murallas, solo murallas
para que saltes
primero te paraste, luego el caminar
el saltar y aún volar con esos
tentáculos que pudiste construir
llegas a las alturas del águila
y del cóndor, pero no eres águila
ni cóndor
aún te abates entre el águila
y la serpiente, por eso has
creados ciudades para
protegerte
pero la naturaleza no te
abandona porque quiere cumplir
su función
como tu
cuando te induces
aunque aparentemente a otro
tu propia destrucción.
Karigüe
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