domingo, 22 de junio de 2008

Libro “Mi amigo el Poeta” – Capítulo 5

JULIÁN.- Lo que la humanidad ha conseguido en estos últimos 2500 años, es verdaderamente algo sorprendente, si comparamos con lo que teníamos en el pasado. Aunque no ha sucedido lo mismo en todas las culturas, pero lentamente, con la integración, se está uniformando.
Todas las cosas para el hombre de nuestro siglo están cambiando rápidamente, y aunque resulte paradójico, con más intensidad en los pueblos menos desarrollados.
Los sistemas de comunicación nos están poniendo al alcance de nuestras manos no solamente los problemas que tenemos, sino los que podríamos tener; pero lo más sorprendente son los problemas que tal vez nunca vamos a tener.
Éste es uno de los problemas que tenemos con la educación de nuestros chicos. Es realmente un tema al que deberíamos darle un poco más de tiempo y de reflexión, para así poder darle una respuesta coherente. En primer lugar, es necesario aclarar que estamos hablando de educación, no de instrucción. Descartamos tratar el tema de que la educación en el hogar es la base de todo desarrollo sano y duradero, no el de la palabra, sino el del acto cotidiano acompañado de afecto.
Es tiempo ya de que el ser humano ponga el acento en la necesidad que tenemos los hombres de ver un poco más clara la realidad que nos circunda, y aquí es necesario que los gobiernos eduquen a sus gobernados a través de la reflexión, a través de la enseñanza del arte de pensar, no sólo de impartir instrucción.
Reflexión significa el acto por el cual el hombre toma conciencia de su realidad, de la realidad. Tomar conciencia es la capacidad que tiene cada hombre para poder verse como un ser dentro de una sociedad en la que para él, él es su centro. Tomar conciencia es darse cuenta de que no es sólo un grano de arena en el arenal, sino un elemento vivo e irrepetible que forma parte de un conjunto vivo que crece en muchas ramas o formas, una de las cuales es él.
Es necesario aclarar que el Estado tiene la obligación de esta educación, pero al no ser así, por ahora, el ser individual tiene que tratar, con su esfuerzo personal, de mejorar este aspecto que por lo general estamos dejando a un lado en la educación de nuestros hijos.
Cuando tú me cuentas la dificultad que tienes en educar a tus hijos, es una dificultad muy común en nuestros tiempo. Y lo que te produce confusión es un hecho muy frecuente que se llama estandarización; queremos todos dar una educación igual para todos. Esto, desde ya es imposible.
Lo que en este momento me preocupa aún más, es la angustia que siente el hombre de nuestros días ante este tema. Elevémonos un poco y veamos al hombre como una criatura en elaboración, en evolución; lo imaginamos mono y veamos como va superando las dificultades que se le presentan, paso a paso. Uno de los rasgos fundamentales de su crecimiento es la inquietud constante por buscar lo nuevo, acompañado por una sensatez muy delicada y difícil de ser vista cuando no se profundiza en su historia.
Se confunde educación con instrucción. La diferencia está en que la educación no sólo informa, sino que además despierta en los educados el interés por lo todavía no conocido, por lo todavía no inventado, por lo todavía no explicado. Aquí la palabra educación es la enseñaza y la inquietud por lo nuevo, lo que es el sustento principal de la sociedad creada por los hombres.
Cada hombre recibe una determinada educación con la que trata de convivir en sociedad; pero surge la necesidad de transmitir la educación que recibió, más la que él consiguió. Este conjunto de ideas y pensamientos no pueden darse sin la verdadera depuración, para que el que lo reciba no tenga una intoxicación.
Pero en el caso particular tuyo, Rubén, sería bueno que te serenaras e hicieras caso un poco más a tu corazón, que normalmente está abierto para todo el que sinceramente lo busque. Nunca es tarde para corregir o reparar un error en ti mismo.

RUBÉN.- Cambiando de tema. Hace mucho tiempo atrás me comentaste sobre un pensamiento que te transmitió un viejo amigo tuyo, que trataba sobre la vida de la vida. Me gustaría que ahora me lo vuelvas a comentar.

JULIÁN.- Así es, este pensamiento o comentario es el siguiente: El hombre está en una evolución constante, está evolucionando desde una simple célula hasta llegar a lo que es ahora. Es admirable y a la vez muy difícil de entender cómo de la unión de un espermatozoide y un óvulo puede ser creado un ser tan complejo como es el hombre. Cómo dos partes vivas muy diminutas, casi invisibles, pueden unirse y producir todo un fenómeno complejo que finalmente termina en polvo. Una creación que puede desaparecer en el espacio como una estrella fugaz.
Ya sabemos, por nuestras ciencias, los distintos caminos que tomamos en el hacer práctico; como en el hacer del alma, en donde son aún más complejos y más inmensos. Podemos, además, darnos cuenta de cómo varia entre los seres semejantes.
Ahora hagamos volar nuestra imaginación: la vida, es decir todo lo que es vivo sobre la tierra, ¿no tiene una existencia temporal, como la de los hombres? Es decir, debe nacer y morir también. Todo lo que conocemos por vivo serían las distintas formas que la vida va tomando en su existencia, como nosotros vamos tomando cosas, pensamientos, sentimientos, ideas. Suponiendo que el hombre es lo más avanzado de ella, y que el cerebro de este animal que piensa es lo más desarrollado de él, entonces deberemos pensar que el cerebro es lo más desarrollado de la vida.
En este contexto es posible suponer que lo que llamamos el alma del hombre sería una de las formas más desarrolladas que tiene la vida, para sobrevivir, para asegurar su existencia.
Por una deducción posterior deberíamos pensar que la vida se está transformando en algo invisible, algo como es la inteligencia, como es el mundo espiritual, algo muy cerca de lo virtual. Un poema, por ejemplo, es vida envasada, almacenada en palabras, encerrada en ellas, que vuelven a la actividad cuando son leídas por una mente fértil para este tipo de arte.
Una de las cosas que al hombre lo llena de plenitud, de felicidad, es poder habitar un mundo en donde el espíritu se haya manifestado, se haya desplegado. Daría la sensación de que el desarrollo, la evolución del hombre, es algo parecido a un incremento constante de orbitas; cada vez más grandes, cada vez más inmensas, cada vez más complejas, cada vez más invisibles e imperceptibles.
De todas maneras, toda la visión que tiene el hombre de sí y del universo parte de su centro, de su yo. Lentamente va comprendiendo al mundo que lo rodea y su mundo interior. En esto hay que acentuar que lo visible para el hombre en lo físico se refiere a la distancia, pero él lentamente va expandiéndose a través de la prolongación de sus sentidos, de sus tentáculos, de sus herramientas que va creando. Es decir que para el mundo exterior el hombre parte de lo visible a lo invisible y para el mundo interior, parte de lo invisible a lo visible. Para el mundo exterior tiene los sentidos del cuerpo, para el mundo interior tiene los sentidos del alma.
Hubo una ruptura en el ser humano cuando saturó los sentidos de su cuerpo. Tuvo la necesidad de salir como del capullo de una rosa y comenzó a vivir otra forma de vida, otra experiencia nueva; llevó su expansión a lo invisible.
Fue interesante este pensamiento escuchado de boca de este viejo amigo.


RUBÉN.- Bueno, estas ideas o pensamientos que escucho de ti me producen una sensación extraña; es como si sintiera un cierto placer en el alma, como si una parte de ella se iluminara, se enriqueciera, se expandiera.


JULIÁN.- Es difícil para cualquiera tratar o hablar sobre cosa nuevas; creo que el límite en esta materia no existe. Cada persona debe tener el suficiente sentido común como para saberse limitar; pero en el caso nuestro, que es una conversión de amigos, podemos atrevernos a tratar temas que se crean, se forman, durante la conversación contigo.


RUBÉN.-Lo que a mi me pasa cuando converso contigo es que me siento bien, y con una armonía tal que pareciera que estamos vibrando en la misma frecuencia. Cada vez es más, y muchas veces quisiera renunciar a lo que tengo y dedicarme a realizar una tarea como la tuya, pero es difícil desprenderse de las obligaciones.
Pero a la vez siento como si cada vez estuviera más cómodo conmigo mismo. Tus ideas o pensamientos están clarificando mi alma. Tengo cada vez más necesidad de profundizar mis conocimientos sobre todo lo relativo al alma, al espíritu y a todas las cosas puras (que son pocas) que habitan en mí.


JULIÁN.- Por algo uno de los padres de nuestra civilización, Aristóteles, dijo que la única tarea en la que el hombre no se satura, no se cansa, es la de la contemplación. Otro pensamiento relativo a este tema es de Unamuno, el decía: ‘’ Un hombre comienza a conocerse, cuando un alma hermana ilumina el fondo de su alma’’
Nuestra cultura occidental hoy más que nunca es competitiva. En esta competencia no hay termino medio, se gana o se pierde; así, de esta forma, nos hemos ido dando cuenta de que somos capaces de hacer muchas cosas. Estamos confiando cada vez más en nuestra capacidad.
En particular lo veo bien, ya que ello está llenando un vacío que están dejando las religiones por su ceguera y por su incapacidad en dar respuesta a lo que se plantea el hombre de nuestro tiempo, y además nos estamos dando cuenta, que esas cosas, esos temas, dependen de cada uno de nosotros.
Estas pequeñas y a la vez grandes conquistas han llevado a que el hombre busque y encuentre su felicidad en lo que su naturaleza le requiere como inmediato. La velocidad es un parámetro de nuestra sociedad; por lo tanto, en este estado hay que tomar lo que se encuentre a nuestro paso, y lo que el tiempo, nuestro tiempo que pasa tan rápido, nos permita.
No tenemos tiempo ni nos quedan fuerzas ni energía para poder ver, observar que somos algo más que ese ser que pasa tan velozmente por esta vida.
Hay, existe desde hace mucho tiempo un mundo espiritual que está creándose, formándose, dentro de este nuestro mundo de las cosas de todos los días, de este mundo material, de este mundo lleno de tecnología, de conflictos, de fiestas, etcétera.
Un mundo que si bien ha nacido por la cultura, es algo más que cultura. Es todo un mundo de ideas, formas, de arte, que se eleva y vive rodeado de una atmósfera de belleza.
Un mundo que irá reemplazando a todo cuanto mito o cuanta religión esté poblando este planeta; lentamente irá formándose a través del ordenamiento, de la educación, del trabajo personal y solitario de cada uno de nosotros.
Será muy similar a aquel cambio que hizo el simio cuando comenzó a poblar las cavernas, a habitarlas, a hacer de ellas su morada. Bueno, esa morada será nuestro mundo interior, nuestra alma, un mundo en donde el espíritu se manifieste de una forma más nítida. Será entonces un placer exquisito compartir con los demás esa morada divina.
Volviendo a tu inquietud respecto de cambiar tu vida, creo que todos los seres humanos tenemos que plantearnos estas inquietudes, pero aquí, es hacer una reflexión.
Tú sabes que un atardecer sin nubes generalmente pasa inadvertido, pero cuando en el cielo se forman algunas nubes, ahí sí el crepúsculo es más bello; cuando la luz del sol, que se va apagando, se refleja en las nubles generando rayos de múltiples colores. En el vació la luz pasa inadvertida, solamente se la puede ver cuando ella se refleja sobre las partículas en suspensión que están en su camino.
En la vida, en la existencia del ser humano pasa algo semejante. Las dificultades, los problemas que la vida le presenta a su paso, son los que le permitirá hacerse real, mostrar su naturaleza, manifestar su espíritu. Beethoven nos decía: ‘’El hombre sólo conoce a su espíritu cuando está contra el suelo’’
Por supuesto que lo tuyo es una decisión personal. Pero creo que todos los seres humanos podemos adaptarnos a la situación a que nos ha llevado la vida y encontrar en ella la manera de ser, esa manera de ser que nos habita y que profundamente deseamos.
Ahora tú me dirás, pero y, ¿el tiempo? No tengo tiempo. La observación que he hecho de mi vida y de algunas personas cercanas, es que hacemos un mal uso del tiempo. Siempre debe haber un tiempo para uno, y cuando no lo hay, creo que es tiempo de cuestionarse.
He conocido muy pocas personas que por razones particulares no tienen tiempo para sí mismas. Lo que sí he observado es que muchas de ellas tienen miedo a estar consigo mismas, tienen miedo a la soledad; por lo tanto tratan de aturdirse, de estar ocupadas de diferentes manera. Como te dije anteriormente, la soledad es buena, lo que no es muy bueno es el aislamiento.
Solamente estando en soledad uno puede verse a si mismo, puede reflexionar. Y como se hace por lo menos una vez a la semana, se ordena la habitación donde se vive, así también deberíamos hacer con nuestra alma. Por el hecho de estar habitándola las veinticuatro horas del día, algunas cosas no deseable se le adhieren.
Hacer una pequeña reflexión cada cierto tiempo es dedicarnos este tiempo a nosotros, lo que va permitiendo ir tomando conciencia de nuestra existencia. Si hay un templo y un altar, del hombre y para el hombre sobre la tierra, ese altar, ese templo es su cuerpo. Y en ese cáliz bendito al cual elevamos en cada momento, en cada aliento, es nuestra alma la que contiene el vino que consagramos: el espíritu.
Karigüe

PRÓXIMO CAPÍTULO: Lunes 30 de Junio

Si ha leído este capítulo, me gustaría escuchar sus comentarios, enviando un mail a pensamientos@karigue.com.ar.
Gracias. Karigüe

No hay comentarios: