Karigüe.
MOVIMIENTO
El mundo, que palabra extraña, podemos intentar hurgar en ella misma su significado. El mundo, mudo, algo, alguien que no habla, pero existe; algo que de por sí no se puede expresar con palabras, pero lo hace con gestos, con señas, con expresiones que merodean al habla, pero no es palabra dicha con la voz, como sonido.
Es una palabra masculina. La tierra es femenina; pero sabemos a la vez que sin tierra no hay mundo, ha brotado de ella; ella puede existir sin él.
Y nosotros allí, como en el medio; mejor si decimos cubiertos por los dos. Lo curioso aquí es que de los dos nos alimentamos.
Pero antes de seguir deberíamos hacer notar las diferencias. La tierra está ahí, la podemos hasta tocar, podemos ver esa piel flexible que es la naturaleza, las montañas, el mar, los desiertos, los valles, los ríos, los lagos, las flores, los animales y los hombres. ¿Es correcto esto? El hombre ¿Es tierra, es parte de la tierra? Digamos que si. Es tal vez lo más desarrollado que existe, que ha brotado de la tierra; que piensa, que siente, aunque en realidad no debe ser el único, pero para no quedarnos mas de lo conveniente en este tema, digamos que si.
El mundo es una creación - consecuencia del hombre, por lo tanto debe ser tierra, debe pertenecer, ser parte de lo que es tierra.
Los muertos, por ejemplo, para la tierra en sí desaparecen, ya no están mas, fueron y punto; pero para el hombre, para el mundo, todavía están como recuerdos, en la memoria de cada uno, en los libros, en los monumentos, en el arte: como Bach, Beethoven, Heráclito, van Gogh.
He ahí una diferencia y no se trata de memoria, ya que hasta algunos metales la tienen; se trata de que estamos formados de ellos, por ellos también. Por ejemplo una idea, una teoría, las ciencias, en lo que han participado nuestros antepasados.
Pero por otro lado, desde otro ángulo de vista o de pensamiento, podemos decir que esos tentáculos que tiene el hombre, pertenecen a la tierra también, ya que el hombre en si es un tentáculo de la tierra.
Lo eslabonado que está el universo, la tierra, el mundo, la vida, el hombre, muchas veces nos detiene; pero pensémoslo así: El hombre es un organismo, el cual tiene órganos, sistemas, que están relacionados entre sí, ¿podría decirse eslabonados? Creo que si; pero, no por eso dejamos de estudiar en detalle al hígado, al estómago o al cerebro.
Así que continuemos viéndolos como separados. Aislamos entonces a lo que mundo; el mundo es como una choza para el hombre, como esas carpas en donde el hombre se cubre de los mosquitos, del calor, del frío, de la lluvia y de los otros animales, que hasta la fecha no los hemos podido vencer, particularmente a los más diminutos, es decir a las bacterias, a los microbios.
Aquí queda claro que es una creación exclusiva del hombre. Vemos los parlamentos, los países que cada vez están más unidos, relacionados; ya existen Las Naciones Unidas, que es como un gobierno embrionario del mundo que será.
Cuando decimos que el lenguaje es la sangre del mundo, es una verdad, una verdad de la realidad, y que por ejemplo el Ingles es la lengua o idioma que está logrando ser esa sangre.
Las culturas, esas formas de hacer útil la naturaleza, las naturalezas de cada lugar, de cada pueblo, de cada raza, de cada hombre, es como un entretejido, como eso matones ó mantas, que tejen las indígenas del Altiplano, con los que llevan a sus recién nacidos anudados en la espalda; si se quiere ver como metáfora, la indígena es la tierra el mantón es el mundo.
Las obras, las obras en común como un dique, como la canalización y aprovechamiento de un río, de los ríos; el mar como un gran cinturón, una especie de corralito alrededor y dentro del cual los niños, mejor dicho los hombres juegan y obran, traen y llevan mercaderías como si fueran caminos, carreteras.
Pero, pero hay algo importante: las artes, veamos por qué. Las artes describen, nos hacen ver las raíces comunes que hemos estado creando y seguiremos creándolas, el arte intenta no conocer a las raíces comunes, a la raíz común, para nada, lo que intenta el arte es mostrarlas, pero no para que la mente, nuestra mente la desmenuce y las lleve al mercado, sino para el goce, para ver allí el milagro de lo existente, de que hay algo que está presente, que fluye, que somos, que es; y que nada ni nadie lo explicará jamás, ni menos por supuesto lo podrá conocer o saber, atrapar, capturar. Aprender es apresar, aunque sea solo por instantes y con la mente.
Es otro sentido que nos abre el arte, que nos crea ésta actividad, es el goce de estar aquí presentes. Una melodía como la novena de Beethoven, es como un árbol plantado en el mundo y se dice así mismo aquí estoy, soy yo; y es como si nos dijera a disfrutar señores. Si bien broto del alma del músico, pero fue formándose desde tiempos remotos y hoy está presente aquí con nosotros; como es un parque creado por Thays.
¿Nos podríamos atrever a decir que el arte es el espíritu del mundo? Muy fuerte, muy adelantado para poder ser comprendido así, deberíamos decir que no estamos maduros para entenderlo así, comenzado por el que escribe.
De lo que no nos queda dudas que el arte es un motor del mundo, es como el inflador que le da aire, para mantenerlo como un globo en suspensión. Es así el mundo, es como un globo dentro del cual estamos los hombres y que tiende a irse; tal vez cuando a la tierra, nuestra madre la hayamos consumido, tendremos que irnos con este globo a otro planeta, a otra galaxia. Tan así es el mundo.
Los Nómades, lo Beduinos, los Gitanos, son como genes, como células que nos inspiran movilidad, movilidad constante en un mundo que no es quietud, en una tierra que está viva, que está moviéndose constantemente con varios tipos de movimientos.
El mundo metáfora de la tierra, lo hace también.
PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 2 de noviembre
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Gracias. Karigüe
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