lunes, 31 de agosto de 2009

Libro “El Milagro” – Capítulo 9

CAMINO

Las máquinas. Qué maravillosas maquinas hemos construido. Pájaros de acero, si se despertara Da Vinci y viera las maravillas que hemos inventado; diría: qué poca imaginación que tuve.
Hombres como él, como Julio Verne, Newton, Leipniz, Arquímedes, Esiodo y tantos otros más que imaginaron, que crearon. En sus respectivos tiempos los tomaron por locos; luego esos sueños fueron haciéndose realidad.
Podemos enviar naves al espacio, hemos roto no solo la fuerza de gravedad, sino también la velocidad del sonido y tal vez algún día romperemos la velocidad de la luz.
Cómo ha sido posible mirar ha los cielos y descubrir estrellas mellizas, investigar y acercarse ha comprobar que en el centro de nuestra galaxia hay un agujero negro, de donde nada retorna, nada vuelve, materia condensada, compactada o solo un poro, un punto de inflexión.
Si nos ponemos a pensar como brota una idea nueva, un pensamiento, un poema; pareciera que sale de la nada; pero es el resultado natural, la consecuencia de haber visto, de haber escuchado y después relacionar, ya sea entre sí o a través de una metáfora; pero es como si estuviéramos subiendo por una escalera y comenzáramos a mirar más cosas, comenzáramos a desvelar, sacar velos nada más.
Pero si vemos un pájaro de acero, lo vemos volar a 1000 km por hora, nos sorprendemos; no podemos creer además cómo este pájaro llega a diez mil metros de altura, a donde no llegó, ni llegará, un pájaro natural.
Nuestra creación está superando a la naturaleza. En muchos campos ya la superó.
Es verdad que nos copiamos del pájaro, los pájaros en sí eran nuestro sueño. Desde tiempos remotos intentamos, hasta llegar a Da Vinci y comenzar a hacer realidad ese sueño y lo hemos logrado, y como dijimos los hemos superado.
Hemos llegado a la Luna, a ese astro, a ese ojo de la tierra que nos ve y que nos ha hecho soñar desde que comenzamos a ver a los cielos, que en verdad fue no hace mucho.
Imitar a los peces, a los pulpos, a las anguilas, cuanta especialidad de la naturaleza, pero no hay una sola que no este, al alcance de nuestras manos creadoras.
Ya hemos enviado pequeños submarinos por el interior de nuestro cuerpo, ellos son nuestras prolongaciones. No podemos entrar allí, pero inventamos cosas, elementos, que sí lo hacen.
El Genoma Humano es algo que solo hace unos años atrás era inimaginable, sin embargo está. Está también la posibilidad de que se manipule a la naturaleza, a nuestra naturaleza. Es algo que estaba prohibido por los dioses, no hace más que dos mil años que no se permitía abrir el cuerpo, ahora llegamos ha abrir a las células, e inclusive a los genes, a las neuronas, a la sinapsis.
¿Cuál será el límite? No hay límite, el hombre es el único ser sobre la tierra que cree en los limites; los animales a lo sumo los respetan, por su supervivencia.
Miremos por donde miremos, hay profundidad, hay altura, hay horizontes, somos seres que se expanden como si fuéramos una esfera, en el sentido que ella tiene infinitos rayos.
Que hay errores, si lo hay, y ellos son los que no han llevado hasta donde estamos, más aun es el alimento de la inteligencia, es como el lastre que al barco lo sumerge, para que su hélice pueda impulsarlo y a la vez es el combustible, por lo tanto debe de estar, debe existir.
La injusticia ¿seguirá existiendo? No lo sé, debe haber cosas que ignoramos dentro de nuestro cerebro, por las cuales todavía existe y está la no tan bendita injusticia, pero así como no hay una piedra totalmente esférica, perecería que nuestra mente, nuestra ciencia, nuestra armónica belleza, no existieran en forma plena y completa.
No por eso dejamos de avanzar en esos campos; ya que hay algo dentro nuestro, que nos lleva a la perfección.
Está bien que hayamos puesto nuestra atención en las ciencias, en los inventos, en la creación de cosas para hacernos la vida más suave, más agradable, más cómoda; pero a la vez no podemos desatender la morada del espíritu, la vida espiritual.
¿Que es en realidad una vida espiritual?
Es salir, salir y ver, tomar conciencia de lo que es el cosmos, de lo que es la tierra, el mundo; recorrer nuestro mundo interior, nuestra alma y ver cuantas cosas hay, cuantas cosas existen, cuanta armonía.
Podríamos decir que el alma personal, el alma de cada uno es en si; pero también es el resultado de nuestro trabajo.
Si recorremos la tierra, contemplamos al universo, bueno, en eso no tuvimos que ver nada. Pero si vemos al mundo, sentimos que es obra nuestra, aunque ya sea como un astro.
Quién entonces es el creador de tal maravilla, ahí sí que nos quedamos en silencio.
Inclusive si nos llegamos a preguntar con quién converso cuando pienso, parecería que siempre hay algo, hay alguien que da una respuesta, que es una referencia; cuando decimos que podemos engañar al mundo, menos a nosotros mismo, bueno quién es ese mismo.
Algo que está ahí desde que nací, fue descubriéndose, paso a paso, fue aprendiendo cosas de afuera para que tenga conocimientos, para que pueda decidir mejor.
Podemos decir, que es la vida, el espíritu, el ser, cualquier palabra que le pongamos es y será siempre palabras para describir algo que nos supera.
A través de los años, lo que se logra es crear, inventar, nombrar. Llamamos Dios, Razón Básica, El cosmos; tal vez la palabra Dios es la mas acertada, pero solo es una palabra.
Está ahí, allí, aquí, está presente siempre, es lo presente, no existe lugar en donde no esté; nuestra imaginación puede volar y decir que está en los cielos, la pregunta es: ¿En qué cielo? ¿Dónde está el cielo? Preguntas como: ¿A donde vamos después de morir? tienen el mismo contenido, la misma ausencia de respuesta para nuestro saber, para nuestro conocimiento.
Decimos: “Pienso y luego existo” “Siento y luego existo” “Tengo afectividades” Daría la impresión que es como tratar de poner en un vaso el mar, más aun el cosmos. No, no es lo correcto.
Pero tenemos que tomar un camino para irnos acercando a esa verdad, a ese ser que nos contiene y que somos.
La primera es el respeto. Hay algo grandioso alrededor nuestro, que es el cosmos, que está en orden, aunque tiene convulsiones internas, a las cuales les podemos llamar vida, pero está ahí.
Admiración, no dejarnos hacer llevar por la apatía, el estar vivo es estar despierto, haciendo funcionar la mayor cantidad de cosas que nos ha dado la naturaleza. Ver esa con - secuencia, aunque sea con la realidad o con la fantasía. Ver llegar al agua, brotar a la naturaleza de la tierra, a las plantas, a los animales, al hombre, a las ideas; y el vuelo, eso vuelo que hemos emprendido hacía otros mundos, hacia otras galaxias.
Nietzsche decía: “Ha alguien tenemos que agradecer por estar vivos, pero no se a quién, pero bueno hay que agradecer, pero ¿cómo?” Y termina dándose una respuesta: “ya sé cómo, haciendo lo que la vida nos ha dado para hacer”
El entusiasmo para obrar, por obrar. “Qué difícil se convierte la vida sin un entusiasmo a mano y en cada momento”: nos decía Bernet.
“Bendice todo lo que te sucede y sé propenso a la alegría” – Hölderlin.
Es decir que desde hace tiempo estamos en ésta tarea y damos rodeos. Debemos seguir haciéndolo, por que no vamos a encontrar al Dios, cara a cara, porque indudablemente no es igual a nosotros, ni nosotros somos su imagen, demasiadas pretensiones.
Lo que si es el viaje, es recorrer no sólo con los sentidos del cuerpo a todo lo de nuestro alrededor, sino con los sentidos del alma y del espíritu, como es la imaginación, las fantasías.
Las tan agradables y no tan bien consideradas fantasías.
Y eso si darnos cuenta que nos somos unidirecionales, crecemos en todos los sentidos posible e imaginables, porque si vamos en búsqueda de él, él debería ser el todo, él contiene todo.
Entonces una de las cosas que podríamos hacer es aceptar la realidad y cocinar con lo que hay. No dejaremos nunca ir a la perfección, a la precisión; y realmente ésta última parte suena a cursi, sin embargo es así, hay algo dentro nuestro que tiende a la perfección, a la belleza.
Alrededor del hombre se crea la belleza. Es casi o somos casi como los decoradores de este cosmos, lo estamos haciendo cada vez más bello.
Aveces veo mi uña y dijo: la verdad para qué está, casi no la uso, pero está, alguna función debe cumplir y luego, por supuesto solo como una forma de imagen pensada, así debe sentir el Dios cuando nos ve y luego agrego ¿no será la belleza una uña del ser? y por supuesto termino con una sonrisa de niño en mis labios.

Karigüe

PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 7 de septiembre

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Gracias. Karigüe

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