Sientes en ti
como si el metal fundido que eres
hirviera aún más,
cuando llegan los vientos favorables
cargados de presagios
entonces sí,
como un big bang se abre
tu corazón y habla, dice
y canta como un ruiseñor
en la niebla del bosque
cuando se abre una rosa
o brota el amanecer entre
las montañas altas
de tu niñez,
callas, pero contienes
aquella tea permanente
que aún brilla
en tu atardecer.
Karigüe
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