lunes, 18 de octubre de 2010

Libro “El Hombre"– Capítulo 4

MEMORIA

Nosotros ¿qué sabemos? ¿qué sabemos de qué? Seria la contra pregunta. Tal vez poco, tal vez nada.
Decía Pesoa: “… nada es verdad, todo es imaginación / rodéate de rosas / ama, bebe y calla / lo demás es nada” Qué contundencia, pero es en verdad así.
Hemos imaginado, hemos inventado y lo seguiremos haciendo; hasta a nuestros dioses; luego les decimos que han muerto, que están vivos, que Dios es así, de ésta forma, etc., etc.
Pero en verdad no sabemos nada y no me refiero a lo de Sócrates: “Solo sé que no sé nada” Simplemente es así. No sabemos de lo más grande, miramos al cielo sin saber que es lo que está pasando allí, lo mismo pasa con lo diminuto; por supuesto, menos de lo vivo, de las bacterias, de los microbios, que de vez en cuando alguno aparece y solemos decir: Pandemonia.
Pero por otro lado, luchamos por saber, por conocer; con nuestras ciencias, con nuestras técnicas, vamos avanzando; creamos la máquina, los remedios, nuestras moradas, cada vez más confortable. Qué hemos errado y lo seguiremos haciendo, con uno mismo y con los demás; pero seguiremos, seguiremos quejándonos, seguiremos avanzando.
Los parámetros, para decir así, en los cuales nos vamos guiando, son el bienestar, la paz, la tranquilidad, la calidad de vida, el tiempo de vida, etc.
Pero hay uno que es el más importante. Es como si tendríamos alguien mas dentro de nosotros, algo así como un yo, pero uno más profundo que el consciente. No es que hagamos o intentemos hacer una división, pero podemos decir que algo oscuro, es como la oscuridad que rodea y sobre la que están sustentadas las estrellas, las galaxias, en el universo; podría ser tal vez como la materia oscura; pero en el caso de la materia o energía oscura, pareciera que es algo como diluido, algo dispersado; pero lo que uno percibe es que eso interior es algo como compacto, como una agujero negro tal vez; pero, por lo que nos van indicando nuestra ciencia, que el agujero negro es algo así como un poro, a donde toda la materia desaparece y va a otro lugar, tal ve a otro tipo de universo.
Pero lo que está en nosotros, es algo que es ya, no necesita transformarse, algo desde donde emanamos, desde estamos siendo siempre. Solemos decir: “Podemos engañar a otro, pero jamás a nosotros mismos”
Palabras del pueblo, pero palabras que nos dan entendimiento, que nos van haciendo describir, desvelar, eso que ya es. De niño, pensaba que podía ser un dios, algo diferente a nosotros, solía escuchar: el dios habita en ti, el dios está en ti. Era difícil de explicármelo, y la verdad que sigue siéndolo.
Pero es un camino, que sea metafísica, es decir aquello que con la razón vamos construyendo: ideas, pensamientos, formas, figuras, imágenes, con las que aclaramos éste nuestro estado de estar presentes aquí, ahora; por otro lado el de la fe, el de las religiones, que van creando, avanzando y construyéndose desde sí mismas y sobre si mismas. Todo esto son caminos.
Recuerdo un poema de Karigüe, se llama: Palabras; en el cual decía que así como una gota de agua, una lagrima, una gota de rocío, son esferas que reflejan los rayos del sol, convirtiéndolos en colores, dividiéndolos; así también mi vida, la tuya; mi espíritu, el tuyo, los reflejan también, pero convirtiéndolos en palabras.
Es decir algo físico, algo que no tendría que ver, con el verbo se hizo carne, ni con la palabra como fundamento, como desde donde el hombre se erige desde sí mismo. La piedra desde donde Pedro erigió la Iglesia o la palabra primera.
Es decir algo natural, algo sencillo, algo concatenado; para no ir muy lejos el sol ha brotado, como si desde la nada, desde el big bang, el ha recibido energía que la vuelca, que la entrega, que la da, que la dona; y, ella como luz y calor, provoca en los demás vida, otra vida como la de él, se ve un amanecer, un crepúsculo, un medio día brillante, un paisaje, las montañas, el cielo, en la tierra y en el hombre palabras, aquellos cántaros luminosos, que nos dan luz a nuestro entendimiento, a nuestro conocimiento, a nuestra mente, a nuestra alma, inclusive porque no a nuestro espíritu también.
Ya creo, a ésta altura de nuestro desarrollo metal, no podemos estar pensando que hemos sido creados a imagen y semejanza del Dios, además Dios no está dentro nuestro solamente, está en todas parte, en el universo, en el mundo, y en el animal, en la planta.
Pero ¿qué es eso referencial? Aquello que nos va referenciando, aquello que, por experiencia, si seguimos, si lo seguimos, nos damos cuenta con nuestro yo, con nuestra conciencia, que es un buen camino, ya que nos lleva a la paz, a la plenitud, a ese tranquila serenidad que tiene todo hombre iluminado.
Es decir se trataría también de algo simple de encender, de prender; algo que ya está en nosotros o tal vez solo se está formando; pero un tiempo, solamente un tiempo muy corto, delante de nosotros; por lo que es, por lo que se convierte en algo referencial.
Podría ser que lo experimentado, por lo vivido como ser viviente, como desde el LUCA, digamos, fuimos almacenando, guardando, experimentando a la vida, a estar vivos aquí sobre la tierra y vaya a saber tal vez también algo anterior a estar aquí vivos, a comenzar a ser ADN, célula gen.
Algo tan concreto como esa paciente en Estados Unidos, a la cual se le había transplantado un corazón, ella soñaba cosas que luego se fue verificando que pertenecían al donante, es decir que el corazón físico tiene memoria, todo órgano, también, toda célula, todo gen.
Creo que por ahí anda el tema, tenemos dentro nuestro, es decir en nuestro cuerpo mudo, la maravilla del universo: una memoria, que es capaz de recordar, no me atrevo a decir, pero lo diré, la historia del universo y la de los universos. Así tan maravillosa es.
Bueno, bueno, ello seria como un mundo construido de recuerdos, de hechos, de cosas, de sucesos, que ya ocurrieron; pero, pero lo referencial lo sentimos como si fuera alguien, dijimos, compacto, ¿cómo se podría relacionar, entrelazar, estas dos sensaciones, una de mundo interior y otra de alguien refenrecial, alguien compacto?
Buena la pregunta, pero lamentablemente otra sin respuesta; pero no por eso abandonemos el camino, sigamos un poco más.
Decimos cielo, y durante el día vemos solo un manto azul, que no es más que el reflejo del sol sobre la atmósfera, sobre esa capa intermedia, que la tierra se ha creado, casi podríamos decir su vestido. ¿No habremos creado eso, nosotros los hombres? Algo así como un vestido al que hemos llamado alma; y, al ser creación del hombre, sirve para el hombre (tal vez los animales tienen pero en un grado de desarrollo menor) por ahora, y por él o ella, podemos vivir, convivir con el medio, con la tierra, con el cielo y con lo imaginado, percibido y sentido, un acuerdo un re - cuerdo, y una forma de hacer morada temporal, una posada del caminante que somos, un estar aquí, un agradecer, un bendecir, hasta el próximo paso, un próximo paso como hombres, un próximo paso del hombre.


Karigüe

PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 25 de Octubre

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Gracias. Karigüe

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