en el horizonte
desde donde contemplo al mundo
me veo, aún niño
tratando de ver en las estrellas
algo, que confirmara mi fe
nada, nadie;
desde entonces me he dado
una repuesta, yo solo como
si me hubiera puesto el
propósito de permanecer
aunque sea por instantes
en las cosas
fue, como si me fuera
recomponiendo en cada una de ellas
todas me hablaban con el
nombre que les iba poniendo
hoy es un murmullo, un coro
que pueblan mi corazón de estrellas
he repetido
sin embargo me parecen nuevas.
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