caprichosas, aquellas que
guardan en si el néctar de la
vida o su veneno
cuantas tenemos guardadas
en nuestra memoria, en
nuestra alma, es nuestro
corazón
a veces salen porque las
lanzamos como dardos, otras
se deslizan por los labios
como susurro del agua
en un pedregal
cosas, que luego una a una
van formando los muros
de la fortaleza que somos
y nosotros quedamos adentro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario