Se parece tanto
la poesía al pensamiento
que cuando escribo
parece que intuyera
no la próxima palabra
sino una especie de éxtasis
de entrega, de abandono
de olvido
en donde mi mano
pareciera ser de otro
Yo como distante
como casi un observador
savia, producto de nutrientes
y una agua bendita que se eleva
para ser fruto
para ser flor.
Karigüe
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