Karigüe.
EL ANIMAL QUE HABLA
La pregunta que nos solemos hacer es: ¿Qué somos? ¿Quiénes somos? Etc. Son preguntas simples que hablan de nosotros como seres pensantes; como formados por un cuerpo mudo, un alma, un espíritu y un corazón.
Pero la pregunta tiene que ir más allá: ¿Qué es el hombre? ¿Quién es el hombre? Casi como si comenzáramos a entrar en un ser que si bien somos nosotros también, pero visto desde afuera; pero no solo como desde un satélite, que ve a la tierra, la describe desde arriba; sino también desde adentro, como ese pequeño submarino que han construido en Japón, para estudiar por dentro el cuerpo del hombre.
Vemos que sería incompleto, ya que necesitamos saber del alma, del espíritu, del corazón del hombre; pero como no tenemos nada físico para entrar allí, debemos estudiar su historia, su pasado, tenemos que escucharlo decir, lo que piensa, lo que siente, lo que escucha, etc.; más aún como hacen los Coyas cuando esperan algo, se sientan sobre el suelo y es como si el tiempo no pasara para ellos, hasta que llega lo esperado.
Antropológicamente tenemos el libro de Harold Gelhen: “El hombre” Deberíamos agregar: el hombre como animal aún no especializado.
La tarea es ardua, para alguien como yo que nos soy Antropólogo, ni erudito en esta materia; la única cosa que tengo, como herramienta para emprender este camino, es la poesía, describiremos al hombre como desde la palabra, como el animal que habla, más que como el que piensa, ni el que tiene razón.
Será como un juego, no he encontrado hasta ahora en mi larga existencia, otra manera de tratar temas como El lenguaje, El mundo, El Alma, La vida y ahora El hombre, sino es como jugando con las ideas, los recuerdos, las palabras sentimientos, pensamientos, es decir es como sentarse como el coya y conversar, conversar va a ser como una espera, para que lleguen a nosotros algunas ideas, formas, figuras, donadas por el tiempo, por la vida, por la existencia del propio animal que habla.
Si me dicen o preguntan ¿Cual es la principal característica que tiene el hombre? Sin pensar les digo, es el animal que ríe, que ríen conscientes porque en el fondo de todo hombre anida un niño que ríe. Y no hay más que mirarlo al niño, cuando abre sus ojos y comienza reconocer a darse cuanta que está rodeado de algo milagroso, la vida, el universo, el mundo, los padres, los hermanos, los seres cercanos, los seres que lo aman.
Luego va perdiéndose, va desvaneciendo, se va endureciendo, cosificando, volviéndose cosa, pero no en sí como cosa, sino como cosificado, como inflexible, con esa cara seria, que pareciera que solo alberga el dolor, la venganza, el miedo, la vergüenza, los remordimientos; no es porque no debería tenerlos, sino que los tiene en abundancia, los tiene rodeando a su ser, impidiéndoles ser seres libres, seres que habitan lo abierto.
Así ya lo vemos que al llegar a la vejez, no solo se le arruga el cuerpo, el rostro, sino que el alma también; algo que debería ser lo que compense el paso del tiempo, ya que si su alma no reconoce su mortalidad, su paso por la vida empujado por ese viento llamado tiempo, entonces si ya no tendrá, ni remos para remar en el mar, en el río, en los cielos, en el mundo.
Leamos lo que nos dice Shakespeare en el Rey Lear:. Cuando el rey ya anciano, le pide al bufón, que le diga algo que lo alegre, lo haga sentir vivo, el bufón le dice: “Que triste es llegar a viejo antes de maduro”
El hombre es rey, bufón también, es Edipo, es Atila, Nerón, Prometo, Hyperión, Saratustra etc. es una conjunción, es una suma de todos ellos, pero lo más interesante que los tiene adentro de sí, a todos. Decía Kant: “El hombre tiene dentro de sí, desde lo más malo hasta lo más bueno, pero después de mis ochenta años de vida, me doy cuenta que los tiene igualmente repartido”
Así que intentaremos describir a uno de los elementos más complejos que existen en el universo, más aun uno de los formadores del Mundo. He ahí, lo vemos caminando, luchando, abriéndose camino en los bosques sin salida; caminando por las montañas, navegando mares, cómo si estuviera en la tarea de dominar a la tierra, apoderarse de ella; ella que le da vientre, lo cobija y es a la vez envase en donde es.
¡Ay pequeño Atila! No sólo va a ser difícil describir lo que hasta ahora eres, sino esos sueños, esas fantasías, que ya te están llevando por los cielos y por el vientre de la tierra; y, aunque resulte extraño estas acompañado por los dioses que te dieron vida y te cuidaron; pero cuando desde Prometo te comenzaste alejar, ahora pareces que estas solo; pero he ahí el Poema de Holan: “… y el hombre aunque este abandonado por todo y por todos, hay algo siempre que lo acompaña y muchas veces conversa con él”.
PRÓXIMO CAPÍTULO: lunes 4 de Octubre
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Gracias. Karigüe
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