Aún así he de volver
un día
a caminar los caminos
andados
aquellos que se introducían
en los campos abiertos,
entre la alfalfa verde
como la aceituna
allí por la cuenca de
ese río seco
por el desierto, por las
orillas del río Chilli
también por esas huellas
invisibles que dejaban
las noches sin luna
pero con estrellas
en ellas ya soñaba
mi vuelta.
Karigüe
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