lunes, 29 de noviembre de 2010

Libro “El Hombre"– Capítulo 10

VOLVER

Otra manera de ir husmeando acerca de él hombre, acerca de lo que somos, es mirarlo cómo se para y va tomando las riendas de la tierra, de su mundo, de una manera muy parecida a lo que fue Atila, el rey de los Unos.
Si bien Egipto, Grecia, Persia, Roma, fueron imperios, fueron tentativas como para tener un rey, un gobierno, un poder que maneje a todos los hombres; todavía estamos en ese intento.
Aparentemente somos ingobernables, todavía en nuestra sangre corre la diferencia. Hay creyentes, y si uno mira el mapa de la tierra, vemos que hay más creyentes que no creyentes, hombres de fe, somos tal vez ahora seis mil millones quinientos mil habitantes, seis mil millones de formas de pensar, de creer, de soñar.
Somos seres finitos, nacemos con la muerte y por más que evitemos pensar en ella, ella está presente, está ahora aquí. Verla a los ojos, verla como telón de fondo, verla que aunque ella sea, nosotros seguiremos peleando, así nos falte una vida, veinte o un año. Tal vez es por ella que somos así.
Nos damos cuanta que sufrimos, que vamos a seguir sufriendo, que vamos a morir, sin embargo está todavía el instante, un instante más de vida.
Tal vez ver una nueva mañana, ver una vez más a los seres queridos, a los amigos; respirar el aire puro, ver esos jardines, los bosques, tomar un café, leer el diario de la mañana, enterarse de las últimas noticias, saber de la guerra; pero saber también que hay hombre que luchan por la paz, por la armonía del mundo, por la felicidad de los hombres, para que los hijos de nuestros hijos vivan mejor.
Y porque no, por nosotros también, por una nueva idea, por un nuevo pensamiento, por un nuevo poema, por una nueva alegría; por un nuevo paso hacia lo hondo, hacia lo profundo, que pareciera que allí, es como un manantial, por donde brota la vida siempre.
La muerte seria como la noche, la vida como el día; un eterno rotar, un eterno y permanente surgir, como desde la nada, para volver a ella; nada, como aquello que desconocemos, como aquello que todavía no somos capaces de ver, de entender, pero es hacia allí a donde caminamos, avanzamos.
Lo hemos vivido como hombres hechos historia; pero, también como hombres hechos persona, como hombres por donde pasa la vida como sangre o como metal fundido quemando nuestras entrañas; igualmente estamos aquí, estamos presentes.
Tal vez, ese, este es nuestro valor como seres que sienten, que aman, que sueñan, que obran; y que si sienten miedo, temor, terror, en lo desconocido, son capaces de seguir, de seguir avanzando.
Porque en sí no solo tememos a no estar más aquí presentes, lo que tememos es a dónde vamos. Ya sé que lo más simple es pensar a ninguna parte, somos porque somos y ahí terminó; pero hay algo en el fondo de nuestro ser, es que pertenecemos ha algo superior, somos uno de los eslabones del presente. Ya sé también que sino estamos no va a pasar nada, tal vez solo algunas lágrimas, algunos recuerdos que el tiempo diluirá; pero es cabalmente a ese olvido que el hombre teme, a ser olvidados, a que hemos sufrido, hemos pelado, por nada.
Tal vez la inutilidad, ser como una rosa, que es, que es así porque sí.
Eckhert, Silesius, San Juan de la Cruz y tantos místicos, lo han sentido así.
Pero el hombre de nuestro tiempo, los nuevos Prometeos, tenemos otra posibilidad de revelarnos ante los dioses, de romper estas cadenas, como es la de la aceptación.
Pero ¿Cómo rebelarnos, frente a quién? Si estamos solos, si hemos matado al Dios, a los dioses, en aras de nuestras ciencias, en aras de nuestras técnicas, de nuestra inteligencia.
No será que tenemos que hacer, como una vuelta de tuerca, avanzar, pero proyectado hacía el futuro es como estar en el mismo punto, salvo que miremos desde arriba.
Si vemos al hombre de nuestro tiempo, lo veremos como un Gladiador, como esos soldados romanos, todos acorazados desde los pies a la cabeza, dentro de un bunquer, que son las ciudades amuralladas, por fronteras, rodeados por médicos, psicólogos y enfermeros, con playas privadas, con plazas amuralladas también.
Mientras otros viven a la intemperie como animales aún, devorándose entre sí.
Si bien estamos juntos, en nosotros está viva la diferencia, hay algo en nuestro ser, que quiere ser diferenciado, que crece pisando al otro, que se eleva de sí pisando la cabeza de otro, del otro, del próximo, del prójimo.
De todas maneras todavía somos unos animales; pero lo rescatable es que hacemos cosas por hacer. Parecería también, que la vida en nosotros, nos gobierna de tal manera que entendemos, comprendemos, que el mayor agradecimiento de estar aquí es haciendo lo que la vida nos ha dado para hacer. Ésta es una gran verdad.
Pero, pero he aquí el punto al que quería llegar ¿Quien agradece a ese espíritu, a nuestro espíritu, que sabiendo que va a morir, sigue, lucha, construye, obra?
Es decir tenemos que hacer otra diferencia, aunque nos cuesta separarnos de sí. Es decir, el hombre como hombre, ese ser que continua en el otro, en el hijo, en los que vendrán, debe agradecer a es otro, al hombre efímero, con tiempo más acotado, más temporal.
Es decir que agradecemos al agua porque es una parte nuestra, es río, es mar, es sangre, pero también es nube, es líquido raquidio, es desde donde brota la idea, es desde donde brota el rayo que es luz, que es fuego, que es demostración de que el fuego está presente, que es vida que se consume también.
El hombre, la persona, como nube, como esas nubes bajas que son niebla, como eso cúmulos verticales desde donde brotara el granizo, esas nubes cargada de millones de toneladas de agua que se elevan, que tratan de elevarse lo mas alto posible, como mensajeras de algo que se quiere ir; pero hay que vencer la mano extendida de la madre tierra, de esa gravedad que detiene y las hace caer, volver a su vientre. La tierra quiere fecundación permanente, si se va el agua, tal vez la tierra muere también, será otro astro errante, frío y sin vida.
La vida para ella es el agua y ¿para nosotros? Es el agua, la tierra, el aire, el sol, la luna, es decir todo lo que nos rodea, somos porque todo lo que nos rodea lo hace posible.
Es decir somos un resultado de las cosas, de los fenómenos que nos rodean y que nos tienen como en un vientre materno; para que soñemos, para busquemos seguir; porque somos parte de esa flecha lanzada al vacío, que es el universo.
Una flecha lanzada sobre el oscuro manto que nos rodea, es a esa serena oscuridad y ese apacible silencio, a donde vamos y volvemos, como el día y la noche, como la vida y la muerte; como cuando se abre una rosa, se marchita, se va; pero, pero en algún lugar debe volver a aparecer.

Karigüe

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viernes, 26 de noviembre de 2010

Poema - Manifestación

Hay en el mundo seres,
como aquellas flores silvestres
que crecen en los campos
solitarios

como si la misma tierra
a través de la naturaleza
se mostrara
se manifestaría

como hace el universo
con las estrellas

como hace tu mente
con las ideas

o

como hace tu corazón
cuando amas.

Karigüe

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Poema - La Flor

Jardinero soy – dices
pero las flores brotan del jardín
de la tierra arrebatada por
el agua y los rayos del sol

como si esa flor que acaricias
con tus manos, con tus ojos
fueran símbolo y fruto

de un encuentro, de una unión

como si la flor fuera un istmo,
como si en ella tu y la
tierra extendieran sus
manos al cielo

ofrenda, como cuando
se levanta el cáliz con
el vino

como, cuando sientes
que la tierra es tu hermana.

Karigüe

lunes, 22 de noviembre de 2010

Libro “El Hombre"– Capítulo 9

TRATANDO

No tenemos nada adelante. Estamos como sujetos a los fenómenos que nos rodean; como si fuéramos una hoja en la tormenta, o una tabla, un pedazo de madera suspendida en la superficie del mar, sujeta a los avatares de las olas.
Es un milagro que exista la tierra, el universo, la naturaleza, el hombre; si nos ponemos a pensar, no tenemos con quién conversar, salvo otro hombre. Nos hemos agrupado como especie, conversamos, creamos para ello un lenguaje, para intercambiar pareceres, opiniones, y con eso hemos ido avanzando, por el sendero del conocimiento, de las ciencias.
Y estamos aquí, pensando, husmeando, opinando, observando, analizando, reflexionando; en ultimo o en primer caso ó prioridad: viviendo, existiendo, respirando, amando; peleándonos.
Veámonos de la manera más sencilla, como animales: comen, defecan, tiene relaciones sexuales; y lo que tratan o tramos es vivir cada vez mejor y más. queremos tener dinero, para vestirnos, para comprarnos un auto, el mejor, para comer las delicias que tiene el mundo, el mundo culinario; viajar, conocer todos los lugares del mundo, estar con las más bellas mujeres, beber las mejores bebidas, estar en las más bellas playas que existen sobre la tierra, visitar los mejores museos, ciudades; conocer inteligentes, bellas, personas, etc.
Es decir, no se terminaría nunca de en numerar las cosas que nos gustaría, a la mayoría, por no decir a casi todos. Ahora sino tenemos, nos arreglamos con lo que hay: “Hay que cocinar con lo que hay” Suele decir un cocinero.
Pero en realidad, nos encontramos que ni tenemos el dinero suficiente para ello, no tenemos tiempo, salud; pero eso no quiere decir que algunos lo hacen, aunque deben ser muy pocos.
Nuestra realidad es que tenemos que trabajar, levantarnos temprano, estar sujetos a las reglas y a los avatares del empleador o del negocio; últimamente no hay tiempo ni para vacaciones, la salud mucho no ayuda, las enfermedades de los lugares nos asustan, algunos aviones se caen, hay accidentes de transito, no mareamos en los barcos, no nos caen bien las comidas, los acompañantes tienen otros intereses.
Como decía Kant: “El hombre quiere casarse con una mujer que sea puta en la cama, cocinera en al cocina y dama en la sociedad; pero por lo generalmente lo consigue es….” Esa es la realidad, nuestra realidad; pero veámosla con más detalle:
Tenemos un mundo adentro de nosotros, una caldera, un crisol, que está hirviendo, como si tuviéramos metal fundido, en plena efervescencia.
En primer lugar alguien tiene que trabajar, alguien tiene que atender, cocinar, manejar los aviones etc., etc.; pero nos podríamos turnar; pero ya somos mas de seis mil millones de personas, iba a decir genes.
Veámonos como genes que forman un organismo superior. Pero a mi que me importa el otro, que se muera, yo lo que quiero es vivir, gozar, disfrutar y que si el otro tiene hambre, sed, me importa un carajo. Esto es muy común encontrar, escuchar al común de la gente. Luego se quejan de los robos, de los asesinatos; o que tienen que construir muros cada vez más altos para protegerse, o usar autos blindados.
La verdad que es un quilombo, un cambalache; y sin embargo esta, estamos viviendo así. Algunos quieren solamente disfrutar, otro les gusta hacer plata y guardarla, ahorrarla, otro no tienen nada y quieren tenerla, por lo tanto roban; y, hay los dichos “ladrón que roba a ladrón tiene mil años de perdón” ó tienen algo de conciencia, de culpa; y mal o bien la plata mal habida termina por llevarnos por mal camino; pero no siempre, es bueno aclarar.
Este es el mundo en el que estamos viviendo, es lo que hemos podido lograr hacer, conseguir seria lo más adecuado decir.
Pero estamos hechos de opiniones. Ha esta altura de mi vida; me pregunto: ¿cómo tendría que haber vivido? ya que he pasado la edad en la que me debería jubilar, aunque todavía no la he hecho. Tengo derecho entonces a emitir mi opinión.
Me hubiera gustado haber nacido o ser criado en una familia, en la que hubiera existido la armonía, el amor, entre mis padres, por ejemplo, entre mis hermanos. Me hubiera gustado haber estado rodeado de amigos, camaradas, compartir deportes, fiestas, charlas, aunque solo con el dinero suficiente.
Me hubiera gustado haber estudiado en un colegio, adecuado, con enseñanzas adecuadas, pero sin presión, sin tener que extender la mano para que un profesor me golpea la palma con una tabla, porque me había portado mal.
Tal vez, como resumen, es estar rodeado de amor, amistad, compañerismo, seguridad y alegría: no tirantes, no tensión, no tiranía. Me hubiera gustado, en aquel tiempo de mi niñez y adolescencia un poco más de paz, serenidad, confianza.
Ya en la juventud, haber estudiado con calma, no con demasiado esfuerzo y dedicación, es decir lo adecuado, si esa es la palabra haber estudiado adecuadamente.
Haber elegido, saber me hubiera gustado, elegir la esposa, saber criar a los hijos adecuadamente dentro de un grupo social, rodados de amigos, amistades. Haber tenido amigos en mi juventud, haber compartido cosas, viajes, haberme manejado mejor con el dinero, con el trabajo, con la salud.
Haber amado más a mis hijos, haberles dedicado más tiempo, más atención. Me da la sensación que fui como un topo, que siempre fui para adelante, agache la cabeza y arremetí. No me fue tan mal, pero podría haber ido mejor, podría haber hecho las cosas de mejor manera; pero nadie me lo enseño, ni tuve la capacidad para ver, en su determinado momento.
Ahora que mi vida, mi existencia está terminando. Escucho la canción que cantaba Sinatra; “A mi manera”.
No sé si a todos nos pasa lo mismo; pero como decía Borges “Los hombres nos parecemos más de lo que nosotros creemos que nos parecemos”
De todo lo que aparentemente es medio fracaso, me encuentro que me gusta escribir, narrar lo que me está pasando, lo que estoy viendo o creo ver, comprender, conocer. Nació en mi, o ya la tenia a la poesía, la forma de escribir tan especial, tan delicada, como para ir hurgando, quién soy, qué hice y porque así, ver a mi vida como algo único, tal vez no como mis sueños, como a mi me hubiera gustado sino como fue y por ello llegue aquí y desde aquí puedo ver, describir y porque no comprender, comprenderme también, pero amarme tal vez, amarme podría ser lo que necesito.
Fui un niño precoz, que arremetió por el mundo y aquí estoy escribiendo, con cosas bien hechas, con cosas mal hechas y con otras que piden estar en el medio, como intermediarias, que creo que son la mayoría.
No somos así también los hombres cuando tratamos de describirnos, de ver, de vernos, desde el tiempo del LUCA hasta estos días que estamos llegando a la Luna, hemos hecho cosas horribles y grandiosas también.
Pero que quedaría como persona y como hombre, queda el respeto, la dignidad, el amor, la compasión, la comprensión.
Las cosas del alma, del espíritu, como cosas pulidas, como logros, con los cuales vamos a vivir, a existir con más calidad de vida y existencia, con nosotros mismo y con los demás.
No tenemos todo, pero tenemos la existencia, el haber llegado hasta aquí, encontrándonos conversando, mejor dicho yo contando y Uds. escuchando, si alguien alguna vez escucha o mejor dicho lee este libro
La opinión de alguien, que si ayuda o no, no lo sé; pero que a mí me sirve para verme como hombre y como persona sumergido en este siglo de Platino, en este mundo tratando de seguir viviendo, tratando de segur viviendo bien, tal vez mejor seria decir tratando de amar.

Karigüe

PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 29 de Noviembre

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viernes, 19 de noviembre de 2010

Poema - La Felicidad

a veces
te encuentras con lugares
con personas que son como
lugares

de los cuales
no quieres irte

como si desde la sangre
lo oscuro uniera

como si la separación
fuera solo para respirar,
respirar más mundo,

pero es así, que hay algo
también, hay una fuerza
invisible, tan fuerte como
el de la gravedad

que nos une, aunque por instantes

He ahí la felicidad.

Karigüe

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Poema - Fuerzas

Fuerzas naturales se juntan
juegan, luchan,
he ahí los fenómenos, la
lluvia, el viento, los sueños

como si nosotros fuéramos
un resultado de ellas

como si ellas formaran las
estrellas, las galaxias
los universos

fuerzas como dioses
que conviven con
nosotros

que nos habitan

Y cuando se despiertan
he ahí a la vida cómo
pasa por la tierra

como un viento

como tiempo.

Karigüe

lunes, 15 de noviembre de 2010

Libro “El Hombre"– Capítulo 8

LO SAGRADO

Es cierto, aún, tememos a la muerte. Pero ¿cómo no temerla? Si por ella no vamos a estar en esta vida que tanto amamos, con nuestros seres queridos, con el campo, con el mar, el sol, las estrellas. Es el estar aquí presentes el que no da algo de seguridad, de confianza.
Tememos perder, tememos morir; tememos no ser tenidos en cuenta, que es casi lo mismo que desaparecer. Es nuestra estructura metal la que nos determina; y, a una cierta edad, sino aceptamos, sino comprendemos que somos seres finitos, que desde que nacemos estamos viejos para la muerte; nos va a costar el echo de que las mismas cosas, los mismos hechos, fenómenos, vayan haciéndonos comprender a los golpes.
Es una realidad nuestra finitud, nuestras limitaciones; y, como decía el amigo de aquel Rey Persa, que lo envió a averiguar sobre los hombres, le dijo: “Los hombres sufren”
Sin embargo, cómo nos levantamos sobre las cenizas, como el ave fénix, siempre estaremos levantando vuelo cada mañana, cada año que comienza, cada instante.
Recapacitamos, reflexionamos y volvemos sobre nuestros pasos andados, para dar el salto, nada mas para eso, como hacen los saltadores para tomar carrera y lanzarse por los aires en el salto.
Todo esto es como una reacción, como darnos pensamientos, ideas, para comprender esta realidad, extraña, todos los días, para aquel que no quiere entender; pero que son y somos mayoría.
Que otra cosa tenemos a nuestro lado, que no es nuestra imaginación, nuestro entendimiento y nuestro poco conocimiento; pero eso es lo que tenemos.
Que estamos solos o no, realmente no lo sé. Tal vez el ser piensa en nosotros cuando pensamos, cuando reflexionamos; pero es así aparentemente solo tenemos lo vivido, lo experimentado, que no es otra cosa que conocimiento, astucia, comprensión, con uno mismo y con los demás.
Pero está lo otro, el amor, la amistad, la aceptación, la moderación, el respeto; tal vez alguien dirá que son armas de los débiles; pero somos débiles, tal vez alguna vez fuertes aguerridos, testarudos; pero la mayoría a la vez somos débiles, e inofensivos.
Sino basta preguntarse uno mismo. El nos dirá cual es el camino; y desde siempre nos lo indica, son esas cosas del alma, del espíritu; las nuevas.
Esa nueva mirada, esos nuevos ojos, con los que vemos más de cerca a la realidad; la vemos con más claridad; ya que la realidad no es otra cosa que nuestro alimento, aquello que necesita nuestra alma, nuestro espíritu.
Y algo que está desde siempre un corazón, un niño dentro de ese corazón, que no es otra cosa que el cosmos; el cosmos desde donde toda vida brota, todo ser, todo universo.
El cosmos como lo sagrado, como aquello que nos contiene, ese silencio sagrado, esa serena oscuridad que nos cobija, que nos da paz y seguridad.
Y sin embargo, fue lo que el niño vio, encontró, jugó y que la misma realidad hizo destilar desde afuera, para que en una cierta edad tengamos un mundo, un micromundo, como un nicroclima en el cual sentimos la armonía de todo lo existente.
Un pequeño templo a donde de vez en cuando llegamos; mejor si decimos que la realidad nos lleva de la mano y quedamos ahí exhaustos, sin energías, como plenos, como si nunca hubiéramos salido, como si siempre hubiéramos estado ahí, en ese centro, en esa esfera en donde todo es y nosotros también.

Karigüe

PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 22 de Noviembre

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viernes, 12 de noviembre de 2010

Poema - Fuego Sagrado

Llegará el día,
o tal vez nunca llegará,
en el que todos los seres del cosmos
estemos sentado alrededor del
fuego sagrado que nos da la vida

reconciliación, olvido, perdón
conocimiento, desconfianza
y confianza a la vez

si todos, si todos
fuimos separados y andamos
por distintos caminos; como
si alguien quiere respirar
a través de cada uno
de nosotros

y nosotros sentir como el
aire de la vida pasa por
nuestra sangre

produciendo esas olas
que solo a veces
se convierten en palabras.

Karigüe

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Poema - Entrañas

Las entrañas de la tierra
contiene
lo que te permitirá
construir tu morada física

las entrañas del alma
al mundo,

las entrañas del espíritu
te permitirán construir otros
mundos,

pero las entrañas de tu
corazón
la felicidad, la plenitud

tu verdadero estado
olvidado.

Karigüe

lunes, 8 de noviembre de 2010

Libro “El Hombre"– Capítulo 7

ENTRETENIMIENTO

Estamos frente a la nada; sino partimos de ahí nos va a ser dificultoso continuar, crear algo nuevo. Hemos repetido desde hace mucho tiempo, lo mismo, de tal manera que ahora siendo hijos de Platón y Aristóteles, nos hemos empantanado; la razón ya no es suficiente, necesitamos nuevas respuestas, tal vez las deberíamos buscar en los Presocráticos y tal vez antes ó re - pensar de nuevo.
Y no es que vamos a partir desde cero, desde cero frente a la nada, sería muy pesado remontar; pero los caminos ha hacer, debe comenzar desde donde hemos llegado.
Mal o bien nuestras técnicas, nuestras ciencias, avanzan sin preguntarse sobre el ser, sobre la razón básica, ellas actúan y después se preguntan. Nosotros los que queremos encontrar un camino por donde explicarnos, por donde comprendernos, tenemos que partir desde donde estamos, no podemos volver a atrás.
El hombre ya es lo que es, tal vez lo podemos describir, interpretar desde el punto de vista Antropológico, desde el punto de vista físico – químico; pero tal vez lo interesante y útil debería ser, en qué nos hemos convertido; ese animal que comenzó a pensar, a intuir, a reflexionar; describirnos tal vez, pero describirnos desde un punto de vista poético, desde un punto de vista en el que este animal está sólo, busca respuestas en el universo, no las encuentra, entonces imagina, crea fantasías, y nos guste o no, salvo excepciones, ninguna nos satisface.
Pero no por ello hemos dejado de caminar, de avanzar en todos los sentidos, inclusive desde el punto de vista metafísico.
El dios como pregunta, no ya como un refugio. Si bien muchas veces necesitamos un hombro sobre donde llorar, sobre donde lamentarnos de nuestra situación de desamparo en la que nos encontramos, no es malo, es bueno tener a un dios para ello.
Pero el dios que buscamos con afán, desde cuando creímos haber comenzado a pensar es otro. El dios de la pregunta que tiene como respuesta otra pregunta, es un camino de cabras cubierto de niebla.
Tal vez nuestras ciencias nos muestran ahora, que estamos compuestos de células, de genes, que tienen memoria, que guardan dentro de sí lo vivido, lo experimentado; así que no debemos sentirnos solos, ya que seria un desagradecimiento, una ingratitud; por la que el Dante con su padre Virgilo, no pondrían en el fondo del infierno.
Considero que es el conocimiento lo más seguro, más firme, mas real, desde donde podemos partir. Y no es que vamos a llamar a una asamblea y nosotros como lideres, como lo más acabado, como un rey podemos guiar, podemos encontrar una camino, una respuesta.
Por otro lado, sabemos que la cantidad de células, del cuerpo del hombre, es casi igual que la cantidad de galaxias, de las que hasta ahora conocemos. Que en el universo haya agujeros negros, que nuestra alma tiene galerías en donde habitan los recuerdos, las aspiraciones, los sentimientos, los pensamientos y porque no una especie de motor llamado espíritu.
Son ya muchas cosas, algunas materiales, otra reales pero invisibles a nuestros sentidos; pero eso sí, no tenemos ninguna duda que existen, como son las cosas del alma.
Un cerebro maravilloso, con neuronas que están unidas por sinapsis, desde donde parecería que el universo y el cerebro del hombre están en un contacto más directo del que podemos imaginar: los fotones.
Son pequeños destellos, que se pueden admirar dentro de esos tubitos llamados sinapsis, también los vemos afuera en la luz, en el espacio, en la naturaleza, son como luciérnagas, pero más diminutas. Para un fotón una luciérnaga debe ser como un universo.
Por otro lado, si viajamos arriba de un quartz o de un fotón, miraríamos al universo como un conjunto de corpúsculos, que giran unos alrededor de otros. Algo físicamente maravilloso
Pero por otro lado están la formas, los genes, las células, los órganos, los organismos, los sistemas, los cuerpos, los astros, las personas, las plantas, los animales.
Algunos maman desde la tierra, otros son astros que se alimentan así mismos, como es el animal que tiene un corazón.
Es decir de cualquiera de las direcciones que tomemos, nos van indicando un sentido, una evolución desde esos corpúsculos, fotones o quartz, hasta el espíritu, hasta una obra de arte, una melodía, una poesía, o el amor.
Qué podemos extraer de este conjunto de rayas, de puntos, de curvas, de lo que está compuesto lo existente, el universo con todas las cosas que tiene adentro, como son las personas, por ejemplo.
Tal vez una figura, un rostro, una palabra; algo que sea, por lo menos para nosotros, concreto; sí, si un nombre por ejemplo, un árbol, un nombre de una persona, de un animal, de una planta, de un astro. Es decir al nombrarlos lo introducimos en nuestra alma, en nuestra mente, y creamos así otro mundo, un mundo representado, un mundo, como una especie de laboratorio, en donde increíblemente experimentamos y damos resultados, damos ideas, opiniones, conceptos, pensamientos, que ellos después irán a ordenar a ese mundo, otro mundo, al exterior.
Pero lo interesante es que vamos encontrando cosas que ya están afuera, como existentes, que tal vez era necesario primero interpretarlas, entenderlas, comprenderlas, dentro de nuestra alma; para luego si verlas en el exterior como existentes.
Es decir un camino experimental de lo ya conocido, mejor si decimos de lo ya existente.
Tal vez ese es el camino para conocer, entender, comprender al dios. El dios existe afuera, pero es necesario que lo encontremos dentro de nuestro corazón, para luego si aceptarlo después, como el cosmos, como la serena oscuridad, como el respetuoso silencio.
Es decir que somos alguien al cual y con el cual, se está jugando a las escondidas, salimos y tenemos que ir encontrando a cada uno de las cosas escondidas, solo para que las encontremos y así volver. Es decir un agradable y no tan agradable entretenimiento, parecería que es nuestra existencia.

Karigüe

PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 15 de Noviembre

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viernes, 5 de noviembre de 2010

Poema - En la orilla

Las fuerzas con el tiempo
menguan
y como el espíritu es una fuerza
mengua también

se va destilándose en alma,
en ese recinto
en el que solo sabes estar

recorres los campos de tu
reino, de ese palacio
de ese bosque, que supiste
labrar

porque tu eres mar,
cuerpo donde lates como
un mar entre las rocas

y pensar que todo lo
soñaste, tendido sobre
esa alfombra de pasto verde

en la orilla de la lloclla.

Karigüe

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Poema - Encuentros

Cuando los rayos del sol
llegan casi horizontales
a la piel del lago

rebotan como si fueran ojos
del lago que te están viendo

es el viento – dices
que lo hace ondular al lago
para que vea a través de la
luz, de los rayos del sol

es como sí el movimiento
fuera una vida primitiva,
que se asoma a través de
los fenómenos

todo ello despierta en ti
un espíritu que va a su
encuentro.

Karigüe

lunes, 1 de noviembre de 2010

Libro “El Hombre"– Capítulo 6

ESPIRITU

Creemos, pensamos, emitimos opiniones, discutimos, etc., y cuando no hay soluciones solemos ir hasta la guerra. Siempre el hombre ha sido así, un ser que va hacia delante, tratando no sólo de imponer sus ideas, sino esperando y porque no a veces huyendo. Eso es el hombre, eso es lo que somos cada uno de nosotros.
Hay de todo, tenemos de todo; pero tal vez una diferencia entre nosotros, entre cada uno de nosotros, es el espíritu, el ánimo que nos anima. Muchas veces decimos, es e fuego interior que lleva cada uno dentro de sí. Vemos a seres apáticos, cuya desidia a carcomido hasta sus entrañas o huesos; como vemos también a otros, que son fuego puro, que muchas veces son consumidos por él.
Emprendedores, ambiciosos, luchadores; no los detiene nada ni nadie; son los hacedores, los que llevan en sí, cualquiera sea su rubro, su rama, su tarea, el don de obrar, de realizar cosas, que nos guste o no, nos llevan para adelante.
Decía Tralk: “Un vaho, un aliento, es nuestro espíritu, algo por lo cual obramos, nos lleva a realizar cosas” Bueno eso es el espíritu, la pregunta ahora es: ¿Ello es algo que nos llega desde afuera? Ó es algo que como un vaho, se levanta como niebla de lo que somos, de lo que ya somos, de lo que hemos heredado, algo netamente natural, como una destilación; pero una destilación que se eleva, como se elevan las nubes, para luego ser rayo, trueno, lluvia.
Tal vez es algo que brota de los dos. Lo sangrado está, está en todos lados; pero la herencia, lo heredado es con lo que nacemos y por lo que nacemos así, de esta manera, con una determinada forma de ser.
Es el mismo espíritu el que mueve tierra y cielos, el de las tormentas, el de los animales, el de mismo universo. Es una presencia constante que trata de hacer cosas, como el de construir un reino soñado, olvidado tal vez, pero que anida en el fondo de su corazón, en el fondo del corazón de todo hombre, también.
Tal vez somos una imagen, una metáfora del dios del universo, tal vez en nosotros él habla, él dice; y, nosotros decimos nuestro ser, el Ser.
Si tal vez cuando pensamos, él lo está haciendo a través nuestro; nosotros ahora en el Siglo de Platino, le decimos Ser; pero seguro de aquí a uno tres mil años, nuestros descendientes se reirán, como nosotros lo hacemos cuando los primeros hombres le decían, al Sol, a la Luna, dioses.
Tal vez es un camino de vuelta el que estamos realizando, que está realizando el dios a través nuestro; pero una vuelta recordando, volviendo a sí, encontrado dentro de sí el camino de vuelta. Reconstruyendo ese paraíso desde donde salió o desde donde lo echaron.
Camino de cabras, con piedras, en donde solemos tropezar y muchas veces caemos; pero nos volvemos a levantar.
Así como la tierra tiene atmósfera, el hombre tiene alma. La atmósfera es solo un vaho, es agua que se quiere ir y tierra que la retiene, es una franja, una capa en donde respiramos ese aliento, ese alimento, permanente.
Así también es el alma del cuerpo mudo del hombre, es algo intermedio, algo en donde respira eso que somos, ese espíritu que recuerda volver, que está volviendo a su origen; para ir avanzando, es como un tirabuzón, que oscila, que va y viene, pero igualmente va hacia delante.
En nosotros es ese animo. Es como un niño cuya madre ya no es la tierra, en último caso sería la abuela; la madre, su madre es el alma, el alma de un ser llamado: hombre.
No hay mas que ver al hombre sobre la tierra, para comprender al espíritu que anima las cosas, al espíritu de este universo; así como a su espíritu, al espíritu del hombre; aquel ánimo que lo anima a ser, a emprender ese camino sin retorno, el que ahora se llama: mundo.

Karigüe

PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 8 de Noviembre

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Gracias. Karigüe