sentado leyendo “El pueblo” mi Padre
absorto estaba
no se si leía o se perdía en ese
su mar de recuerdos; nadaba,
flotaba, se sumergía, una
página sin tiempo
ahora, desde lejos, qué otra
cosa puedo hacer mas que
recordarlo en esos momentos
en los que él era sin tiempo
somos trasmisores de vida;
es como si el mismo universo
fuera la vida, como si
el mundo también fuera
solo un trasmisor
la vida es solo una manifestación
de alguien que solo
quiere ser.
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