viernes, 30 de agosto de 2013

Poema - Poros

Hay libros tan profundos, que
parece que contuvieran en cavernas
lo que se destiló en el alma del autor

libros que respiran, como
respiran las montañas con sus
columnas de vapor

es como si allí la vida, dentro
del libro, fuera como esa
leña seca que encienden los
arrieros en la oscuridad

toda obra es viva, contienen
vida las palabras escritas
como las que se dicen

por todo lado está la vida, pero
ella te llama por esos poros
que abren los artistas.
Karigüe

miércoles, 28 de agosto de 2013

Poema - Pensamientos

Es como te detuvieras y mirases
tu mente

¿cuantos pensamientos?
ellos como si fueran pequeño seres
vivientes, que se ocupan de la
milagrosa actividad de la
existencia tuya

no sabes si ellos te crearon o tu
los creaste, pero están, son
multitud por lo tanto actúan
así

como un ejercito instintivo sin
ser instinto

te alejas y los ves cómo tratan
de ocuparse, de ocuparte

la distancia es la belleza
de la mente.
Karigüe

lunes, 26 de agosto de 2013

Libro "Z" – Capítulo 32


ALGO MÁS
Es verdad que hay momentos en que los hombres tienen que descansar; desensillar y descansar; ya que todo tiene un límite. Pero hay circunstancias en que no se puede, se tiene que proseguir, seguir; entonces he allí el arte de vivir, de vivir sin descansar; porque todo estado limite es para el hombre una frontera que hay que atravesar.
Es cierto que la vida nos presenta, nos da cosas; las cuales tenemos que manejarlas, dentro de un mundo globalizado, pero no emparejado. Nos unen, nos atan; mejor aun nos unimos, nos atamos, luego nos quejamos de la uniformidad. En aquella en la que todos no tenemos, ni la fuerza, ni la cultura, como para poder convivir, y más aún vivir.
Es cierto que hay accidentes, de los livianos y de los fatales. Es cierto además que está la suerte; aquello que proviene del azar o de algún dios bondadoso (y otras veces no tanto). Pero que la vida que nos toca, aquella que tenemos enfrente, la tenemos que enfrentar. Tenemos que luchar contra ella, tenemos que combatir, enroscarnos con ella, sino queremos ser devorados por ella o sino lo peor, no ser tenido en cuanta por ella.
El aislamiento, aquellos hombres periféricos, rotan (aunque resulte extraño) a mayor velocidad, a mayor velocidad se consumen; como las cosas que está (dentro de lo que es vivo) afuera del ojo de la tormenta, en la periferia.
Pero he allí, a algunos hombres que por azar o por dedicación, o elección, viven dentro de ojo de la tormenta. Bueno, allí está un vida muy especial, allí vive, se vive una vida diferente.
Una vida, la vida de dioses, la plenitud. Nietzsche decía: “Alrededor de un Héroe se crea la tragedia, ¿alrededor del dios se crea el mundo?”
Palabras que retumban, que suena, que vibran alrededor del mundo del espíritu; alrededor de aquello que nos decía Behetoven: “Solo aquel que esta contra el suelo conoce su espíritu”
La tragedia, el sufrimiento, el dolor, pareciera que son la antesala de lo espiritual. Agreguemos una cosa más de Bach, decía: “Un poco antes de la armonía existe, vive, una desarmonía profunda”
Tantos ejemplos mas podríamos agregar. Agregar, sobre esta no sólo sensación, ni idea, ni conocimiento sino como una realidad tangible, en la que el sufrimiento solo ataca a los hombres capaces de soportarlo. Como si el sufrimiento fuera un ser, el dolor también y por qué no la angustia, es decir todo aquello que nos retrae, que nos hace desandar, como pisando huellas ya andadas, ya recorridas; y volver así al comienzo, a nuestro nacimiento, al origen; a aquello, a aquel, desde donde hemos brotado.
Como fruto caído que vuelve al árbol, pero no cumpliendo otro ciclo, como esos que cumple la semilla, siendo nuevamente raíz; si no como el elevarse, el recorrer un camino reciente; como robar al tiempo, un trozo de su obra, de su presentación, de su representación, y ser fruto, ser flor, savia, que se eleva desde el suelo; pero viendo iluminado ese camino inverso, ese camino a contramano de la vida.
Es una reconstrucción, una representación en sentido contrario de la obra, un deshacer, deshilachar, desenvolver, desnudar, aquello que fuimos.
Lo otro está adelante de nuestra frente, de nuestros ojos, lo vemos, pero solo hasta una cierta distancia. Podemos proyectar, imaginar, soñar, lo que vendrá; pero lo que vendrá le pertenece a la vida, es de la vida, o de algún dios.
Poro el pasado, aquello que vivimos, aquello que fuimos; eso, eso sí que nos pertenece, eso es lo almacenado, lo que tenemos guardado; porque aunque nuestra memoria no lo tenga fresco, alguna parte de nuestro cuerpo lo tendrá, lo tendrá aún vivo, aún presente.
Eso, bueno eso es el conocimiento; por él somos como dioses de aquello que está adentro de nosotros, aquello que nos pertenece. Un gen, una célula, guardada en sí como un tesoro. Como un tesoro dentro de ese cuerpo, dentro de esa piel, que todo ser vivo tiene; guarda, guarda lo vivo.
Lo que pudimos conseguir alguna vez, permanece para siempre dentro nuestro, dentro de esta piel extendida del hombre, que es el mundo.
Entre el LUCA, el hombre y el mundo, hay una continuidad asombrosa, una continuidad compacta. Una continuidad formada por eslabones irrompibles, eslabones que no podemos mirar, ver, contemplar.
Somos y seremos alquimistas. Una vez capturada una pieza, algo nuevo, inmediatamente comenzamos a soñar la próxima, la próxima como deseo, como ensueño de algo que no somos, de algo y en algo que nos hace adormitar, porque todavía no tenemos la fortaleza de ver.
De vernos ya no nuestro rostro en un charco de agua; sino que el conocimiento, aquello que estamos siendo, pueda verse. Podamos vernos ya, que estamos unidos, en el espejo, en ese gran espejo que es el mundo.
No vemos, no podemos aceptar que hay algo adelante nuestro, alguien, algo, al cual estamos siguiendo los pasos, los rastros. Y hay alguien, algo que está después de nosotros, a quien ó quien nos seguirá, pero solos jamás, no es que tengamos miedo a estar solos, sino que somos ya una unidad. ¿Podría el riñón, ser riñón, afuera del cuerpo?
Todo un camino escabroso, camino de cabras, de cielo y de barrancos, de valles y de montañas, de glaciares y desiertos; pero camino la fin. La vida cómo camino. Una posibilidad de ser, de existir. Un camino lateral.
Lo otro lo que hemos llegado a ser, es un pedestal de acero, de hierro, de cemento. Un pedestal tal que ni una tormenta de la vida la puede destruir, la puede derribar. Una célula del cuerpo, un hombre, son elementos tales, unidos de tal manera, que hacen de este mundo nuestra morada. Y aunque cueste entender, la mejor morada, la más segura, la más nuestra.
Bueno eso es el amor. El amor es morar en esta morada, dentro de esta morada, es estar adentro de ella en – a - morada, enamorado. Amor es habitar el mundo, con esa piel aún invisible que es el conocimiento.
¿Puedes imaginarte que ya somos ello? Algo que es, algo más que mundo. La vida atrapada dentro de esa fortaleza que ha construido el hombre; obra del hombre, y a la cual la hemos acorralado tanto que ahora la queremos clonar, es decir hacer otra vida, con esa herramienta a la que le hemos llamado ciencia.
¿El conocimiento como piel del amor? Y será por eso que cuando amamos, el corazón de ese nuestro cuerpo mudo late con más fuerza, como queriendo salir de él, como queriendo emprende vuelo, salirse.
Otro vuelo, un vuelo más.
Karigüe

PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 2 de Septiembre

Si ha leído este capítulo, me gustaría escuchar sus comentarios, enviando un mail a Juan.Karigue@gmail.com.
Gracias. Karigüe

viernes, 23 de agosto de 2013

Poema - Pensar

Pensar ¿es un dialogo del
alma con ella misma, o la
mente con ella misma?

diálogo del tu con el yo; ese yo
que es ánimo, espíritu; ese tu
que es corazón

es decir el pensar sereno, tranquilo
calmo, es un fluir; es como
aquellos riachuelos que se forman
por el deshielo

el yo solo el camayo, el campesino
que sabe como regar su campo,
su alma, con esa agua llamada
conocimiento

así el corazón es un fluir de
la vida, aquella que se
desprende de la oscuridad
que aún somos.
Karigüe

miércoles, 21 de agosto de 2013

Poema - ¿Para qué?

La realidad es como un desierto,
granos desprendidos de
las rocas, que el viento lleva
formando esas olas detenidas,
solo durante el día

de noche pereciera que el viento
son brazos de las estrellas que
dibujan sobre la realidad
ondas, como es la luz

la luz hija de la oscuridad,
tal vez solo su sueño; tal vez
lo que vivimos sea solo un
sueño del cosmos, en esa
soledad fría que lo contiene todo

un sueño, a través del cual, el
cosmos, desesperadamente busca eternidad

nosotros la queremos también
pero no sabemos para qué.
Karigüe

lunes, 19 de agosto de 2013

Libro "Z" – Capítulo 31


CONOCIMIENTO
Descubrir la falla, encontrar el error, es encontrar el camino; es encontrar la forma de ser, la forma de construirse, de armarse, inclusive de soportarse.
Piedra a piedra, ladrillo a ladrillo; célula a célula, el hombre se construye, el animal, la planta, la vida, el universo, los universos. Pareciera que este inmenso mar de vida en donde estamos, en donde moramos, el algo vivo también. El universo que contiene a nuestro universo, los universos contenidos soportados, se pierden a las distancia, en ese túnel que es el tiempo.
Todo soportado, contenido por todo, aún el conocimiento. Aquello que somos, aquello de cual estamos hechos, estamos formados.
El bendito cuerpo es nuestro universo cercano, aquel compuesto por cien mil millones de células, de igual numero de galaxias esta compuesto el universo, nuestra otra órbita, nuestra otra cáscara de cebolla.
Es ahí en donde cada uno de estas partes está viva, tiene su forma de ser, está evolucionando. ¿O se creen que solo nosotros como seres ahí, evolucionamos? Ellos también, nuestra benditas células, nuestros benditos genes.
Formas que laten es la vida, vida diminuta, vida inmensa, que se pierde a lo lejos, allí en donde no miramos, en donde solo presentimos; sin embargo está allí, es algo físico, algo que vive en el río del tiempo, flotan, se sumergen, explotan, vuelven a contraerse para volver a explotar.
¿Que es eso, que es lo que se repite, que es lo que late, lo que se forma, lo que para nosotros está, pero hace mucho tiempo dejo de existir, sin embargo para nosotros está allí?
Es el tiempo el que nos lleva, no hace vivir apariencias, formas, cosas; siendo las cosas vivas, de otras formas, con otras formas, en otras órbitas, en otros estratos.
Fuimos cosas algún día; pero algo se instaló, algo dejo de obedecer a las leyes de este nuestro universo. Tal vez fue otro el que se interpuso, ó a esta edad de nuestro desarrollo ¿podemos imaginar que hay solo un universo? ¿ó son muchos, uno superpuesto sobre otro formando otro universo, y así perdernos allí a donde nuestra vista, ni nuestra conocimiento alcanzan?
Pero ¿qué es lo que nos diferencia? Algo como aquella enredadera amarilla que se consume, que lo devora al árbol que lo soporta, para luego no tener en donde soportarse, así desaparecer, morir, para aparecer en otra parte.
Achicarse, encogerse, hasta ser semilla; para luego ser árbol, ser fruto, ser como la luz de una luciérnaga. Vida, vida en todas partes a donde puedas mirar, contemplar.
Hay algo que observa, es mi yo, es mi mente, es mi cuerpo mudo, el que almacena, el que reflexiona, el que dice: yo soy, soy así, miro, contemplo, analizo, espero; pero no dejo de devorar, devorar cosas, experiencias, emociones, enojos, alegrías, como si fueran presas, como si fueran elementos que mi cuerpo mudo necesita, necesita para vivir, incluyendo a las cosas espirituales. No hemos dejando de ser elementos del universo, de los universos que se devoran entre sí.
Por lo que se podría deducir que nada se crea en los universos, todo se transforma, inclusive la vida, la muerte solo son cambios de estado dentro del universo, mientras todo, absolutamente todo, es decir la suma permanece constante.
Es el conocimiento lo que ve; pero a la vez es lo que ilumina, pareciera que está antes que nosotros no después, no como resultado sino como un impulso, un espíritu que se expande, que se desmorona y la vez se erige, algo más terrible y potente que una marabunta, que una piraña. Un devorador de los devoradores, uno que consume devoradores. Son nuestros sentidos redes lanzadas la vacío, redes que inclusive tejen sus propios tejidos, para cazar a lo demás y ser cazados allí. Terrible fuerza del universo, tal vez es nueva. Es aquella fuerza que esta devorando a la tierra y que devorará al universo.
Bueno, eso está dentro de nosotros, nosotros somos portadores de tamaña fuerza, fuerza que se crea así misma, que hace, que se nuestra a través de lo que devora, de lo que consume, de aquellas formas que toma del universo, de la naturaleza, de la vida, de la tierra.
Bueno eso es lo que somos, eso es lo que mira, lo que contempla, lo que deduce, lo que informa, lo que quiere ser informada, Un conocimiento, algo que brota de un cono, que nació, que brotó como brota todo elemento de la naturaleza, de los universos: es espermatozoide y óvulo, es cometa y planeta incandescente, es universo y otro universo que lo fecunda. Así podemos seguir, porque se crea lo nuevo de lo viejo y lo viejo vuelve a ser nuevo, cambios, salto entre los opuestos; pero no de dos, sino de lo múltiples difícil de entender, ya que todavía somos binarios, solamente binarios.
Bueno allí nuestro conocimiento, lo que vamos siendo, lo que nos impulsa, lo que nos lleva por el túnel, por el río del tiempo.
Tiempo solo posibilidad, solo cause, nosotros somos el agua. El agua que fecunda a las cosas, A las cosas que están sobre la tierra, que están en este universo que late y del cual hemos copiado, hemos imitado, como lo hace el camaleón; y, nuestro corazón late.
Nuestro cuerpo es solo representación, inclusive el mundo, representación de algo que está dentro de nosotros y, cuyo yo es más profundo que el yo. Un yo que se muestra, que se da a luz a través de lo que solemos llamar conocimiento, el yo sublime.
Karigüe

PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 26 de Agosto

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Gracias. Karigüe

viernes, 16 de agosto de 2013

Poema - Necesidad

eres como ese Camayo que riega
la tierra

se desliza el agua de la acequia
algo de ella apaga la sed
del surco, algo de ella va
avanzando

así, con la paciencia del que
riega, la tierra que te pertenece
calma su sed

luego el cultivo florecer, el
fruto se forma ya sea sobre
o dentro de la tierra

es como si ella se entregara a ti
y tu solo la disfrutas con
el gusto, con el sabor

una comunión de seres
a través de la necesidad
que solo es el cáliz.
Karigüe

miércoles, 14 de agosto de 2013

Poema - Mármol

hay afectos olvidados, que solo
aparecen como luciérnagas
en la oscuridad

son formas que titilan, que
tratan de ser, pero el mar
del tiempo las hunde

hay afectos que de niño he
olvidado, recuerdos desvanecidos
que no se adhirieron al
corazón

Y cuando aparecen los
miras como extraños,
comprendes que eres como
esos acantilados de mármol

en los que el mar
es solo olas.
Karigüe

lunes, 12 de agosto de 2013

Libro "Z" – Capítulo 30


LA DIVERSIDAD
No hay mas que observar, luego ver, que en cada cosa, en cada ser, está implícito el movimiento. Aún cuando se cree ver, sentir, la armonía; las cosas adentro de esa armonía están en permanente movimiento, en constante cambio, mutación.
“La diversidad es un valor en sí de la naturaleza, de la vida, más aún es una condición indispensable de la existencia del universo, del mundo, del hombre”.
Está lo vivo, lo existente, lo real, la cosa, el ser; lo otro es algo que es en sí, del cual todavía no sabemos de él; no alcanzan nuestros sentidos a registrar. La ciencia sólo es un brazo de corto alcance.
Si bien hoy podemos registrar y aún medir, no podemos, no alcanzamos, ni siquiera a presentir, lo que está un poco más allá de lo que somos.
La muerte está tan cerca, convive con lo existente en cada instante, en cada momento, esta junto a él. Esta como conteniéndolo dentro de un vientre. Si por alguna razón se abre, se rompe, se deteriora. Lo existente en la intemperie, en la intemperie en donde la vida habita, se pierde, más aún se desintegra.
La muerte es lo que da morada a lo existente, es la casa de lo vivo; mas allá de ellos el ser, el universo, el mundo, el animal, el hombre, no existen; pero a la vez no sabemos nada de ella, sabemos de su existencia, de que está ahí, a un paso, tan cerca como dar un paso hacia el abismo, hacia el fuego, hacia donde la forma deja de existir.
El hombre tiene algo dentro de sí que lo convierte en un existente. Lo hace pensar, hablar, observar, imaginar, soñar, construye un mundo en parte invisible y en parte visible. Un mundo capaz de ser trasmitido, compartido, en parte; nunca íntegramente, por que el alma del hombre es ante todo única y particular, luego general.
Si nos detenemos por un instante y vemos, tratamos de ver, de escuchar, de observar, de mirar, de ver, lo que hay dentro de nosotros, solo veríamos lo superficial, lo que la memoria nos trae: las cosas en sí y sus relaciones; pero todo se pierde más allá de lo que podemos ver.
Lo que podemos ver, entender, escuchar, saborear, contemplar, es lo que hasta ahora podemos alcanzar, no solo con los sentidos del cuerpo, del alma, del espíritu; sino con algo que desde hace un tiempo ya habita en los hombres, dentro de los hombres: el conocimiento.
¿Qué es en sí el conocimiento? Es experiencia vivida y registrada por los sentidos, es digestión de ella dentro de un estomago, el cual es órgano de un sistema al cual le hemos puesto el nombre de alma. Luego ese bolo alimenticio se distribuye, a través de canales, a lo largo y a lo ancho de esas galerías del alma, de la cual nos hablan los poetas.
Allí, en esas galerías; a donde ni nuestra mente, ni los mismos ojos del alma pueden llegar. Todo un mundo oscuro y vivo, latiendo, fundiéndose dentro de ese crisol al cual hemos llamado corazón. En este crisol, el pasado, el presente y aún el futuro, se funden por un fuego; el mismo fuego que ha dado lugar al universo, al mundo, al sol y a las estrellas, y más aún al alma para que vea. Para que ella misma ilumine lo que ha llegado a ser, a almacenar; pero además a través de esa luz, mejor dicho por esa luz y en esa luz, podemos ver mas allá. Una luz que además de iluminar, ve.
Bueno a esa luz desde hace mucho la solemos llamar espíritu. Espíritu no como el movimiento en sí, no como lo que promueve, lo que mueve, lo que hace que las cosas sean, que los seres vivan, existan; sino algo que se arroba en sí mismo, y a la vez se abre. Un latido como le big - bang, un latido como el de tu corazón.
Algo que somos también, somos parte, somos lo diverso. Si bien podríamos decir que el universo, es un verso único; lo diverso, es lo hablado, lo dicho, somos el universo nuevo, un universo nuevo, el universo de la palabra, del verso que se dice así mismo.
Si bien hasta donde podemos ver e imaginar, el universo está hecho de materia y energía; lo diverso está hecho de palabras, el mundo en si esta hecho de palabras construidas, ligadas, unidas, por esas sinapsis que es el lenguaje. Lenguaje como sistema.
El mundo es mudo aún, no es capaz de hablar con otros mundos; porque el es como un óvulo, ó como un espermatozoide lanzado a la caza de un óvulo. Mudo porque todavía no tiene su propio lenguaje, no cuenta con palabras capaces de unirlo a otros mundos, de comunicarse con otros mundos.
Dentro de él la vida pulsa, late, brama como el mar, habla, se estremece como un animal en celo, como un animal que quiere, que necesita aparearse.
Y lo hará algún día. Ahora no tiene una salida; por más que va hacía su interior, por mas que se crean micromundos capaces de hacerlo mutar. El sentido es único, el sentido es la diversidad, aparearse con lo diferente. Lo diferente como una ventana, como una puerta por donde salir de sí; porque lo existente, desde lo diminuto hasta la infinito, no puede nunca estar dentro de sí, estar encerado en algo que quede retenido, contenido. La armonía es la diversidad en equilibrio inestable, siempre.
Karigüe

PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 19 de Agosto

Si ha leído este capítulo, me gustaría escuchar sus comentarios, enviando un mail a Juan.Karigue@gmail.com.
Gracias. Karigüe

viernes, 2 de agosto de 2013

Poema - Figura

cómo se abre la roca
en la figura

el cincel obedece al golpe del
martillo, el martillo a la
mano

pero es más profundo aún
que el sueño, que la inspiración

la forma es como esa pompa
de jabón que se eleva y el
viento la mece en su
propio vacío

la ves en un paisaje, en un
desierto, en la nieve o
en la ola que s e eleva solo
para golpear la roca y
ser brisa.
Karigüe