a la vida tanto como a
una mujer
abres los brazos y quisieses
que el mundo
sea uno con quien
compartir ésta alegría
los campos verdes,
los amigos,
las montañas nevadas
y las obras de los hombres,
y el río
el bendito río
bajando como la vida
bebiendo a sorbos
como si compartiésemos
el vino consagrado
que el cosmos eleva
de si
y del cielo bajasen
las estrellas y
los seres que se fueron
paraíso
he ahí el paraíso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario