Somos varios miles de millones de seres humanos, de hombres que estamos formando este mundo; decir mundo es mejor que decir humanidad, más completo. El mundo en sí está formado por la tierra, los otros seres, el cosmos; algo que todavía escapa a nuestro entendimiento, aunque instintivamente lo hacemos, nos falta tomar conciencia de ello, de lo que es mundo.
No hay duda que vivir es estar aquí en la tierra, conviviendo con los demás, con los otros. Tenemos sentidos, necesidades, cada vez mayores, con esto se quiere decir que así como estamos evolucionando como seres que piensan, así los demás, inclusive nuestros sentidos, necesidades, también; esto quiere decir que cada vez tenemos más sentidos, más necesidades, alrededor de los cuales se forman los sentimientos, los pensamientos.
Los pensamientos, para nombrar a los últimos, ellos han creado la mente, el alma; pero a la vez ésta mente, ésta alma, desde hace tiempo tienen necesidades, como es el aprender, el conocer, el devorar y digerir esto que estamos formando que es el mundo; ¿para qué? para alimentarse de ello; es decir que el conocimiento es su alimento, por lo tanto su necesidad, que como consecuencia directa es necesidad nuestra.
Tal vez, digo solo tal vez, después, luego después nació, brotó, el espíritu, el espíritu humano, que en sí es una nueva necesidad, un nuevo sentido de la necesidad del alma, por lo tanto necesidad del hombre también.
Nos encontramos así, conque el conocimiento es una necesidad; y, así como el comer y beber tienen órganos; así también el conocer, el pensar, dentro del hombre, tienen al cerebro como órgano; pero a la vez el mundo como organismo viviente tiene órganos para ésta necesidad, bueno esos órganos son los pensadores, los filósofos, lo poetas.
Pero he allí que este conocimiento es más instintivo que racional, ya que la razón sólo es un cerco, un sendero, que hemos, por muchos milenios, fabricado, hecho, construido; porque nos da seguridad, nos da sentido.
Pero el pensamiento intuitivo sigue siendo la fuente desde donde brota el conocimiento, mejor si decimos las cosas que satisfacen la necesidad de conocer, de pensar.
He allí entonces la importancia del poeta, de la poesía, para poder ir eslabonando, desandando el camino inicial, el sendero por donde la flecha lanzada la vacío avanza; y, ese crear, ese formar relaciones, nos permite volvernos sobre sí, como en posición fetal, para formar el eslabón, y así luego la cadena con que peldaño a peldaño, reconocemos que lo de afuera está adentro también, que somos una unidad desprendida; y eso lo presiente el poeta cuando escribe; cuando escribe no solo reconoce, recuerda, sino construye el camino de vuelta, el camino de recuperar nuestro paraíso perdido.
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Gracias. Karigüe
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