lunes, 21 de abril de 2008

Reflexiones Celebres - Raúl Ballbé

La ventaja de la infancia para acceder al mundo del espíritu

Anales de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires (año 2005)
“Psicología del Quijote”
Del Dr. Raúl Ballbé

La pasividad del espíritu es el momento privilegiado para que se nos manifieste, con la mayor plenitud, el don ofrendado y en esto radica la preeminencia del espíritu de la infancia, ubicado bajo el doble signo de la esperanza y de la gracia pues el niño no es una especie de esbozo de hombre al que se mira con indulgencia, sino, por la pureza, por el gusto de lo absoluto, es su modelo ideal. Como dice Bernanos: “del niño que fui y que es ahora para mí como un abuelo”. Se trata de una vuelta a sí mismo, de desprender lo aprendido para aproximarnos al fundamento de todo cuanto sobre él construimos y recibimos posteriormente. Lo que nos han enseñado es una cosa; la educación es otra.
La propia experiencia confirma que la frase cerventina: “el mundo hemos de dejar/del modo que le hallamos”, no es un lugar común, sino un pensamiento revelador de la íntima y profunda ley arquitectónica del autor. Américo Castro nos señala de las consecuencias morales de tal actitud. Si el carácter y su secuela la conducta son inmutables, la razón podrá darse cuanta de ese estado, pero no lo podrá variar. La moralidad se convierte en un hecho positivo, que en los sensible nos contentará o nos amargará pero que, en realidad, no merecerá censurada ni elogio; el individuo experimentará automáticamente los desarreglos de su conducta. La moral deja de estar gobernada por el ideal religioso para ser una manifestación de la naturaleza humana: el mundo es así y es inútil querer variarlo. El Quijote parece ser el gran exponente literario de esta concepción del hombre.
Pero ¿sabemos acaso qué es el carácter?. Las nociones comunes que nos ofrece el lenguaje son sumamente vagas y confusas. A veces nos hacemos de él, una idea tan elevada que no hay ser concreto que pueda encarnarla o bien lo rebajamos a tal punto que se reduce a una cualidad particular mas o menos arbitrariamente elegida como la energía, la firmeza de voluntad, la continuidad de las ideas y de la conducta o uniformidad de las costumbres. Dicho con otras palabras, o bien consideramos el carácter como un ideal tan alto que se vuelve inaccesible – como el querer ser Anadís Gaula, ideal desmesurado y presuntuoso de Don Quijotes – o lo ponemos al alcance de todos y pretendemos aprehenderlo en los más ínfimos ejemplares y en los muestrario más toscos de la naturaleza humana, como aparece en los inventarios al uso de la psicología clínica. El Quijote nos somete constantemente a la tensión y a la dialéctica sin superación posible entre el ideal caballeresco de un España que es carcomida por la comercialización de las relaciones humanas y por el alma necrófila y resentida de la novela picaresca. El alejamiento melancólico del mundanal ruido, a causa de un legítimo hastío encubierto por el discreto arrepentimiento de Don Quijote, es signo de nobleza.
Si el carácter es una feliz disposición del temperamento, de la cual hay que felicitarse cuando es concedida, sería entonces, en el orden de la naturaleza, el equivalente a la gracia en el teológico y, si la merecemos, habría que ser digno de conservarla. El carácter como la constitución orgánica, es lo que recibimos y nos constituye: es el cimiento que debería soportar cuanto le exijamos, al mismo tiempo que nos señalará los límites. De esta tensión surgirá el tema cervantino del acierto y del error.

Reflexiones Celebres - Raisa y Jacques Maritain

Reflexión sobre la poesía

Del libro: “Situación de la Poesía"
de Raisa y Jacques Maritain.


Bien que Baudelaire estaba en su derecho al considerar que entre Edgar Poe y él todo era común. Dijo:
“Es este inmortal instinto de lo bello que nos hace considerar la tierra y sus espectáculos como un panorama, como un reflejo del cielo. La sed insaciable de todo cuanto está más allá de lo que revela la vida, es la prueba más viviente de nuestra inmortalidad. Por la poesía y a la vez a través de la poesía, por y a través de la música, el alma entrevé los esplendores situados más allá de la tumba; y cuando un poema delicioso nos hace asomar las lágrimas a los ojos, estas lagrimas, más que prueba de un exceso de goce, son testimonio de una melancolía irritada, de una exigencia de los nervios, de una naturaleza desterrada en lo imperfecto y que querría apoderarse inmediatamente, ya aquí en la tierra, de un paraíso revelado”

sábado, 19 de abril de 2008

Poema - Las Cosas

Las cosas.
Las benditas cosas
que nos sacan vida.

Y que nosotros,
sentados en el dintel
de la puerta de roble,
las vemos pasar,
llevándonos dentro
de un ataúd.

Te sorprendes y dices, ¿por qué?
Olvidaste el día que
siendo tú un niño aún
entregaste,
les entregaste todo lo tuyo,
si es que en ellas
te reflejabas,
te dejaban reflejar
para los otros.

Ahora,
sólo están llevando
lo que es suyo.

Karigüe

viernes, 18 de abril de 2008

Reflexiones Celebres - Konrad Lorenz

Reflexión sobre las ciencias

Del libro: “ El porvenir está abierto"
de
Karl Popper y Konrad Lorenz.

Popper:

Ciencia e Hipótesis retoma el título de un libro de Henri Poincaré (La Ciencia y la hipótesis), una de las obras más sobresalientes de la filosofía de la ciencia; por eso la he elegido como título para esta jornada.
Me gustaría empezar haciendo una profesión de fe en las ciencias de la naturaleza. La ciencia se halla hoy en día bajo el influjo de unas corrientes modernistas más que cuestionables. No solo recibe ataque desde afuera, sino también desde adentro. Yo, sin embargo, considero que las ciencias de la naturaleza, junto con la música, la poesía y la pintura, constituyen la mayor realización del espíritu humano. Claro es que cualquier cosa puede ser mal empleada. Incluso la música puede ser mal empleada, y de hecho lo es, y lo mismo ocurre con la ciencia. Pese a todo, las ciencias de la naturaleza constituyen nuestra mayor esperanza. Si logramos salir del pantano en el que nos hemos metido, será sin duda con la ayuda de la ciencia. Probablemente esta afirmación suene muy “cientifista”, como suele decirse hoy día.

El reproche del cientifismo no procede

Por eso me gustaría subrayar que el reproche de cientifismo que se hace a los científicos no procede. Ni uno solo de los grandes sabios puede ser calificado de cientifista. Todos ellos eran escépticos, cautos, respecto a la ciencia. Siempre supieron lo poco que sabemos. El reproche de cientista apenas cabe dirigirlo, por ejemplo, a Henri Poincaré. Newton, ha sido uno de los hombres más grandes que ha existido y quizá el mayor de todos los científicos, hablaba de si mismo como de un muchacho que recogía piedrecillas y conchas en la playa sin darse cuenta, que tenia ante si un fenómeno tan desconocido como el mar. Yo creo que todos los verdaderos científicos se han visto así mismo como lo hacía Newton, siempre han sabido que no sabían nada y que, incluso en terrenos labrados ya por la ciencia, dominan una inseguridad casi absoluta. Como sin duda saben todos ustedes, la teoría newtoniana ha sido reemplazada mas o menos por al de Einstein. En la ciencia ocurren esas cosas.
Hasta hace aproximadamente un siglo, se creía que el campo de la mecánica descubierto por Newton había de englobar el dominio de la ciencia en su totalidad. Pero hacía 1890 apareció un campo totalmente nuevo con el descubrimiento de los electrones, obra de JJ Thomson, esto es, el campo de la electrónica. Ello dio lugar a una revolución que paso desapercibida a casi todas las personas ajenas al mundo de la ciencia. Se trataba de la revolución de la física atómica, en la cual vivimos inmersos hoy día. Puede distinguirse en ella distintas fases, aunque ahora no voy a entrar en ello. Lo que si me gustaría resaltar es el hecho de que la ciencia es obra de los hombres y, como tal, falible. Pues bien, precisamente la conciencia de esa falibilidad de la ciencia es lo que distingue al científico del cientifista. Porque si algo puede decirse del cientifismo es que se trata de una fe ciega, dogmática, en la ciencia. Y esa fe ciega es ajena al verdadero científico. Por eso los reproches del cientifismo quizá vayan dirigidos a ciertas ideas populares que se tiene de la ciencia, peor no afectan a los científicos propiamente dichos.

Poema - El Hombre

Las cosas del mundo,
suceden o son, a veces
como tornados sin lluvia,

Levantan polvo
en la vera de los caminos,
como impidiendo no
sólo ver, sino que
la luz del sol bañe nuestra piel.

Vida es el sol,
el aire
y la tierra bendita
que nos alimenta.

Pero, pero
el Dios, mucha veces
se retira
formándose mundo

Y

Tú que tiene que
ocupar su lugar
te quejas y hasta lloras
y dices:
¿Por qué me haz abandonado?

¡Para que seas Hombre! – se suele escuchar.

Karigüe

Frases Celebres - La Alegría

1.- Alegría y amor son las alas de las grandes empresas. (Goethe)

2.- Amigos míos pedid a Dios la alegría. Sed alegres como los niños, como las aves del cielo. (Dostoievski)

3.- Buscas la alegría en torno a ti y en el mundo. ¿No sabes que solo nace en el fondo de tu corazón?. (Tagore)

4.- Después de la virtud es la alegría lo más indispensable. Todos los días deberíamos leer un buen poema, oír una linda canción, contemplar un bello cuadro, y pronunciar algunas bellas palabras. (Goethe)

5.- El mundo esta lleno de pequeñas alegrías; el arte consiste en saber distinguirlas. (Li-Tai-Po)

6.- El sabio no se sienta para lamentarse, sino que se pone alegremente a su tarea de reparar el daño hecho. (Shakespeare)

7.- La alegría cuanto más se gasta, más queda. (Emerson)

8.- Hay quienes dan con alegría y esa alegría es su premio. (Gibran)

9.- La alegría de vivir es el más grande poder cósmico. (Tailhard de Chardin)

10.- La alegría es la señal que la vida ha vencido. (Bergson)

11.- La alegría está en la lucha, en el esfuerzo, en el sufrimiento que supone la lucha, y no en la victoria misma. (Ghandi)

12.- La alegría más grande es la inesperada. (Sófocles)

13.- Las alegrías más excelsas, variadas y duraderas son las espirituales. (Shopenhauer)

14.- La mitad de la alegría reside en hablar de ella. (Proverbio Persa)

15.- Lo difícil no es organizar una fiesta sino encontrar quien se alegre en ella. (Niestzsche)


Las Frases Célebres de La Alegría o Citas Célebres de La Alegría fueron especialmente seleccionadas por Karigüe para sus lectores. (Frases de la alegría y Citas de la alegría)

martes, 15 de abril de 2008

Libro “El silencio” – Capítulo 9

MUNDO

Es una fuerza la que hace, la que construye paso a paso, en un encadenamiento continuo; la que permite que el hombre sea.
La antropología, la psicología del aprendizaje, la anatomía de los movimientos, su cinética, nos hace ver que además de ser una consecuencia, somos una fuerza natural que se revela, que se hace presente; como si fuera ella el viento y nosotros las infinitas olas del mar, aquellas que aun se baten entre sí.
Esos Istmos presentes, esa espuma que en el medio del mar se eleva hasta rugir, hasta producir tormentas, tornados; que arrasan pueblos, bosques, desiertos para luego ser calma, reposo, hasta el próximo salto, el próximo grito, el próximo alarido, la próxima palabra, el próximo poema.
Algo que te sorprende cuando lo pensaste, algo que lo escribiste y luego te gustó. Lo inesperado; aquello que llega como donación, como regalo: la vida, tu vida, tus sueños, tus alegrías, tus esperanzas, tus ilusiones y porque no, tus alucinaciones también.
Un mundo que se revela, un cuerpo que se retiene y avanza, como un tornillo que perfora a la tierra, a la roca, a la oscuridad, al silencio.
Brota entonces la savia que se desvía, la sangre que ha regado desiertos a través del tiempo, aquella que hace bullir la voluntad del hombre, que arremete contra los arrecifes, los acantilados de mármol para ser espuma, para ser sueño.
Claras y salvajes a la vez son las aguas profundas y cristalinas, y en su batirse sobre sí se purifican. Tan sutiles y delicadas llegan a ser, pero a la vez incontenibles. Ellas carcomen la roca y taladran el mármol más duro; porque son la insistencia y la perseverancia, las que le dan poder.
Allí en el fondo habitan los peces más delicados y sutiles también, más diestros en el arte del desplazamiento, de escabullirse entre los arrecifes, entre las algas, entre las piedras y entre los intersticios que deja la naturaleza para ellos.
Sabrosa su carne, fría las aguas. Afuera el Sol adormece con su manto de calor y luz. Es la luz, la demasiada luz la que retiene al animal y lo devora. Es el calor que hace hervir la sangre de todo animal que se complace con la luz.
El Sol además de darnos vida, a la vez nos adormece, mientras la noche, la oscuridad, nos arroba. Somos más oscuridad que luz, más silencio que palabra.
No es la muerte la que nos saca, la que nos retira de la vida; es la luz, es el calor el que hace de nosotros seres temporales. ¿Seremos seres a los cuales alguien adormece sobre brasas, para luego degustar aquello que habremos de ser?
Es la carne del ciervo joven una delicia, porque ella tiene el sabor de una raza a la que la naturaleza a dotado de fibra, de músculos, capaces de correr más rápido que un León y que a la vez es tierna por su juventud.
Los héroes jóvenes se van temprano, antes que el hombre común, antes de aquel que pastorea por lo valles que aquellos dejaron y que fueron capaces de enfrentar a fieras salvajes que aún acechan.
Como un manto la serena oscuridad, se va formando, tejiendo por fibras de silencio, de aquel silencio que hace, que elabora, que construye. Cada gen, cada célula, cada órgano, cada ser, da un pequeño salto, un pequeño paso. Y como si el espíritu presente fuera la aguja de tejer, va uniendo a través de los hilos de savia o de sangre.
Un gran manto somos. Pero no es para cubrirnos del frío ni de la soledad, sino que sirve de paño de terciopelo, para que no se hieran nuestros pies al caminar. Todo lo demás es ajeno a nosotros y a la vez lo llevamos a cuestas.
Llevamos desde el LUCA hasta la última idea leída o pensada por nosotros, por nuestros progenitores. Todo llevamos a cuestas.
Y lo que vemos, lo rechazamos o aceptamos, lo incorporamos a esa ciudad de luz donde sólo el corazón del hombre puede ver.
La ciudad luz está hecha, construida, por la obra del hombre, por los conocimientos logrados, arrancados, arrebatados de la naturaleza; pero habita por la obra de su espíritu, cuyas palabras, colores, sonidos, son su afectividad con la cual moldea lo almacenado, lo experimentado: el alma.
El nuevo Prometeo se para frente a los dioses y los desafía nuevamente; pero ahora sí, desde el barro, no desde el peñasco; ya no desde los acantilados de mármol, sino desde esas tinieblas, desde ese silencio que contiene la niebla que somos.
Nuestro próximo paso, nuestro nuevo despertar, será el mundo. El mundo espiritual.
Karigüe

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Gracias. Karigüe

sábado, 12 de abril de 2008

Poema - La imaginación

La noche,
el amor,
la huella
y Tú,
nada más.

Pero ... todo es
huella,
inclusive Tú.

Yo,
el caminante
que avanza hacia ti.

El tiempo es circular;
somos astros que giran
y alternativamente
nos ilumina un sol.

Del otro lado se ve el giro.
Desde aquí únicamente
la imaginación.

Karigüe

Poema - La vida

Luché y tú lo sabes que lo hice.

Pero ¿cuánto tiempo
no consumido?

Ahora él me mira
entre los arbustos del bosque.

Es como un lobo
al que no le di de comer.

Perdí mi tiempo,
deshojando el árbol
de la vida,
sin comer el fruto.

Tiempo, tiempo tuve,
tiempo es lo que deseo.

Pasado, deseo
y esperanza.

Río de la vida
del que queda la cuenca.

Cuna y tumba
y
agua que pasa:

vida.

Karigüe

jueves, 10 de abril de 2008

Pensamientos de Franz Kafka

Del su Libro “No soy una luz”

I (La condena)

Sólo en el lecho mortuorio nos es permitido dejar que las cosas malas sigan siendo malas.


II (América)

a) En el curso de muchos años he llorado sólo una vez, hace dos o tres meses. Pero en esa ocasión me sobrevino dos o tres veces consecutivas, estando sentado en mi sillón. Temí que los indomables sollozos pudieran despertar a mis padres en la habitación contigua; era de noche y la causa de todo fue un pasaje de mi novela.

b) Que escriba, me recomienda mi más íntimo amigo. Que escriba, a pesar de que mi cabeza está tan insegura y a pesar que hace un ratito he tenido ocasión de apreciar la deficiencia de mis escritos.

c) Nosotros los judíos ya nacemos viejos. Uno fotografía las cosas para ahuyentarlas de la mente. Mis historias son una especie de cerrar los ojos.


VI (Sobre el arte de escribir)

a) Hoy sé ante todo una cosa: el arte tiene más necesidad de la artesanía, que la artesanía del arte. Claro que no creo que uno pueda obligarse a parir, pero si educar a sus hijos.

b) Jamás he sido una persona que se empeñe en imponer algo a cualquier precio. Y esta es precisamente la cuestión. Todo cuanto he escrito, ha sido escrito en un baño tibio, nunca he vivido el infierno eterno de los auténticos escritores, aparte de algunas excepciones que puedo eliminar de este aserto, a pesar de su fuerza quizás ilimitada, debido a su exiguo número y la debilidad con que jugaban.

c) Tengo que estar mucho tiempo solo. Todo cuanto he realizado, es sólo un logro de la soledad.
Odio cuanto no se refiere a la literatura: me aburre participar en conversaciones (incluso las referidas a literatura) (…). Las conversaciones quitan importancia, seriedad, verdad a todo lo que pienso.

d) “Con ello me caliento en este triste invierno” Las metáforas son una de las muchas cosas que provocan mi desesperación al escribir. La falta de autonomía del escribir, el depender de una criada que enciende la lumbre, del gato que se esta calentado junto a la estufa, incluso del pobre anciano que busca calor. Todos ellos son actos autónomos, con sus propias leyes; sólo el acto de escribir está desamparado, no vive en si mismo, es chanza y desesperación.

domingo, 6 de abril de 2008

Libro “El mar” – Capítulo 8

LA PALABRA

Es tan difícil vivir en los dos mundos: en el agua y en el aire, como lo es vivir en un mundo material y un mundo espiritual. Materias diferentes. ¡Tan diferentes!
Pero hay casos en que tenemos que hacerlo, pero no es lo natural.
¿Cuál es lo natural para un ser que está cambiando, que no tiene lo natural constante, que además su entorno está cambiando también?
Aún así tratamos de definir lo que es verdad, belleza, cosas, fenómenos, etc.
Más aún, cómo saber, cómo intentar saber sobre el ser del hombre, un ser inacabado cuyos límites se pierden en el infinito, pero los contiene a los dos.
¿Qué es entonces lo que vemos, lo que podemos ver de este ser? Sólo una estela que deja, que deja detrás de sí, cuando habla, cuando dice lo que piensa, lo que siente; cuando convierte la esencia en presencia.
Hacedor de palabras, de sonidos, en los cuales deposita lo que sus ojos, lo que su mente, lo que su corazón le dice; pero además tiene el don que le sale de una forma natural, las cosas que él no puede ver, decir, ni nombrar, ya que su conciencia en sí es solo una cierta luz que ilumina el escenario, una luz circular que solamente ilumina a los actores.
Así es que lo que ha hecho, con lo oscuro que lo habita, es imaginarlo, abstraerlo, pensarlo, estudiarlo. Eso no fue suficiente, ya que estas herramientas son consecuencias, tentáculos de él; pero la naturaleza avanza, avanza mucho más adelante; ahora ella es virtual, ella se esconde, ella va camuflada y avanza como ciencia.
Entonces tomó otro camino, el de sus ciencias. Todas ellas experimentales, todas posibles de ser estudiadas, analizadas, comprendidas y relacionadas. Con ellas hoy en día cree avanzar, de la mano de ellas cree comprender, entender a la naturaleza, lo que es y lo que le pasa.
Pensamientos, ideas, ciencias, descubrimientos, creaciones, invenciones y hasta suposiciones, percepciones e intuiciones.
Ahora todo cuanto está a su alcance, lo está usando, empleando. Sin embargo no alcanza, no logra lo que quiere conocer, saber, intuir. ¿Quién es? ¿Qué es el universo?
Es presuntuoso. Presuntuoso de creer, de saber, inclusive se mofa con una presunción encubierta cuando dice: sólo sé que no sé nada. Siempre fue así; cree alcanzar la gloria, cree que está a la vuelta de la esquina, en la esquina que va a doblar. Sin embargo ella se diluye, se diluye como una nube.
Porque eso es: una nube. Un producto de las relaciones de muchas fuerzas, fuerzas infinitas que actúan sobre un punto y ese punto es él; es su mente, su corazón y hasta su uña; inclusive sus sueños.
Fuerzas que actúan. Fenómenos; algunas veces los nombra así. Pero sólo lo que he hecho hasta ahora es nombrar, es crear un mundo representado, representado con nombres y figuras, que algunas veces llegan a ser imágenes.
Ha dicho por ejemplo, presión. Se ha acordado lo que es la presión, pero es solo una acuerdo, lo concordado para poder avanzar, para poder proseguir con las demás cosas. Ya que cada cosa es un fin en sí, es un abismo desde donde no saldría, un abismo del cual solo sabe algo sobre su piel, sobre su boca, sobre su superficie, y luego dice, que sabe lo que es, que sabe cómo es.
Pero la presión es una fuerza, una fuerza brotada de otras, variable, en movimiento, desaparece como puede volver a aparecer; puede ser intensa como liviana. Su dirección y su sentido son variables, depende de las fuerzas que le dan origen.
Sin embargo, ve los resultados porque no es un resultado solamente lo que provoca; es una fuerza, es un conjunto de fuerzas resultantes de movimientos, de cambios que provocan en las cosas. Puede decir que es la lluvia, el viento, el riego, el cultivo, y tantas otras cosas más. Las cosas que la presión da como resultado, las cosas posteriores que provoca.
Y si hay vida, si están vivos aún sobre este planeta, es por que hay algo, hay una cierta armonía de fuerzas que actúan sobre él y dentro de él, las que hacen posible su existencia; aquello que le hizo decir a un hombre muy especial como fue Descartes: Pienso, luego existo.
Sin embargo, cuando camina sobre la orilla del mar, puede contemplar su repiqueteo, puede sentir la brisa, ese viento tenue, fresco, que roza su frente y le hace sentir que algo en este mundo, en este mundo que nos rodea, algo ha logrado este remanso, ésta armonía que siente dentro del alma.
Y entonces se inclina en ese momento, frente a este momento, conjunción de fuerza que han logrado que las vea, que les cante.
Y en nombre de los genes que lo componen, en nombre de las células, de las neuronas, de los órganos, y de todos los que lo erigieron, que permitieron que llegue así, dice: gracias. Repite lo que uno de los más grandes poetas dijo: “Bendice todo lo que te sucede y se propenso a la alegría” Hölderlin.
Tal vez la alegría es el agradecimiento de lo que ha logrado en este corto tiempo de su existencia.
Todo un mundo Presocrático se eleva de sí, para que Epicuro lo aleje de los fantasmas, para que él lo lleve a la búsqueda de un equilibrio, de un una cierta paz. Porque ya no está totalmente perdido, tiene una, su morada, y aunque a veces lo niegue, es su morada en la cual está amparado. Esa morada no es otra cosa que el mundo que ha construido.
Puede pensarse, puede estudiarse y suponer que hay una ley divina, sin poderla comprobar; pero a la vez puede ver el paisaje puro del mar y sus alrededores. Puede imaginar cuántos hombres, animales, amebas, insectos, gusanos, células, han transitado por aquí, y lo siguen y lo seguirán haciendo.
Hoy al mundo lo encuentra bello, obra de todos ellos, obra de él también, porque trata de que viva más, aún en sus palabras. Un mundo que continúa, y los que vendrán lo continuarán; porque hay algo en cada uno de ellos que tiende a la continuidad. Hay algo que fue, es y será común. Una cierta comunión, una cierta común – unión.
Ya otro ser lo contiene. Se está desvaneciendo como una nube para que lo otro sea: La humanidad, la humanidad que habita el mundo, y del cual ya sólo es una nota.
Eso, esto es lo que hasta ahora ha podido hacer, lograr, conseguir, construir.
¡Qué cosa más maravillosa, construida alrededor del mar, con el mar acompañándolo como en estos momentos! El mar hasta ahora lo ha alimentado, lo está alimentando; hasta al cactus lo alimenta, quién toma su alimento desde al aire; siendo el aire parte del mar también.
Es y será de él, palabra, la palabra que el mar no puede pronunciar, no puede decir, solo balbucear, sólo bramar sobre la roca, sobre la playa.

Karigüe

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Gracias. Karigüe

jueves, 3 de abril de 2008

Haikus

Aquí publico algunos Haikus, pequeños poemas japoneses. Su sencillez y simplicidad llama la atención. Si le intersa conocer más puede visitar wwww.elrincondelhaiku.org

1.-

Cien leguas de escarcha
Y un barco yo solo
Poseo la Luna
Buson

2.-

Noches de escarcha:
Y sin cesar los patos
Dan aleteos
Sogui

3.-

Un Viejo estanque.
Se zambulle una rana:
ruido del agua.
Basho


4.-

Aroma tiene
su ropa sin doblar.
Tarde ver mal
Buson

5.-

Si tragas nubes
y vomitas cerezas:
monte losheno.
Buson

Karigüe

Poema - Lo que eres

Noche,
párpado que se cierra,
sueño.

Contiene,
estrellas lejanas,
invisibles,
sin forma,

presencias que se diluyen
en la oscuridad.

Deja entonces
lo que eres
en la luz.

Karigüe

martes, 1 de abril de 2008

Libro “El silencio” – Capítulo 8

DEMORAR ES RETORNAR

Las cosas, los seres, las pasiones, las angustias, los sueños, las esperanzas, etc., son universo, son partes de él.
El tema que nos deberíamos plantear es: ¿qué es el universo? Lo más simple es decir: es todo lo que nos rodea, todo lo que somos. La cuestión ahora es ¿quién es el que mide? El mono que piensa, el mono que mide; pero a la vez sabemos que es un ser que está haciéndose.
Sin embargo, trata de saber, intenta saber; para ello ha creado herramientas fantásticas como son las ciencias, las técnicas, la mente, la reflexión, la percepción, el análisis, etc. Todas estas, tentáculos externos e internos, con distinto nivel de evolución.
Ampliemos un poco mas este tema.
El hombre ha creado herramientas como las máquinas, las computadora, etc. Todas estas son herramientas sofisticadas, que tienen la particularidad de ser cada vez más autónomas, más automáticas.
Además, ha creado, ha cultivado, otro tipo de herramientas que siempre lleva consigo, las porta; estas a la vez son cada vez más sofisticadas y automáticas también; ellas son: la reflexión, el entender, el comprender, el pensar, el analizar.
A ambos tipos de herramientas no se los debe ver muy diferente.
Este ser tiene conciencia de los dos mundos. La conciencia viene de la palabra ciencia, es con – ciencia. Es la ciencia la que le ha aportado al hombre la conciencia y no al revés. La ciencia viene o ha brotado del conocimiento, de aquello que es lo más cercano a la esencia de su ser.
El conocimiento no es otra cosa que el saber más profundo y casi completamente automático, introducido como raíz.
La conciencia en sí es como la punta de este portentoso Iceberg llamado conocimiento.
No debemos olvidar que este ser no es una unidad compacta; está formando de partes que se intercambian, que se interrelacionan mutuamente y constantemente. Basta para ello ver su cuerpo, sentir su alma y contemplar su espíritu.
El conocimiento sería como la sangre de su ser, que circula por todo su cuerpo y tiene por corazón, el corazón su alma.
Al ser el conocimiento lo que circula por su alma, a ella la purifica, la irriga, y lo interesante de todo esto es que incluye en su paso, purificación y alimentación de su espíritu.
Veamos qué es el espíritu. La palabra espíritu proviene de pira, una pira que se enciende. Es pira, espiral, pero esa espiral es él. Espíritu es algo que crece de la naturaleza, brota de ella como brota un árbol que después es leña, para luego ser fuego. Leña que se quema en la atmósfera, en el aire, que cubre la faz de la tierra. En el hombre esa atmósfera es su alma.
Esa luz, ese calor que brota de la pira quemada, encendida, es con lo que está presente el hombre; pero además de ser presencia, es la mano que lo alimenta con la acción, con el actuar, con el vivir, con el existir.
Cuerpo, alma, espíritu, inclusive conocimiento, mente, conciencia, son como cáscaras de cebolla; necesita de ésta figura metafórica, para entender. Cáscaras oscuras, silenciosas, que cubren algo, algo similar a lo que es un agujero negro en el universo; capas con poros transmisores, puentes, pasajes, túneles a otros universos, a otros mundos.
Un poro del cuerpo es el que une al mundo interior, al cuerpo interior con lo exterior. Es un elemento transmisor, conector, que mantiene vida, que trata de hacer y de convertir a las cosas, a los cambios de cosas, en cambios, en cosas lentas, en cosas que se demoren.
El hombre es eso, es sólo un poro que demora y en ese demorar logra conocimiento, sabiduría, más vida. En ese demorar construye, se construye, es una forma que late como late su corazón: un poco para afuera un poco para adentro, un vaivén permanente, constante, una corta oscilación para permanecer como el colibrí suspendido, extrayendo, chupando la savia de la vida que crece, que brota de la naturaleza.
Nos hemos olvidado de muchas cosas, como es este latir permanente, este aleteo que nuestro ser tiene que hacer permanentemente. No sólo no lo vemos, sino más aún, lo hemos olvidado.
Pero en alguna parte de nuestro ser, de nuestras células, de nuestros genes está guardado este secreto que de vez en cuando nos llega, nos hace recordar que el camino recorrido es un camino que va en sentido contrario al camino de la vida, del universo, y de los universos.
Un camino de retorno.
Karigüe

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Gracias. Karigüe