lunes, 8 de julio de 2013

Libro "Z" – Capítulo 26


VIVIR
La belleza, el amor. ¡Cuantas cosas conquistadas, logradas, en tan poco tiempo! ¿Existían antes? Vive la belleza en el hombre, vive el amor; y porque no, se ve en algunos animales: el cariño, la pasión, el deseo; se ve también la belleza en los campos, en los montes, sobre el mar, sobre las nubes en el cielo.
Pero es el hombre el que las ve, es el hombre el que las siente, y algunos animales, dan nuestra de ellos también.
Somos un conglomerado de todo lo que hasta ahora hicimos, sedimento, tras sedimento, capa, corteza sobre corteza; pero allí la belleza, el amor, la delicadeza y tantas otras cosas que poco a poco se están destilando en nuestro corazón, en nuestra alma.
Todo por esa fuerza, esa decisión, esa potencia de aquello, de eso que vive dentro de nosotros.
Está ya en nosotros, porque lo de afuera solo sirve, solo es el alimento. El silencio, la oscuridad y todo cuanto decimos ignorar, es el alimento, son las leyes que rigen al universo.
Pero ahí, aquí, estamos, sentimos, pensamos, queremos, soñamos, luchamos. A veces las fuerzas están de nuestro lado, como si estuvieran apoyándonos, soportándonos. Vientos que soplan en la misma dirección emprendida, decidida.
Es el envión, la intención, el deseo y porque no la ambición, o sea aquello que podemos no sólo prever sino desear también.
Es como poner el primer paso, dar el primer paso; comenzar, para que las cosas se vayan dando, para las cosas se vayan alineándose en esa dirección, en ese sentido.
Todo lo que hasta ahora hemos podido hacer, hemos podido lograr se debe a ese impulso interno y lo que el medio nos proveyó. Nuestro cuerpo está hecho de lo que está alrededor nuestro, de aquellos materiales, de aquello hechos, de aquella realidad que nuestros antepasados han logrado construir.
Pero es la intención, la decisión lo que hace de nosotros: hombres. Es el deseo de comunicarnos, de hablar, de decir al otro, de compartir con el otro aquello que hemos logrado ser.
Podemos retirarnos por un tiempo, podemos aislarnos; pero tenemos que volver al otro, al decir, a esa fuente de vida que ahora ya es el lenguaje.
Más aún el espíritu, el arte, son tentáculo y morada, es intención, decisión y hogar, lugar, zona, anden, valle; de lo nuevo que estamos siendo, de aquello que estamos logrando hacer.
La música, la pintura, la poesía, son goces delicados del alma de hombre, más aún se han plantado allí, se han cultivado y ahora es jardín, es paisaje. Son colores nuevos, sonidos, melodías, que nos proporcionan goce, plenitud; porque fue el espíritu el creador. Pero al crear, dejo un vacío, al salir deja, abandona el lugar logrado, alcanzado, hace poco; para luego allí producto de lo nuevo cazado, capturado, conquistado, se plante se cultive, se coseche.
Un andén más, logrado, sacado de la montaña; en donde sembramos, cultivamos, aquello capturado por el artista. Un nuevo mundo, un mundo sobre otro mundo. Un jardín más en el andén que sacó, que robo de la montaña, nuestro espíritu. Casa nueva como la del caracol, casa en la que tenuemente comenzamos ha habitar, en la que estamos tratando de hacer, de realizar una fiesta. Una fiesta más de tantas, pero por lo general olvidadas.
Unión de hebras, unión de andenes; cadenas, collares de perlas, de diamantes, construimos, y en estas fiestas no solemos poner, colocar alrededor del cuello, y desde lejos parecemos perros, animales domesticados; porque con eso logrado nos solemos amarrar al árbol de la vida.
No es la serpiente la que nos incita al pecado, somos nosotros los que nos amarramos al árbol de la vida y, lo que baja, lo que nos insta a no volar, a no seguir conquistando, es la pesadez, es la abulia, es la amarga tristeza que nos deja la libertad, el entusiasmo, perdidos. echamos la culpa al árbol, al collar; y, en realidad es el miedo a sentirnos, a ser lo que somos, hijos de dioses, dioses todavía amarados; si tienen duda de ello pregúntenle a Prometeo.
Libertad de hacer, de lograr, de continuar, de emprender, de conocer, de amar, de sufrir, de reír, de llorar, de vivir, de pensar.
Libertad es la posibilidad de ser, de seguir siendo. ¡Tanto por conocer! ¡Tanto por saber!. Y cómo nos decía Pesoa: “No me vengan con conclusiones, la única conclusión es morir”.
Todo lo demás es camino, es siempre emprender un nuevo canino, una nueva verdad, una nueva intención. Que hay posadas, no tengan ninguna duda; pero toda posada es un paliativo como el placer, solo instante, luego vuelve el dolor a menos que estemos dopados, dormidos, adormitados, entonces eso ya no es vida, vida que continua, es abandonada; dejar el banquete servido solo porque no nos gusto la cara del mozo y porque una puerta estaba abierta y por allí vinieron, entraron nuevos aires, nuevas ideas que por lo general solo vienen para despertarnos de la modorra que nos produce, que nos da la demasiada comida, la demasiada comodidad.
Es el sendero delgado, sendero de cabras por donde el hombre siempre tiene que caminar; los desfiladeros, las pampas, sólo nos traen pereza.
Pereza y esperanza provienen de una sola fruta, solo depende de que lado se la vea. Por un lado pareciera que la pera tiene forma de lágrima por otro lado la pera pareciera que es un fruto que al estar madura pareciera que resiste caer. Por un lado el peso por otro el sabor, la pera que madura en el árbol, aquella que resiste hasta la madurez tiene la más sabroso de los sabores, el sabor de la vida madura lograda a fuerza de resistir.
Pero aquel que no ve, que el fruto que cayo del árbol vuele va al árbol, es porque no tiene suficiente paciencia. La paciencia como la ciencia de la paz, podrá haber tal amalgama, tal unión del mundo físico y el mundo del alma. El espíritu como hilo que uno el collar, como aquello que une la materia y la morada, las dos se expanden, las dos tratan de retenernos, tratar de tenerlo, de contenerlo al espíritu, pero cuando lo intentan el ya voló, el está ahora arriba de los dos, como cerrando el circulo, como uniendo lo que nosotros creemos que está separado, mostrándonos que él es armonía, que ya es armonía; lo que trata, a lo que nos insta es solo a ver, a conocer a comprender, es decir a vivir.
Karigüe

PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 15 de Julio

Si ha leído este capítulo, me gustaría escuchar sus comentarios, enviando un mail a Juan.Karigue@gmail.com.
Gracias. Karigüe

No hay comentarios: