En los detalles,
en esos pliegues de toda alma,
se deposita el alimento
de la vida en el hombre.
Muchas veces
los Atilas barren la tierra
como una tempestad
pero he ahí el topo que vuelve
he ahí la raíz que brota
la esperanza que levanta vuelo
de las cenizas
la vida nueva, la presencia
eterna de lo que siempre
está
Sientes al tiempo, entonces
como una brisa.
Karigüe
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