Cuánta vida
cuánto ánimo
se recibe
con cada poema
que brota del corazón.
No sólo los ahuyentaron
a los dioses del hombre,
sino que en él sembraron
el odio, el rencor
y la amargura.
Pero algunos quedaron
sumergidos como acorazados
en su corazón
Esos torpedos
esos misiles
que estremecen
aún a las costras más duras
las han figurado, sólo a algunas
Por ellas
Volvemos a respirar.
Karigüe
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