. Desde el punto de vista del hombre, el dolor es tan importante que lo consideramos como condición sinequanon para la divinidad, para lo divino.
Así como Tales puso como elemento básico del universo al agua y Heráclito lo puso al fuego, etc. Así también después los hombres han tratado de poner como elemento básico del hombre al deseo, a la necesidad, al vació, al vicio, etc., creo que también deberíamos considerar como elemento básico del ser humano al dolor. Ya que es la fuente desde donde brota el espíritu.
Decía Beethoven que el hombre sólo conoce a su espíritu cuando está contra el suelo. Sabemos de la vida de este gran músico, sabemos de su dolor, y de su obra también.
Lo que pasa es que la palabra dolor de por sí nos aterra, ya que esta relacionada con el sufrimiento, no con la redención. Considerar al dolor como redención seria un acto masoquista. El dolor por lo general nos quiebra, la muerte es otra cosa; podríamos decir que lo que nos hace el dolor es algo similar lo que hace la bisagra con los dos partes que la componen, las hace cambiar de dirección y de sentido también, pero no hace perder la continuidad, es decir la vida.
Lo que pasa es que el dolor no solo es sufrimiento sino lo consideramos antesala de la muerte, aunque ella por lo general no llega acompañada con nadie.
Es decir así como el niño que vive en un determinado lugar u hogar y no es feliz, trata de irse, así también nosotros los seres humanos (seres niños) tratamos de huir de nosotros mismos.
Y creamos la obra (como todo chico que huye), creamos un mundo, creamos al mundo, tal como lo conocemos. No es como nos decía Platón sobre las rendijas por donde la luz entra, no estimados amigos, es por donde nuestra sangre se pierde, por donde nuestras sangres salen y nos debilitan.
Podemos ahora comprender a Nietzsche, cuando nos decía que con él, el pensamiento humano giraba, es decir que la obra de él cumplía la función de bisagra. Tal vez la aparición de la vida sobre al tierra fue sólo eso y que la función bisagra no es solo física, es decir posible de ver y explicar, si no que se cumple en todas las funciones del universo; pero lo que no se pierde es la continuidad.
El dolor es solo el cambio, el constante cambio que experimentan las cosas del universo; pero que en el hombre, el hombre lo registra como sufrimiento, con sufrimiento. Cómo cuando una madre da un niño a la luz, un cambio, siempre un cambio, qué otra cosa no es el movimiento que un cambio permanente.
Lo extraño en si es que el ser humano, no quiere estar sujeto a tantos cambios, no quiere estar suspendido, supeditado a los cambios de las olas del mar. Él fabrica barcos para ello, no solo par mitigar las olas, sino para avanzar y llevar nuestra existencia a donde los cambios son menores.
Somos luchadores contra el movimiento del universo, de y todo movimiento; esta lucha nos causa dolor y de él a brotado el espíritu humano, nuestro estandarte de lucha, de presencia de nuestro ser sobre la tierra.
El mundo su resultado, que no es tan malo ya que en ningún momento se pierde la continuidad. Aun cuando algunos quedamos tendidos, el espíritu del ser humano continuara en esta su lucha, con ese armazón, esa coraza llamada mundo; hecha de sangre, con sangre de todos los que estamos luchando y de los que dejaron de hacerlo.

Karigüe

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