La palabra
salió en busca
del espíritu.
Dardos primero,
alaridos para espantar,
nombres para llamar.
Mas cuando levanta
su rostro al cielo,
El hombre
sólo escucha el eco,
Su eco.
El espíritu omnipresente
Está,
no necesita de la palabra.
Es silencio
Es oscuridad
Es belleza
Plenitud
y
Vacío.
Karigüe
No hay comentarios:
Publicar un comentario