Es verdad que caemos, no sólo una vez, sino muchas veces; pero volvemos a empezar; tal vez es ese tesón, esa insistencia, esa perseverancia, la que muchas veces nos lleva al éxito; a conseguir cosas, a lograr cosas; que además, todas ellas son pasajeras, transitorias.
Llegar a una pequeña colina es un logro; pero hay otras que escalar, hay desierto, hay mares, valles, quebradas; es decir hay cosas, hay fenómenos con los cuales estamos relacionados, estamos en contacto permanente.
Si nos pudiéramos alejar de este mundanal ruido; es verdad, también lograremos una paz, un equilibrio difícil de no gustar; pero nos perdemos la actividad, las cosas que suceden, la buena vida, como se suele decir.
Por otro lado, está el éxito de las cosas, de la obra; pero no tanto lograrlo ante los demás. Si bien no hay que dejarlo de lado, porque vivimos, estamos en relación a los demás, aunque no estoy seguro, no se, mejor dicho no sé hasta que punto dependemos de los demás. Somos mundo, pero somos mundo en relación de los demás.
Pero he aquí, que es la satisfacción de un trabajo bien hecho, es la posibilidad de hacer otro igual o mejor. Hay como una satisfacción intima, un acuerdo con es mundo interior, con ese yo profundo; ese acuerdo es el que nos da placer.
La pregunta sería ¿a quién, al yo o al yo intimo y profundo? ¿quién es el que siente el placer?
Buena pregunta, porque aquí se va divisando que hay una cierta separación, una capa, un vacío aparente, a donde brota la luz, brota el arco eléctrico, un arco eléctrico.
Brota el mundo. Pero si dijimos que estamos en relación con los otros, con los demás; y ahora percibimos que el mundo salta de entre el yo y el yo profundo, que es algo de una sola persona.
Veamos al cuerpo del hombre, él está formando por una cantidad de células, de órganos, de sistemas, de genes; todos estos elementos con su característica particulares, todos ellos con su función. Es como si cada una de ellas haría su trabajo, cumpliría su función, para que el hombre sea.
Da la casualidad que los hombres son semejantes, por lo menos en cuanto a los elementos nombrados más arriba; y, si cada hombre cumple su función, pero no ya participando con sus células, genes, etc., sino con otras cosas: como sus ideas, pensamientos, percepciones, sentimientos, etc., es decir con funciones ó partes del alma.
Bueno, esas cosa del alma, son las que brotan de esa relación entre el yo personal y el yo profundo, que tiene todo hombre; con la interesante percepción que el yo profundo pareciera que es lo común, lo almacenado como especie, aunque tiene ciertas particularidades, pero son pocas, son casi imperceptibles.
Podríamos decir que es la historia de la vida sobre la tierra, la del universo sobre la materia oscura; la del hombre sobre la tierra, la de la persona desde que nace.
Es decir que es todo lo de atrás, todo lo que es pasado; pero un pasado desde donde constantemente brotamos, como si fuera la tierra, para una planta, e indirectamente para el hombre.
La flor nace antes que pimpollo, nace desde antes inclusive que los pelos absorbentes tomen el agua y los nutrientes de la tierra y la conviertan en savia; tal vez desde que el sol alumbro por primera vez, tal vez de un poco antes que el big bang.
Tal vez es un circulo, tal vez lo de antes del big bang está brotando desde cuando se abre la flor, se abre una rosa y se pierde como color y forma, como perfumen en el éter, en la atmósfera; tal vez es lo que entra en la materia oscura; y ella la que la recibe, se estremece, se llena de goce, de placer y despierta, le despierta un latido, un suspiro, como si fuera otro big bang, pero para formar otro universo.
¿Qué sabemos? Nada, todo eso pasa lejos de nuestro entendimiento, de nuestros sueños y fantasías inclusive.
Tal vez solo somos y en esto incluyo a lo que nos rodea, solo círculos de algo que no cambia, de algo que permanece; y, el tiempo como latido, como una ventana que se abre y se cierra, solo para ver más allá, lo que está aún más allá de todo lo que hasta ahora somos.
Si ha leído este capítulo, me gustaría escuchar sus comentarios, enviando un mail a pensamientos@karigue.com.ar.
Gracias. Karigüe
No hay comentarios:
Publicar un comentario