ese café con leche que tomabas
caliente por las mañanas,
ese pan con mantequilla
tenías que salir, ir al colegio
pero tu no querías, querías
permanecer en tu jardín, viendo
a las rosas que dejaron de ser capullo
a los claveles cada vez mas enroscados,
a la retama, la tumbo
que creció y broto amarrado
al sauce
era tu mundo del cual te arrancaban
cada mañana hasta lograrlo
ahora que estas desprendido y solo
¡cómo recuerdas con amor
aquel paraíso perdido!
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