El ruido de la ciudad
me molesta
los gritos, enojos
el caminar rápido
de un destino a otro
Dios ¿En qué no hemos
convertido los hombres?
si no hace mucho
éramos astros, cuyas constelaciones
cruzaban el cielo
como por un templo
en el que te adoraban
He visto rezagados
en el camino, abandonados
mientras el reflejo del sol
todavía llegaba al parque.
Karigüe
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