Las cosas pasan, suceden; han sucedido desde siempre por lo menos para nosotros, los fenómenos también
Ahora las cosas humanas, las obras, los sentimientos, los pensamientos y en particular las obras de arte, son relativamente nuevas, expresan un parecer, una cierta percepción de lo que somos frente a lo exterior y frente a nosotros mismos.
El ser ahí, eso soy; esa potencia que brota desde la profundidad, tiene una sutil diferencia con el ser artista. El ser artista brota, es cierto también, desde las profundidades del nuestro ser, que termina siendo la profundidad del Ser; pero, pero lo profundo del Ser es lo eterno, es el vacío.
Por lo que el ente, es decir el hombre es una presencia que contiene al ser; mejor dicho como presencia del Ser; el Ser como exteriorizado a través del hombre.
Los sonidos brotan de las cosas, de lo existente, constantemente; los escuchamos en la naturaleza, en la tierra, en el universo; existe además el eco, el rebote del sonido en las cosas; pero en los seres vivos se produce un fenómeno extraño dentro del universo: los sonidos se almacenan, se decantan, se destilan y es allí que algo en este ser vivo, hay algo que selecciona, tal vez es la misma naturaleza encapsulada, los mismos genes o células que lo hacen, selecciona aquellos que tiene un cierta forma, unas ciertas formas, acordes con un erigirse.
Los fenómenos así se convierten en seres: así como hemos dicho que el lenguaje es la sangre del mundo, los fenómenos son la conexión entre algo que pertenece a la tierra, como es el hombre, con aquello nuevo que brota de ella.
Así de las cosas brotan los seres a través de ese vínculo sagrado que son los fenómenos
Las cosas son eternas, los seres son los que buscan eternidad; pero he ahí un fenómeno extraño en el universo: el hombre tiene dentro de si cosas, fenómenos y seres a la vez; es como sí en el universo se hubiera producido una conjunción bajo la piel del animal primero, para ser invisible completamente en el hombre.
He ahí que de esa conjunción ha brotado una voluntad, no solo de ser, como los animales, sino de obrar, elaborar.
Lo maravilloso en el hombre, es que los sonidos almacenados desde tiempo inmemorables van teniendo sentido, hace, los convierte en algo útil; al nombrar por ejemplo, es como lo hace un mago, saca de la galera una paloma, no es que la creó ni invento, sino que la tenia allí guardada, almacenada y no solo la muestra sino que la relaciona con otra cosa que está presente allí, lo otro.
Desde ese entonces y con este arte de magia particular se fue apoderando de las cosas, de los fenómenos y de los otros seres, y con ellos construye al mundo.
Si ha leído este capítulo, me gustaría escuchar sus comentarios, enviando un mail a pensamientos@karigue.com.ar.
Gracias. Karigüe
No hay comentarios:
Publicar un comentario