He venido desde lejos
desde allí
en donde el viento jugaba
con los eucaliptos, en Agosto
cómo se doblaban
si parecían que estaban hechos 
para eso
rugían, como si cada rama
fuera una boca que hablaba,
que querían hablar, de ese juego
de esa unión, de ese roce
de esa relación
que ante mis ojos era 
manifestación
era le viento, era el tiempo
que nos estremece
hasta hacernos cantar.
Karigüe
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