En el mundo de las ideas o pensamientos, todo es casi siempre una aproximación. Como decía Sófocles: ‘’Salvo por unos instantes, el hombre se pasa ciego casi toda su vida’’. Estos instantes muchas veces nos brindan la posibilidad de vernos como realmente somos o vivimos. Pero no hay que olvidar que esa observación es sólo un punto de visita.
Así es como hemos avanzado por aproximaciones. Y si hasta la fecha no hemos desaparecido es por esta capacidad de darnos cuenta, aunque sea por medio de la aproximación, y por otro lado contar con que dentro del alma del hombre habita una razón básica, la que a través de los presentimientos nos guía por caminos que aseguren nuestra existencia.
Aquí es bueno acentuar, sin llegar a la liviandad, que es muy común escuchar pronunciamientos catastróficos sobre el futuro de la humanidad. Lo cual no está de acuerdo con lo que nos han dejado como legado nuestros antepasados. Lo que nos han narrado fue lo que pasaba en sus épocas, las formas de pensar, de sentir, los pensamientos, las ideas; todo aquello por lo que somos así. Todo este legado se ve como un fluir natural.
Tomar conciencia de esta evolución es tener fe en el sentido y en el camino en el que transita el hombre. Aunque muchas veces se equivoca, se desvía, pero prevalece un cierto sentido común.
Con nuestro poco tiempo disponible para poder leer detenidamente a nuestros antepasados, aquellos por los cuales somos lo que somos, no podemos hacernos una idea de lo que ellos significan para la humanidad.
Intentemos repasar esa nuestra historia:
Homero, un poeta, el que fue capaz de reunir las leyendas que se venían repitiendo en el folclore popular, y luego cantarlas como epopeyas en donde un misterioso contenido se revelaba. Sirvió de base para que los griegos clásicos desarrollaran un mundo espiritual y clásico, que hasta el día de hoy lo estamos disfrutando.
Sócrates fue bisagra de la época clásica de los griegos. Lo anterior a él fue la creación espiritual más pura que el hombre pudo lograr a través de todas su historia: Heráclito, Parménides, y otros. Luego, Platón, Aristóteles, Epicuro…Debe considerarse a Heráclito y Parménides los padres del pensamiento, como lo es Bach de la música.
No nos tenemos que olvidar de los trágicos Sófocles, Esquilo y Eurípides: los tres fueron los poetas que cantaron al drama humano, Nos ayudaron a comprender la naturaleza de nuestra alma, viendo en ella no solamente lo bello, sino también aquello oscuro que nos moviliza, pero que casi nunca queremos ver.
Aristóteles fue un ordenador del pensamiento griego. Le dio forma humana, forma práctica, sentó las bases de la ciencia de nuestros días. Junto con Parménides, son los creadores de esa tarea humana tan deliciosa como es la filosofía.
Virgilio fue un narrador epopéyico que se nutrió de los griegos, pero agregó la gran conquista que hicieron los romanos, que fue el ordenamiento de la sociedad, con un gran culto al poder. San Agustín, el hombre que pudo fundir el pensamiento cristiano con el pensamiento clásico.
El Dante es el primer ejemplo de un gran escritor, casi anónimo. El nos despertó después de una larga siesta, como fue la Edad Media; pero nos despertó en el infierno, aunque eso si, de la mano de Virgilio. Inventó el purgatorio. Este invento es una antesala de lo humano que nos trajo el Renacimiento; porque en sí el purgatorio, más que un destinto es una morada, un lugar temporal, como es la vida.
La Divina Comedia es realmente un poema extenso; tal vez en el título está la condensación de lo que quiso decirnos el Dante. Nos comenzamos a reír de nosotros mismos con él, ya que para mí resuena siempre como si la vida fuera y siguiera siendo una divina comedia. Además, por hecho de estar acompañado por Virgilio, quedó acentuada esta continuidad, esta cadena humana, en la que uno es solamente un eslabón en esta expansión divina. Los pensadores son los eslabones que se sumergen en las profundidades del alma humana.
Shakespeare fue un gran observador de la vida humana; pudo, a través de sus obras, reflejar las relaciones muy poco claras entre los seres humanos y ahondar de esta manera las temidas dificultades del alma para poder vivir la compleja realidad de los tiempos modernos.
Cervantes, antes de tener relativo éxito en vida con el Quijote, escribió cuarenta libros descartables. Es el símbolo de la perseverancia en el anonimato. En él ya la vida se forma por dos mundos. Escribe el Quijote de una forma tan cómica y amena que es un ejemplo de equilibrio. Creo que las posteriores generaciones de escritores, particularmente españoles, lo han tomado con excesiva formalidad y no han seguido el camino que él trazó, que fue de una gran simpleza, sencillez y humor que le dio una flexibilidad deliciosa, única forma posible para penetrar en la verdadera realidad de las cosas.
Cuando era aún un niño, me preguntaba qué hubiera pasado si Don Quijote, en lugar de una espada, hubiera tenido una ametralladora. Creo que lo hubiéramos llamado terrorista. Es inimaginable lo que hubiera sucedido. La figura de Don Quijote es muy ideal; como la palabra lo dice, es del mundo de las ideas (como el mundo de las ideas de Platón). Un soñador de un mundo en donde el espíritu se convierte en idea.
Para vivir una vida armónica tenemos que recurrir a nuestro principal profesor, el llamador comúnmente corazón. No solamente desde un punto de visita poético o espiritual, sino desde un punto de visita práctico, sólo hace falta sentirlo.
El nos demuestra y nos enseña: un poco para adentro y otro poco para afuera, contracción y expansión. Esta dualidad que nos muestra la vida, también pensada por los griegos y entregada a nosotros como la idea del punto medio. Así que, estimado amigo, prestar un poco de interés también a Don Sancho.
Creo que después nace un grupo de pensadores europeos que desde hace cuatro siglos han tenido una influencia importante en el pensamiento humano, como fueron Descartes, Pascal, Spinoza, Kant, Schelling, Schiller, Goethe, Hegel, Holderlin, Nietzsche, Rilke, Heidegger, etcétera.
En los últimos años este grupo de pensadores de ideas y pensamientos románticos, han dado o, mejor dicho, han profundizado el alma humana con la razón. Como sí el ser humano hubiera tomado conciencia de su condición (como explica Heidegger) del ser ahí.
En esta última etapa hemos comenzado desde la frase de Descartes ‘’pienso, luego existo’’. Creo que nos estamos edificando, no teniendo como base o fundamento algo exterior, sino de nuestro ser. No hay duda de que desde el Renacimiento hemos comenzado nuevamente a penetrar aún más en el alma humana.
En los poemas de Nietzsche (que si no los has leído, léelos), de Holderlin, de Rilke, de Holan, puede uno sentir que estos grandes poetas se sumergieron tan profundamente en su ser que es como si nos hubieran vuelto a despertar a un mundo espiritual, que estaba como dormido.
No solamente en el aspecto estético, sino de un contenido oscuro y misterioso que se presiente, aunque todavía no se puede ver con el entendimiento.
Al ir avanzando hacia formas más oscuras los poetas usan las palabras de que disponen y las llenan de contenido. Cuando llegan a nosotros dichas palabras hechas poesía se expanden al contacto con nuestros pensamientos. Éste es uno de los rasgos importantes que se obtiene en la lectura de la poesía de estos grandes poetas.
Comparando el arte de la poesía con la naturaleza, la materia al concertarse intensamente, llega a lo más duro y sólido que existe, como son los diamante; además, son bellos. Algo similar pasa con el tipo de poesía de los poetas profundos: es concentrada, transparente y bella.
Lo que sucede con la obra de estos grandes poetas, es que es muy difícil de comprender su significado. Para ello están los filósofos, para descifrarla.
PRÓXIMO CAPÍTULO: Lunes 16 de Junio
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Gracias. Karigüe
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