Comencé amando
las palabras
porque ellas traían
desde lejos
ente sus alas
pequeñas y dulces cosas
del jardín de mis recuerdos
del jardín de mi niñez
cada vez que llegaban,
casi de madrugada.
se paraban en un paredón
bajo entre la casa y la
huerta
en donde el molle y la
retama, moraban
era como un ramillete de flores
eran como si ellas me
hablasen un idioma mas
profundo que el lenguaje
era como si nos encontrásemos
en el cielo de mi corazón.
Karigüe
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