Ama, ríe
y hasta bebe,
pero no dejes de amar,
de construir una morada
para él;
solo así, de esa bandada
de palomas de alas blancas,
una de ellas se posará
en tu corazón.
Tú, ábrele los cielos
y entrégale los mares
enardecidos por su llegada;
solo así, después
ella construirá
el nido.
Si, si,
no te equivoques,
ni tú ni ella son el amor.
¡El amor es el nido!
Karigüe
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