Escribes
y luego no quieres
dejar de hacerlo
porque sientes
que como un eslabón
o cinturón
estabas unido
a la fuente
dejar de escribir, entonces
es volver a romper
el cordón umbilical
Tantos nacimientos
y ninguna muerte
Tantos poemas,
con los que he tejido
una hamaca paraguaya
Desde ella te escribo.
Karigüe
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