cuenca cerrada que era el
lago
se encrespaba por el viento que
bajaba de la montaña, se formaban
como crestas de luz, pequeños
soles como eco
miraba mi imagen en su vientre
era más pura que la del espejo,
más flexible, más humana
allí mas abajo se veía el
fondo, formado de piedras y
barro; piedras de muchos
colores, barro gris oscuro
mi alma se estremecía al ver
ese fondo; tan pesado es la
conciencia que ella atrapada ahí
respirase solo
como aliento.
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